Un «Palacio Celestial» sobre tu cabeza esta Semana Santa

Iago García
Iago García REDACCIÓN

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Entre el sábado y el domingo de Pascua está previsto que la estación espacial china Tiangong-1 toque tierra. En la franja de latitud más probable está Asturias

29 mar 2018 . Actualizado a las 12:09 h.

No resulta esperanzador saber que Tiangong-1 (en español «Palacio Celestial»), la primera estación espacial china cae con un peso superior a las 8 toneladas sin control hacia nuestro planeta. Además, los chinos, por cuestiones de espionaje industrial, no han revelado los materiales concretos de los que está hecha. Aunque sí colaboran estrechamente con el IDAC (el comité internacional en el que las agencias espaciales estudian los casos de basura espacial) durante la caída. Todo esto lo confirma desde Alemania el barcelonés Benjamín Bastida, ingeniero de la oficina de basura espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA).

¿QUÉ FALLÓ?

El plan original era una reentrada controlada pero Tiangong-1 dejó de funcionar en marzo de 2016. Se perdió entonces la conexión por radio y la propulsión. Normalmente hay un área delimitada en estos casos. «Los envíos que se mandan a la Estación Espacial Internacional tienen siempre una reentrada controlada. Lógico en el caso de astronatuas, pero incluso los que solo son de mercancías se destruyen a su regreso encima del pacífico sur en un área delimitada y no poblada», señala al respecto el experto.

Saber los componentes de un objeto espacial no es baladí. Los hay tóxicos y lo que es peor, resistentes al rozamiento que se produce en la reentrada en la atmósfera. Un depósito de titanio, por ejemplo, llegaría de una pieza al suelo o al mar (más probable siempre es esta opción dado que el 75% de la superficie terrestre es agua). «Las probabilidades de que te caiga encima un objeto espacial son la mismas que sufrir tres descargas de rayos de tormenta en un mismo año», tranquiliza al otro lado del teléfono Bastida. Es por lo tanto improbable. Y a pesar de que la agencia china no haya comunicado los materiales con los que está fabricada Tiangong-1, gran parte de ellos se desintegrarán, incluído el peligroso combustible usado con frecuencia en el espacio, la hidrazina, que se evaporaría.

¿DÓNDE Y CUÁNDO CAERÁ?

Área potencial de reentrada de Tiangong-1

En la imagen anterior, se delimita el área terrestre donde caerá Tiangong-1. Será entre los 42,8 grados de latitud norte y los 42,8 grados de latitud sur. En todo caso, lo que para los asturianos (y neoyorquinos, por ejemplo, que habitan la misma latitud norte) es relevante es que la franja terrestre en la que se desplomará es bastante posible que sea la nuestra (que también es la suya, insisto con nuestros vecinos de Manhattan). El porqué la caída es más probable en los extremos (podría ocurrir en el sur) se debe a la geometría de la órbita circular de la nave. Es decir, dado que la órbita de la estación alrededor de la Tierra es circular y en ángulo respecto del ecuador, pasa más tiempo cerca de los bordes de la banda de lo que lo hace cruzando el ecuador. Por eso hay mayor probabilidad en esos límites de la banda de latitud.

Claro que determinar el punto exacto dentro de ese rango (una vuelta a la tierra son 40.066 kilómetros) es extremadamente difícil. «Siete horas antes la incertidumbre del lugar de la desintegración es una revolución orbital completa», añade Bastida. Solo observando el objeto caer directamente sería posible alcanzar un mayor nivel de exactitud, algo en lo que ya trabajan los sensores de los que disponen la ESA y el resto de agencias espaciales. Eso sí, hay que ser rápidos. Los fragmentos que sobrevivan y alcancen los últimos 30 kilómetros lo harán en caída libre a una velocidad de 300 km/h.

Sí, en el futuro habrá cada vez más satélites orbitando alrededor de la tierra. También nuevas estaciones espaciales. Pero la oficina en la que trabaja Benjamín Bastida tiene entre sus objetivos, precisamente, reducir la basura espacial: «Ya hay bastantes fragmentos y satélites muertos. Si no los quitas se pueden producir nuevas colisiones y un efecto cascada». No solo se buscan reentradas controladas, si no que se investiga sobre materiales más ligeros y diseños que se desintegren con facilidad en la atmósfera. Reducir en definitiva el riesgo a la mínima expresión.

Según el blog de seguimiento que la ESA ha establecido para Tiangong-1, desde la mañana del próximo sábado y antes de que termine el domingo de Pascua es cuando se producirá el impacto. Si todavía tienes dudas sobre qué es lo que se cierne sobre nuestras cabezas la ESA responde aquí tus preguntas.