Amaia Montero: «Ahora hablo yo, ha llegado mi turno para decir lo que me ha dolido»

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La voz de toda una generación del pop español celebra sus 20 años de carrera con un nuevo disco, «Nacidos para creer», y vuelve dispuesta a plantarle cara a todos los que se atreven a criticarla: «Ahora dicen que me he transformado la cara, y que se fijen en eso el día que llegas ilusionada con una canción después de años de trabajo, te sorprende»

01 ago 2018 . Actualizado a las 12:38 h.

Amaia Montero sigue creyendo en sí misma. Tras las últimas polémicas, que achacó a problemas de sonido, pidió perdón a sus seguidores y tiró para adelante. «No es que todo te dé igual, pero yo llevo ya veinte años de carrera», dice esta cantante que tomó una de las decisiones más difíciles de su vida el día que decidió abandonar La Oreja de Van Gogh, y que no esconde el peso que supone lanzarse en solitario. A pesar de todo, «serán siempre mis cuatro ángeles», asegura de los miembros de la banda que la vio nacer. Pero ella no necesita que la guarden... Se defiende bien sola.

-«Nacidos para creer»... Ya nos lo dices tú, cada uno de nosotros llegamos a este mundo para creer en algo, ¿no?

-Pues sí, hay que seguir creyendo, porque a veces nos desilusionamos. Hay que creer, sobre todo en uno mismo y en lo que uno quiere vivir, en lo que uno quiere ser, en lo que uno quiere conseguir.

-¿En qué crees tú hoy?, ¿cuál es el motor que te mueve?

-A mí siempre me ha movido este motor, que es la música. Y ahora estoy muy ilusionada, porque por fin ha salido a la luz este disco. Además, creo en todas aquellas cosas que merecen la pena, creo en los míos, como dice la canción, los que nunca bajan los brazos. En esos creo.

-Sin esa gente no seríamos nada, ¿verdad? Sin las personas que nos mantienen en pie.

-Esas son las importantes, porque a veces damos equivocadamente importancia a otras cosas. A mí me ha pasado en otros tiempos quizás, como digo también en la canción. Porque al final esta canción es un poco un ajuste de cuentas.

-Sí, últimamente parece que dijiste: «Que se callen de una vez», ¿no?

-Sí, dije: ahora ya hablo yo, ahora ya ha llegado mi turno porque me ha dado la gana de decirlo, y esas cosas que he escuchado sobre mí, pues me han dolido. Pero a esas cosas son a las que no hay que darles importancia. Hay que dársela a lo que de verdad se lo merece.

-Pues sí. ¿Ha sido mucha presión la que has tenido que soportar?

-Sí, es mucha presión... Algunos ya estamos algo más acostumbrados,

 

lamentablemente, pero sí. La verdad es que ahora tuve un episodio hace poco en el que decían que me había transformado la cara directamente, entonces con eso te quedas sorprendida. Tampoco es verdad, y lo publican medios supuestamente serios, cuando el día 8 de marzo se llenan todos la boca y llenan las páginas diciendo que la mujer tiene que destacar por sus capacidades, por sus actitudes, y no solo por su físico, que es por lo que nos valoran muchas veces. Tú de repente vas con toda la ilusión a enseñar la canción después de años de trabajo y te encuentras con esto, y sin contrastarlo... Pues te sorprende, claro.

-Nadie te llamó para preguntártelo.

-¿Cómo un medio supuestamente serio da una información por buena no contrastada? Yo sentí que todo lo del día 8 también era mentira, que también era solamente para el clic.

-¿Seguimos sin aplicarlo?

-Sí, yo creo que todas ese día nos sentimos muy contentas, aunque lamentablemente tenemos que seguir luchando. Tenemos que seguir demostrando las cosas quince veces, haciendo quince millones de cosas más para que nos reconozcan quince millones de veces menos, pero bueno, al final estamos en ello y ese día creo que fue muy bonito para todas. Al menos para mí sí, y yo creo que también lo fue para muchas. El problema viene cuando cuatro días después pasa esto. Y ya no se habla en absoluto de mi nuevo disco ni de todo el trabajo que me ha llevado llegar hasta aquí. Entonces, ¿cómo te quedas con esto? Impresionada.

