Números que explican el cambio
17 ene 2022 . Actualizado a las 16:53 h.Fue una de las cuestiones más comentadas sin duda del pasado compromiso de Copa del Rey ante el Cádiz. Joel Jiménez se plantaba junto al cuarto árbitro para sorpresa de propios y extraños, en el minuto 120 para afrontar una tanda de penaltis inmediata. Este movimiento inesperado necesitaba de aclaración por parte del máximo responsable del cuerpo técnico, y así fue, siendo uno de los temas principales de la rueda de prensa posterior ofrecida por el técnico rojiblanco.
David Gallego reconocía que era una decisión premeditada y ya pactada, con el conocimiento tanto de Joel como de Mariño si se daba el caso de llegar a los penaltis. Todo surge a lo largo de la semana, planificando y preparando el partido, ensayando tandas desde los once metros en las sesiones de entrenamiento previas al duelo copero, algo habitual y más con el margen de tiempo para ensayar este tipo de jugadas. En estas prácticas, Joel respondió con un gran acierto, algo que llamó la atención del cuerpo técnico y del encargado del área de porteros, Jorge Sariego.
Fue en ese momento en el que se decidió que Joel sería el guardameta para la tanda de penaltis si esta llegaba. El joven canterano dio su aprobación en ese minuto 120, mostrándose con la confianza suficiente para afrontar el desafío. El cambio no surtió efecto, pues el avilesino no logró atajar ninguno de los cuatro lanzamientos que recibió desde los once metros. De igual manera, responde a fútbol ficción el tratar de establecer cómo se hubiera resuelto la tanda si no hubiera existido dicho cambio y Mariño hubiera continuado bajo palos.
Sin embargo, cabe rescatar el historial del meta gallego, que entre sus muchas virtudes, no es un guardameta que destaque por su capacidad desde los once metros. Repasando los números de Mariño, nos encontramos con que el capitán sportinguista ha tenido que afrontar 39 penas máximas en su carrera. De estos, Diego ha conseguido atajar 5, dos de ellos como futbolista del Sporting: ante el Deportivo en 2018 y más recientemente ante la Ponferradina en 2020.
Estos datos arrojan un 89,75% de penaltis que acaban en gol con Mariño bajo palos, una cifra muy elevada aun contando con que lo más probable siempre es que un penalti termine en gol, siendo la proporción cercana a los 3 de cada 4 lanzamientos desde los 11 metros. El portero siempre parte en desventaja en esta situación, con lo que el cambio del pasado sábado responde más a un intento de aumentar esa probabilidad sin tener igualmente plenas garantías. Los ejecutores también tienen mucho que decir, y en una tanda con la efectividad de los lanzadores gaditanos, difícil parece que cualquiera de los dos porteros del Sporting citados pudiera hacer algo más, pero la duda siempre estará ahí.
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