«Las 4 claves del empate del Sporting y la nota de Abelardo»

Dani Souto

SPORTING 1905

Abelardo
Abelardo La Liga

Texto de análisis

02 oct 2022 . Actualizado a las 14:11 h.

No pudo pasar del empate el Real Sporting de Gijón en su visita al Heliodoro Rodríguez López de Tenerife. Un nuevo encuentro con sensaciones encontradas, con la posibilidad de una victoria que se esfumó en el último tramo del partido y un juego que no logra convencer en el cómputo global del mismo. Un partido que pudo acabar con cualquier signo y en el que el cuadro rojiblanco prácticamente firmó con gusto las tablas. Analizamos este empate en base a 4 claves destacadas:

Correcta lectura defensiva en momentos clave

En un partido con dos fases muy marcadas, divididas especialmente por el paso por vestuarios tras el minuto 45, el Sporting mostró una doble cara sobre todo en el plano defensivo. De inicio, los de Abelardo intercalaron fases de presión más intensa sobre la primera línea del Tenerife con defensas más posicionales, ubicados mayormente en bloque medio o medio-bajo con el equipo más junto y ordenado de lo que venía siendo en días precedentes.

De esta buena lectura de los momentos y las diferentes fases defensivas surgió precisamente una presión clave del partido, la que dio pie a la recuperación de Cristo que lo dejó solo ante el meta local y le permitió adelantar a los asturianos. Esto, acorde a esas dos caras visibles que se mencionaban, quedó mucho más patente en un largo tramo de la primera mitad que durante el resto del partido, donde esto ya no se volvió a ver.

Incapacidad para controlar desde el balón

Fue precisamente esa fase de mayor dominio chicharrero en la que volvió a salir a relucir la incapacidad del Sporting de cambiar los ritmos de partido a partir de la posesión de balón. La inercia del partido cada vez iba más en contra de los rojiblancos, que iban retrasando la altura de su bloque sobre su propia portería y que, desde envíos directos e imprecisiones, la posesión de balón apenas duraba en sus pies, favoreciendo que el Tenerife pudiera seguir atacando la meta de Mariño.

Ya no fue una cuestión de salida de balón o circulación, es que el Sporting le perdió el ritmo al partido y fue incapaz de virarlo. Sí, el rival también juega, pero apenas se atisbó ni la simple intención.

Falta de ayudas por banda

Un problema que vuelve a reproducirse en el conjunto rojiblanco, en este caso en la faceta defensiva. La banda izquierda del Tenerife fue un quebradero de cabeza para la zaga sportinguista a lo largo de todo el encuentro. Fue, curiosamente, su lateral quien haría el tanto de la igualada, pero en una jugada donde las ventajas se obtuvieron por el lado contrario. Fue una constante, una falta de ayudas sobre los laterales que se viene repitiendo en las últimas jornadas y que está penalizando mucho el funcionamiento defensivo del colectivo. Ya sea por un aspecto individual -falta de trabajo de algunos jugadores- o grupal -equipo muy separado por momentos y que obliga a grandes esfuerzos-, los de Abelardo están teniendo una fuga en ese aspecto y no se está dando con la tecla para solventarlo.

Un cambio de sistema contraproducente

"No hemos tenido personalidad, nos metimos atrás en el segundo tiempo y eso no es por mí, yo les pedía otra cosa". Esto dijo Abelardo, entre otras cosas, en la rueda de prensa posterior al encuentro en el Heliodoro Rodríguez López. Un cambio de cara muy visible de un Sporting que se encerró en su área, empujado por un voluntarioso Tenerife y que generó el contexto para terminar derribando la puerta con el gol del empate.

Si bien esta no fue una intención ni una indicación de Abelardo, el técnico gijonés sí envió un mensaje que se pudo interpretar de forma diferente con sus cambios, especialmente al incluir a Bamba y retirar a un jugador de ataque, pasando a Pol Valentín al rol de carrilero y formando con claridad una línea de cinco atrás que no benefició al equipo para encontrar líneas de pase para avanzar con control al recuperar balón, lo que impedía al equipo salir y adelantar un bloque extremadamente hundido. No sería una indicación, se insiste, pero el ajuste tanto no permitió remediarlo sino todo lo contrario, lo fomentó.

Los cambios

Gragera por Nacho. Cambio obligado por la lesión del luanquín, que estaba cuajando un serio partido. El pivote internacional no logró firmar un encuentro especialmente destacado precisamente en la faceta que más logró aportar Nacho; con balón.

Djuka y Pol por Queipo y Zarfino. Voluntarioso Pol como viene acostumbrando, que estuvo muy activo desde su entrada, aunque le faltó algo de claridad en campo rival. Djuka, por su parte, no logró participar en exceso del juego en un cambio de intenciones de Abelardo con su entrada. Eso sí, dispuso de una buena ocasión que no acertó a aprovechar.

Bamba y Jony por Rosas y Cristo. Cambios que dieron pie al mencionado cambio de sistema. Jony pasó prácticamente inadvertido por el encuentro, mientras que Bamba, que tuvo amplio volumen de trabajo, sí estuvo acertado en líneas generales en diferentes acciones defensivas.

Nota a Abelardo y el cuerpo técnico

Insuficiente. Un partido que de nuevo fue de más a menos, con un planteamiento inicial que podía dar pie a la esperanza, pero que se diluyó con celeridad.

El segundo tiempo, como el propio técnico reconoció, fue de muy bajo nivel colectivo, y las correcciones tanto desde la pizarra como con los cambios no funcionaron; incluso se puede decir que favorecieron al contexto negativo que se estaba desarrollando. Un nuevo partido para aprender y tomar nota.