Alfie el gladiador rindió su escudo

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Tom Evans, el padre del bebé
Tom Evans, el padre del bebé OLI SCARFF

El niño británico muere tras perder sus padres la batalla legal por intentar salvarlo

28 abr 2018 . Actualizado a las 21:10 h.

Tenía que haber muerto el pasado lunes, cuando los médicos le retiraron el soporte vital. Solo le daban unos pocos minutos más de vida. Pero el pequeño Alfie Evans, de 23 meses, resistió. Empezó a respirar por sí mismo, aunque solo fue un espejismo. Estaba condenado después de que sus padres perdieran la batalla legal para luchar por su supervivencia. La justicia británica tampoco atendió a sus dos recursos para que pudiera ser trasladado a un hospital infantil de Roma gestionado por el Vaticano. Al niño, que sufría una grave enfermedad neurodegenerativa no diagnosticada que le corroía el cerebro, se le apagó su último aliento en la madrugada del sábado.

«Mi gladiador bajó su escudo y ganó sus alas... Estamos absolutamente desconsolados». Este fue el mensaje de despedida que le ofreció ayer su padre, Tom Evans, en Twitter. Vencido por la justicia y por el dictamen de los médicos, que consideraban que mantener al niño con vida de forma artificial le suponía un ensañamiento innecesario, ni siquiera pudo llevarse a su hijo morir en casa. Era su último deseo y algo que sí habían aceptado los jueces, pero ya no había tiempo. En un parque cercano al hospital infantil Alder Hey de Liverpool, donde había sido atendido, una multitud lanzó globos al aire. Fue el homenaje de los conocidos como el Ejército de Alfie, un colectivo de apoyo a los padres formado por más de 800.000 seguidores que simboliza también la movilización de la sociedad en el caso.

El niño corrió la misma suerte que el pasado año tuvo Charlie Gard. La historia se calcó: la batalla legal de los padres ante todas las instancias judiciales británicas y europeas -el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo falló en ambos casos en contra de la familia-, la movilización social, la intercesión del papa para salvar su vida... Y en ambos supuestos el resultado fue el mismo.

«Todos nosotros lo sentimos profundamente por Alfie, Kate, Tom y toda su familia. Nuestros pensamientos están con ellos. Este ha sido un camino devastador para ellos y pedimos que su privacidad, así como la del personal del Alder Hey, sea respetada», señala el hospital en una nota. Sobre todo porque el pasado lunes la policía tuvo que evitar que fuera asaltado por una multitud. Frente al centro aparecieron ayer ofrendas florales, globos, velas y juguetes. Para Alfie.

El papa: «Estoy profundamente afectado»

El papa se mostró ayer «profundamente afectado» por la muerte del bebé británico. «Hoy rezo especialmente por sus padres, mientras Dios Padre lo acoge en su abrazo de ternura», destacó Francisco en su cuenta de Twitter. El pontífice expresó su apoyo a la voluntad de los padres del bebé de no desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con vida. Incluso se ofreció a que lo atendiesen gratuitamente en el Hospital del Niño Jesús, regentado por el Vaticano. El Gobierno italiano, que concedió el pasaporte al niño, tenía preparado un avión para el caso de que los jueces aceptasen el traslado. Pero en dos ocasiones rechazaron hacerlo.

También había defendido el traslado el médico alemán Nikolaus Hass, que emitió un informe sobre el caso por encargo de un tribunal británico. «En Alemania -dijo- Alfie sería tratado naturalmente según el deseo de los padres». Atribuye la dura postura de los médicos británicos al elevado coste que suponía mantenerlo con vida para el sistema de seguridad nacional.