Los taxis voladores aterrizan en Alemania

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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FOCKE STRANGMANN | EFE

Ingolstadt se convierte en el centro de operaciones del plan europeo Urban Air Mobiliy, que busca un transporte más limpio

24 jun 2018 . Actualizado a las 08:53 h.

El futuro está cada vez más cerca. Algo que saben bien los fabricantes de automóviles, que centran hoy todos sus esfuerzos en buscar soluciones de movilidad a los problemas del tráfico y la contaminación que afectan a las grandes ciudades. Así es como ha comenzado la carrera por los taxis voladores, que ya han llegado a Dubái, Nueva Zelanda, París, y ahora también a Ingolstadt. La localidad situada en el sur de Alemania, en la próspera región de Baviera, ha sido elegida para poner en marcha Urban Air Mobility, una iniciativa auspiciada por la Unión Europea en la que participan tanto instituciones públicas como privadas y que está dirigida por el ingeniero español Eduardo Domínguez Puerta.

«Los taxis voladores han dejado de ser solo una visión. Pueden llevarnos a una nueva dimensión de movilidad. Además se presentan como una gran oportunidad para las empresas y las nuevas startups que ya desarrollan esta tecnología de manera muy concreta y exitosa», declaró el ministro alemán de Transporte, Andreas Scheuer, durante la firma de la primera fase del acuerdo con Airbus y Audi, encargadas del diseño. La empresa que pertenece al gigante automovilístico Volkswagen, hoy salpicada por el escándalo de emisiones contaminantes, y con sede en Ingolstadt, ha decidido dejar de lado el diésel y apostar por vehículos modulares capaces de conquistar el cielo.

«Nos gustaría hacer valer nuestra experiencia y conocimiento para mejorar la vida urbana y cubrir todo tipo de necesidades», incluido el transporte médico, aseguró Bram Schot.

El consejero delegado de Audi, que acaba de sustituir de manera interina a Rupert Stadtler, en prisión preventiva por el bautizado como dieselgate, considera que la clave para lograr un tráfico cómodo, rápido y que contamine menos pasa por vehículos autónomos a medio camino entre un coche y un dron que funcionan de forma eléctrica. «En comparación con el resto del mundo, Alemania es un país con una superficie muy pequeña. No podemos construir todas nuestras carreteras de seis u ocho carriles, y colocar más ferrocarriles también requiere espacio», explicó Dorothee Bär, secretaria de Estado de Asuntos Digitales del Gobierno alemán.

 La solución vertical se llama Pop Up Next y fue presentada como proyecto piloto en el marco del Salón Automóvil de Ginebra celebrado en marzo. Se trata de un ejemplar de menos de 500 kilos que cuenta con una cabina ultraligera biplaza y que puede tanto encajarse sobre un módulo terrestre de cuatro ruedas con forma de patín eléctrico y capaz de desplazarse a una velocidad de 65 kilómetros por hora, como desprenderse de esa plataforma para acoplarse desde el techo a una estructura de hélices similar a un dron que le llega a transportar durante 200 kilómetros a un máximo de 180 km por hora. Con ello, uno puede circular de igual modo por tierra o aire. Todo un lujo que, con suerte, podrá estar dentro de poco al alcance de todos los bolsillos.