Descubren cómo activar la grasa parda, la clave médica para tratar la obesidad

La Voz MADRID / EUROPA PRESSREDACCIÓN / LA VOZ

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Daniel Becerril

Es la grasa que contrarresta el efecto de la grasa blanca que se acumula en el abdomen o en los michelines

19 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Transforma las calorías en energía en forma de calor. Y no engorda. Todo lo contrario, ayuda a adelgazar de forma natural. Es la grasa parda o tejido adiposo marrón, que todos tenemos almacenada alrededor del cuello, cerca de la yugular, aunque en muy pocas cantidades. Insuficientes para contrarrestar el efecto de la grasa blanca, la que se acumula en el abdomen o en los michelines. Activarla a una mayor escala o incluso transformar la grasa común en parda es el objetivo de investigadores de medio mundo, ya que supone la clave para el control de la obesidad y la diabetes asociada. Ahora, un equipo de investigadoras del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha dado un paso en esta dirección que puede ser decisivo. Ha descubierto el mecanismo por el que se activa la grasa parda en una investigación publicada en la revista científica PLoS Biology. En el trabajo también ha participado el grupo del Cimus de la Universidade de Santiago dirigido por Rubén Nogueiras y el Hospital Universitario de Salamanca.

Los investigadores han demostrado, en un modelo de ratón y en más de 150 muestras de tejido adiposo humano, que la clave puede encontrarse en la proteína p38 alfa, que se encuentra en menor cantidad en las personas obesas, y que podría regular a su vez, una proteína clave para activar la grasa parda, denominada UCP1, que es la responsable de eliminar el exceso de grasa en forma de calor. Estos resultados sugieren, según la coordinadora del trabajo, Guadalupe Sabio, que «la inhibición farmacológica de p38 podría ser utilizada como terapia contra la obesidad». El estudio también ha arrojado otro dato importante: la proteína p38 falta controla activación de otra proteína de la misma familia, p38, que sería regular la temperatura. O, dicho de otra forma, los mecanismos que permiten la activación de la grasa blanca en parda o de la activación de esta última son diferentes. «Incluso podría decirse que tienen dos vías de señalización opuesta», apunta Gudalupe Sabio, que advierte que este proceso aporta una mayor complejidad a la hora de diseñar fármacos contra la obesidad y la diabetes.

«Lo ideal -apunta- sería actuar sobre los dos mecanismos a la vez, pero es algo que aún tenemos que estudiar más profundamente antes de conseguir un fármaco que actúe sobre ambos».