Así serán los huracanes en el futuro

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

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Xavier Fonseca

Esta temporada se prevén entre 10 y 16 tormentas tropicales, de las cuales la mitad se convertirían en huracanes

28 oct 2019 . Actualizado a las 18:52 h.

El próximo 1 de junio arranca la temporada de huracanes en el Atlántico. El pronóstico de la NOAA (Agencia Nacional del Océano y la Atmósfera de Estados Unidos) indica que será más activa de lo normal. El organismo científico predice entre 10 y 16 tormentas tropicales, de las cuales la mitad se convertirían en huracanes y al menos cuatro podrían transformarse en huracanes mayores, con una categoría tres o superior.

Este pronóstico coincide con la publicación de un estudio del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) que ofrece un retrato sobre los huracanes del futuro. «Es probable que el calentamiento antropogénico cause que los ciclones tropicales sean más intensos en promedio. Esto implicaría un aumento aún mayor en la capacidad destructiva potencial de una tormenta», explica a La Voz Tom Knutson, meteorólogo de la NOAA. La investigación, que ha analizado 22 tormentas tropicales, concluye que los huracanes serán más fuertes, lentos y con mayor capacidad de generar precipitaciones. «Los modelos proyectan un aumento del orden del 10 y 15 por ciento de lluvia en una área de cien kilómetros alrededor centro de la tormenta», añade Knutson. Los científicos han realizado una proyección a partir de huracanes que se han formado en los últimos años. Uno de ellos fue el ciclón Ike, que en el 2008 provocó vientos de hasta 280 kilómetros por hora que sembraron el caos en el Caribe y dejaron 180 fallecidos. Ese mismo huracán tendría a finales de siglo vientos un 13 % más intensos, sería un 34 % más húmedo y se desplazaría un 17 % más despacio. La velocidad de un huracán se encuentra entre los factores principales que influyen en su impacto. El año pasado, Harvey se convirtió en el huracán más lluvioso en Estados Unidos tras generar 1.200 litros por metro cuadrado en 48 horas. En parte por su lento movimiento, que le permitió alimentarse constantemente de la humedad que desprende el Caribe.

El cambio climático no solo provoca un calentamiento de la atmósfera sino también del océano. El aumento de la temperatura del agua podría incrementar la posibilidad de que los ciclones afecten a Europa en su camino de vuelta por un Atlántico más cálido. Los huracanes, a diferencia de las borrascas, se alimentan de aguas por encima de los 26 grados y llegarían al continente empujados por los vientos del oeste. Esto ocurrió el año pasado. Por primera vez en la historia, un huracán mayor, de categoría 3 afectó a Galicia. ¿Fue un caso aislado o el primero de muchos que están por llegar este siglo?.