-Yo por la cara no te iba a preguntar, pero es evidente que has adelgazado para el estreno de este disco.

-Sí, sí, he adelgazado. Pero bueno, esto lo he hecho y lo he dicho muchas veces. Llevo desde los 21 años en esto y tengo 41, y de eso también se ha hablado mucho. Nunca he negado que ha habido veces que he estado más gordita. Bueno, no es que lo haya negado, es que es evidente, me habéis visto.

-Bueno, como todos, ¿no? Es difícil permanecer como un ser inerte.

-Claro, ¡es que no pasa nada! Yo sigo siendo la misma. ¿Qué problema es que no entres en tus vaqueros? Parece que por eso ya no sirves, cuando al final uno es el mismo, eres la misma persona. A mí cuando me apetece ponerme a dieta y adelgazar, pues lo hago. Y cuando me apetece estar un poco así relajada, pues lo hago también.

-En el videoclip te meten presa en una cárcel. ¿Te sentiste alguna vez así, como atrapada en una celda?

-Sí, es que es lo que dice la canción. La canción es para todos, hombres y mujeres, porque si tú escuchas el estribillo [Si tú no sabes nada de mí / Ni dónde ni con quién ni cuando / Si cuelgo a Dios o al diablo en la pared /A qué me atreví o qué nunca haré /¿A cuánto vendes tú la verdad? / ¿Quién te dio vela en este entierro? / No busco un clavo ardiendo / Y si miro atrás tu no estás ahí / Con los que pondrán la mano en el fuego por mí], la primera parte habla desde un punto de vista de mujer. La primera frase ya lo dice, que una mujer si a los 40 aún no está casada es súper raro. Todavía se sigue creyendo.

-¿Te has sentido alguna vez estigmatizada por estar soltera?

-Cuando una mujer decide estar sola, no ha encontrado a la persona adecuada o le ha dado la gana de seguir así, se sigue viendo extraño. Si un hombre está soltero a los 40 años ya es el soltero de oro, porque es verdad. Si ha engordado un poquito más, son los fofisanos. Y nosotras engordamos y ya nos critican. Desde ese punto de vista es una canción feminista, claro que sí, porque soy mujer y porque eso ocurre. Son verdades como puños.

-Entre los adelantos de tu disco estaba también el tema «Mi Buenos Aires», donde parece que de nuevo hablas de una experiencia dolorosa. ¿Es una canción especial para ti?

-Mi Buenos Aires nace de una situación en la que yo estaba de gira por Latinoamérica, que estuve cinco meses allí. Fue un momento difícil en el que sentía que estaba demasiado lejos, y ha sido una gira maravillosamente dura en la que me sentí a la vez muy querida. Era un momento difícil, pero en los momentos difíciles suele ocurrir que también encuentras cosas de ti que estaban, pero que las tenías un poco olvidadas. Como dice también la canción Ave fénix, [Y hazle caso a tu ave fénix / Arde y luego ponte en pie].

-Este disco tiene un toque bastante duro. ¿Es un punto de inflexión? Siempre has sido sincera, pero esta vez te has dejado ver más.

-Me encanta eso. Sí, totalmente. Yo este disco lo defino como un striptease emocional. Es verdad que tiene un plus, yo no sé si son los 40, la evolución... Pero de todas formas este disco tiene mucha verdad y mucha poesía, porque tuve la gran suerte de componer muchas canciones y muchas letras con Benjamín Prado. Eso es un sueño, y como que llega un punto que ya no es que todo te dé igual, pero yo llevo ya veinte años de carrera y me siento distinta también. Tengo 41 años, ya no me siento como cuando tenía 25, y este álbum refleja muy bien la época que estoy viviendo.

-Veinte años de carrera y cuarto disco en solitario. ¡Felicidades!

-Muchas gracias, eso sí que es difícil.

-Y más arriesgando como lo has hecho tú... Cumple veinte años «Dile al Sol», el primer disco de La Oreja de Van Gogh. Te recuerdo saltando sin parar sobre el escenario del Coliseo de A Coruña y cantando con una energía desbordante.

