El extremo empieza a despuntar
31 dic 2022 . Actualizado a las 16:01 h.Meses después de dar por finalizado su contrato con el Olympiacos tras no cumplir las expectativas del club griego, Nikola Cumic ha comenzado a explotar su potencial en la liga donde todo empezó para él, la primera categoría de Serbia.
El Vojvodina lo fichó al filo del cierre del mercado veraniego con la carta de libertad, firmando un contrato hasta el año 2025, y el extremo está respondiendo de manera positiva a la confianza de su entrenador, Milan Rastavac.
El futbolista llegó en la décima jornada, pero no tardó en hacerse con la titularidad indiscutible. Cumic suma 6 goles en 11 partidos disputados en competición liguera, con menos de 700 minutos en su casillero. Además también anotó otra diana en la Copa. Nikola está haciendo gala de su polivalencia, jugando por ambas bandas a la par, e incluso como delantero en algún momento concreto.
El extremo salió de tierras asturianas dejando sensaciones encontradas y el club asturiano descartó ejercer su elevada opción de compra cuando tenía 22 años. Pese a haber disputado 31 encuentros entre Liga y Copa, con 17 titularidades, le costó aposentar la precipitación de sus primeras actuaciones y dar paso al desequilibrio, la toma de decisiones con tino y el esperado acierto anotador del que había hecho gala en su país.
El irregular curso del extremo tuvo picos y valles en su paso. Un esguince de tobillo durante un entrenamiento previo a la visita al Espanyol el pasado mes de febrero apartaba al serbio del once cuando vivía su etapa con mayor participación encadenando 7 partidos como titular. El posterior cambio de estilo de David Gallego, con la entrada de futbolistas de mayor poder combinativo, reducía sus oportunidades, así como la falta de rigor defensivo exigida por el técnico para los hombres de banda.
La experiencia en el fútbol español, saldada con 2 goles anotados, uno en cada competición, más 2 asistencias, ambas a Djuka, su principal apoyo en su adaptación al grupo, llegando a vivir en su casa durante los primeros días de estancia en la bahía gijonesa.