El visionario que denomina a Google y Facebook «imperios de modificación del comportamiento»

b. p. l. REDACCIÓN / LA VOZ

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Jaron Lanier apuesta porque Internet sea un servicio de pago

28 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Jaron Lanier, padre de la realidad virtual, filósofo y una de las voces respetadas dentro del mundo tecnológico, asegura que la supervivencia de las sociedades occidentales necesita con urgencia la transformación de un sistema tecnológico que se fundamenta en la modificación del comportamiento de las personas.

En una reciente charla TED ofrecida durante un encuentro de esta organización sin fines de lucro en Canadá, Lanier asegura que la relación con Internet y las redes sociales está basada en un error cometido en sus orígenes, en los años noventa, cuando se decretó que «Internet debería ser público y totalmente gratuito, porque si una sola persona no se lo podía permitir se crearía una terrible desigualdad». Para el pensador, este planteamiento se contradice con el «fervor incompatible hacia los emprendedores tecnológicos». «Adoramos a Steve Jobs, ese poder mitológico del techie -señala-. ¿Cómo celebras el emprendimiento tecnológico cuando todo es gratis? Solo había una solución para eso: el modelo publicitario». 

Relata que así es como nacieron Google y Facebook, gratis y con anuncios. «Al principio estaba bien. Pero hoy la publicidad ya no se puede llamar así, se ha transformado en modificación del comportamiento. Ya no puedo llamar a las redes sociales por ese nombre, son imperios de modificación del comportamiento», afirma Lanier, quien añade: «De todas las grandes tecnológicas, hay dos dependen del espionaje y la modificación del comportamiento como planes de negocio, Google y Facebook. Tienen gente fantástica, pero están atrapados en este sistema del mismo modo que lo están los usuarios y no se puede dirigir una gran corporación de ese modo».

Para el padre de la realidad virtual, «una sociedad no puede funcionar si la única manera que tienen dos personas de comunicarse es mediante la financiación de un tercero que desea manipularlos». Asegura que un smartphone constituye un instrumento conductista que premia o castiga determinados comportamientos y que amplifica las emociones negativas, hasta el punto de resulta más fácil destruir la confianza que construirla.

Asegura que no es preciso castigar a Silicon Valley, sino revertir esta situación. «No culpo a las personas. No es un problema de malas personas haciendo cosas incorrectas. Más que una ola de maldad es un error asombrosamente ridículo y trágico de carácter global», dice.

Para Lanier la solución pasaría por que mucha gente, aquellos que pudieran, «pagaran por buscar en Internet, por el trabajo en redes, tal vez con micropagos, con una suscripción... hay muchas formas». Compara este cambio con el experimentado en el terreno televisivo con plataformas como Netflix o HBO, que frente a la cultura de hacer televisión gratuita propusieron un sistema de suscripción. «Y funcionó; a veces las cosas mejoran cuando pagas por ellas», subraya.

«Y mientras tanto, si las compañías no cambian, borrad vuestras cuentas», concluye.