Análisis
17 mar 2023 . Actualizado a las 20:19 h.Sin lugar a dudas, el Burgos es uno de los equipos más fáciles de reconocer e identificar de la Liga Smartbank. A través de una gran solidez defensiva y un potenciamiento del juego directo que se ha visto mejorado en calidad con las incorporaciones de jugadores como Curro, el conjunto de El Plantío se ha plantado en la pelea por acceder al play-off de ascenso. 24 de los 45 puntos cosechados hasta la fecha han llegado ejerciendo como locales, lo que demuestra de los dirigidos por Julián Calero. Aun así, cuentan con una serie de puntos a mejorar que el Real Sporting de Gijón tratará de aprovechar este domingo.
Amenazar a la última línea desde atrás
Será complicado que el Sporting encuentre caminos efectivos por los carriles interiores debido a la congestión de jugadores locales, por lo que el mayor número de oportunidades surgirán por las vías exteriores. Por fuera y amenazando la última línea desde lo más atrás posible. Aunque sean pocos metros de diferencia, cuantos más lejos deban defender de su propia portería menos fuertes son. De ahí que, incluso teniendo en cuenta un estado del Sporting demandante de no complicarse la vida, una buena apuesta ofensiva sería la de emplear uno de los automatismos base de ataque. Pase ‘permitido’ por parte del rival del central al lateral, y éste, o incluso Pedro Díaz sorprendiendo con una caída lateralizada, envía un desplazamiento profundo por delante a la carrera en ruptura del extremo. Teniendo presente sus últimos buenos minutos ante el Mirandés, Aitor García podría cumplir con el papel de primero fijar en una posición intermedia al central izquierdo local y en el momento oportuno atacar la espalda del lateral izquierdo Matos. El central no acostumbra a perseguir esa caída desde dentro hacia afuera del extremo interiorizado, priorizando tapar en el área las diferentes trayectorias de centro.
¿Momento para ejecutar este movimiento? Volvemos a incidir en la suma atención sobre el paso adelante sin balón de los dos mediocentros. Con el timing adecuado se encontraría posibilidades por esa banda natural de centro rápido o pase atrás antes de que los mediocentros se vuelvan a pertrechar cerca de los centrales.
Orientar el juego directo rival hacia su banda izquierda
La apuesta del Burgos por el juego directo es más que firme. De hecho, es el equipo de la categoría que menos tiempo pasa en campo contrario. Ante la baja de Gaspar por contrato está por ver si Calero le da la alternativa en el once a un punta de referencia como Mourad o Castel. En ese caso, el juego ofensivo local se volcaría sobre dicha figura con envergadura. Pero si no es así, la zona predilecta de los envíos en largo del guardameta Caro es la banda derecha porque por esos lares, y en busca de hacerse con la segunda jugada, fluye el jugador técnicamente más desequilibrante de la plantilla, Curro. Hablamos sobre la fase de continuidad cuando el central le devuelve el esférico al portero, y no a una acción de saque de puerta donde son un poco más alternativos en las direcciones de los golpeos.
Lo primero de todo es que los de Ramírez tengan muy bien trabajados las situaciones defensivas para en ese sector izquierdo hacer frente a los balones aéreos, las segundas jugadas, las rápidas activaciones exteriores e incluso los saques de banda. Aunque sobre todo el Sporting debería orientar su presión con la premisa de forzar los envíos largos hacia el costado izquierdo local. Todo lo que sea alejar la pelota del entorno de Curro sería minimizar las posibilidades ofensivas de los castellanos leoneses.
Atacar en ruptura el espacio entre el central y lateral derecho
El Sporting rinde visita al equipo que mejor defiende sin balón. El Burgos se hace muy fuerte cerca de su propia portería y en un bloque bajo. Por lo tanto, el conjunto rojiblanco no debería cometer el error de abusar de las posesiones largas en campo contrario para hundir aún más al adversario, y sí centrarse en buscar vías de penetración desde segunda línea que sorprendan a los de Calero. En ese sentido, y desde una más que necesaria alternancia del jugador que lance el desmarque de ruptura, los de Ramírez podrían encontrar soluciones atacando la profundidad desde atrás mediante el espacio que se pueda generar entre el lateral y el central derecho local. Un motivo para emplear este tipo de automatismo es el margen de mejora existente en el perfilamiento defensivo del lateral Areso y en el ajuste de la distancia con respecto al central más próximo, además de que se potenciaría la capacidad de Marsà en iniciación.
Un Marsá al que se le otorgaría tiempo y espacio si el lateral o carrilero izquierdo rojiblanco se mantiene de partida en una altura media que haga dudar al extremo derecho burgalés dentro de una presión en 4-2-3-1 o 4-3-3. En realidad, será importante que los asturianos tengan la confianza para en estas jugadas aglutinar en distintas alturas a tres jugadores en ese sector izquierdo y por delante del esférico.
Terceros hombres al momento de saltos de los dos mediocentros locales
Frente a un Burgos que prioriza el posicionamiento defensivo, el Sporting deberá estar muy atento para detectar los momentos puntuales que invitan a imprimir una mayor velocidad modulada a la jugada. Al respecto, los de Ramírez podrían poner el foco en encontrar la espalda de los dos pivotes locales al instante que ambos dan un paso adelante en la fase defensiva. Calero confía tanto en la capacidad de Elgezabal y Atienza para cerrar huecos, que en los últimos partidos Atienza ha tenido que pedir el cambio por tal continua exigencia física y mental. Ambos mediocentros se mueven en distintas alturas en una misma secuencia defensiva. En un principio se posicionan cerca de los centrales para defender un eventual y perseguido envío largo del rival, pero si el adversario es capaz de dar cierta continuidad a su fase de iniciación ya dan varios pasos adelante.
Su objetivo pasa a ser el de encimar a los mediocentros oponentes y por ende se generaría un espacio a sus espaldas que en caso de ser alcanzados por el Sporting son ellos mismos los principales encargados de cerrar. Habitualmente los cuatro defensores no persiguen los descensos de los puntas, confiando en los retrocesos inmediatos de Elgezabal y Atienza. Así pues, habría que incidir en el empleamiento del fundamento del tercer hombre a espaldas de los mediocentros locales. Puede ser una buena oportunidad para que Cristo vuelva a adelantar su posición en el campo y, en el caso de la situación de tercer hombre que venimos comentando, aprovechar su mayor finura con el balón en los pies.
La quinielona de Sporting1905
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