Texto de análisis
22 may 2022 . Actualizado a las 18:11 h.Se cumplió con el objetivo: un punto que sirvió para asegurar la permanencia matemática en Segunda División. Sin embargo, las formas lejos estuvieron de convencer a muchos, con un equipo desdibujado y por momentos superado que solo obtuvo un empate ante un rival sin nada en juego.
El Real Sporting de Gijón seguirá un año más en la categoría de plata, pero los de Abelardo Fernández mostraron un amplio margen de mejora. Analizamos, en base a 3 claves, los motivos del empate rojiblanco.
Dominio discontinuo
Como cada partido, dos mitades dividieron a los 90 minutos, pero en este caso, centrados en el dominio de balón, fue literalmente una parte para cada uno. El Fuenlabrada dominó el grueso del primer tiempo, mientras que el Sporting lo hizo en el segundo. Sin embargo, los minutos que transcurrieron entre el 45 y el 90, que pertenecieron a los de Abelardo, apenas se lograron traducir en ocasiones claras de peligro.
Los de José Ramón Sandoval, sin embargo, sí se acercaron con peligro cuando tuvieron ocasión, haciendo que esa sensación de superioridad no se tradujera en situaciones de amenaza para los madrileños. Un 'dominio' estéril.
Sangría por los costados
Es lo habitual, aunque en este caso llamó poderosamente la atención. Las bandas fueron el principal foco de atención de los ataques de ambos equipos, aunque en unos primeros 45 minutos que pertenecieron a los madrileños, los costados fueron una vía recurrente de acceso hacia el área de Cuéllar.
Tanto Rosas como Kravets, así como sus extremos, se vieron exigidos en numerosas ocasiones para frenar las intentonas locales, viéndose superados en número en diversas ocasiones. Mientras el Fuenlabrada comandó, las bandas fueron su lugar predilecto para hacer daño al Sporting.
Incapacitados de cara a puerta
Fue sin duda el gran debe del partido en sus diferentes fases. Tanto cuando tocó esperar como cuando llevó la iniciativa, con fórmulas bien distintas para llegar al área rival, el Sporting no estuvo nada acertado en los metros finales para conectar con su delantera y generar situaciones de peligro. Más allá del balón parado, solo se recuerda una acción entre Villalba, Djuka y Pedro que finalizó con remate de este último en cuanto a ocasiones manifiestas.
Los centros laterales no supusieron mayor amenaza y el Sporting en un aspecto combinativo no tuvo calidad suficiente como para comprometer a la zaga madrileña.
Los cambios
Rivera por Berrocal. El pivote cuajó un buen partido de menos a más liderando la medular en un rol bien distinto al del reemplazado, sin demasiado tiempo para destacar, aunque sí el suficiente como para verse comprometido. Gragera lo suplió como central destacando especialmente en la faceta aérea.
Pablo Pérez por Aitor. Voluntarioso en alguna acción defensiva, no logró entrar especialmente en juego en el escaso rato que tuvo sobre el césped.
Gaspar por Villalba. Cambio en los instantes finales sin mayor incidencia en el juego.
Nota a Abelardo y el resto del cuerpo técnico
Insuficiente. Partido muy espeso del Sporting, sin apenas capacidad para generar situaciones de peligro en área rival y con tramos en los que sufrió tanto para contener a su rival como para imponerse desde el plan de partido.
Una versión pobre del equipo, suficiente para obtener un resultado provechoso en lo clasificatorio, pero alejado de ofrecer unas prestaciones positivas o acordes a una progresión respecto a lo visto hace apenas una semana.