-¡Para que luego digan que los del norte somos fríos! Me acuerdo perfectamente, el público estaba entregadísimo saltando. Es tanta la energía, la emoción, la conexión con el público, la energía que se crea ahí, que puedes con todo. A mí me ha pasado de estar en un concierto con un esguince que te duele, pero sigues saltando igual porque estás tan enchufado que ni lo sientes.

-¿La etapa de La Oreja de Van Gogh fue brutal para ti?

-Sí, claro que sí. Y es que era superjovencita, era una niña. Lo viví así todo de golpe, de repente nos cambió la vida y entramos en otra nueva y absolutamente maravillosa. Porque vivir de algo que es tu pasión, de lo que te gusta, y poder dedicarte en cuerpo y alma a ello, es un privilegio. Y también poder contarlo y seguir ahí veinte años después.

-¿Alguna vez te replanteaste la decisión de dejar La Oreja de Van Gogh?

-Fue muy, muy complicado... mucho.

-¿Pero dirías que ha sido una buena decisión?

-Estoy contenta, porque la mía es una carrera de veinte años en la que hay dos partes. Una parte es absolutamente maravillosa, que si no hubiera existido no sería quien soy, y en ella crecí muy rápido y me cambió la vida de forma radical siendo muy joven. Y todo eso con una relación entre nosotros absolutamente especial, que no a todo el mundo le pasa. Y ahora vivo esta etapa que es más dura porque todo recae sobre mí, lo bueno, lo malo, las responsabilidades... todo. En un grupo se reparte todo, aquí aprendes mucho más rápido, porque tienes que estar mucho más atenta, todo pasa por ti. Pero vamos, ambas etapas han sido absolutamente maravillosas.

?¿Ellos siguen siendo tus cuatro ángeles, como decía la canción?

?Sí, siempre lo serán, para mí siempre lo serán.

?Da gusto oírte, porque hay bandas que se separan y después no pueden hablar con normalidad ni se guardan ese cariño.

?Es que esto es imposible de olvidar. Nos queremos y nos queríamos muchísimo. Es que estas cosas no le pasan a todo el mundo, van a ser mis cuatro ángeles siempre, pasen los años que pasen, por mucho que pasen los años de largo en tu vida, como dice La canción más bonita del mundo (de La Oreja de Van Gogh).

?Unos cuantos discos después, a nivel mundial superaste ya los ocho millones de copias.

?Estoy muy orgullosa de ello. Pero yo a lo que realmente le doy prioridad ahora mismo es a aprender a disfrutar de ello. Porque cuando hablamos solo de cifras y uno se fija únicamente en los resultados, no disfrutas de lo que haces.

?A lo largo de tu carrera hiciste muchas colaboraciones, una de ellas fue la de «Las Mañanitas», con María Dolores Pradera. ¿Qué recuerdos tienes de ella?

?Es maravillosa, me da tanta pena... Era alguien muy especial, increíble, con una carrera tan única como ella. Personalmente era alguien muy divertido, una persona muy grande a la que quiero un montón, no voy a decir la quería, porque la quiero un montón. Es una leyenda, siempre va a estar. Es demasiado grande María Dolores.

?¿Llegará por aquí por Galicia la gira de «Nacidos para creer»?

?Ahora estamos muy centrados en la promoción del disco, tanto en España como en América, y sí que estamos preparando la gira, pero ya te digo que pasaré por Galicia seguro. Es que me encanta Galicia, me recuerda mucho a mi tierra también. Es que el norte se nota, y luego sois muy buena gente.

?¿Ya no haces nada para gustarle a la gente?

?No, yo no hago nada para que a la gente le guste, solo pongo en un disco lo que a mí me gusta, me conmueve y me emociona. Si lo haces al revés no creo que eso le guste a nadie, lo importante es ser uno, disfrutar uno. Y si luego le gusta a la gente, pues perfecto.

?Y si ya les gustas durante veinte años, pues genial, ¿no?

?¡Sí, efectivamente! Ja, ja.