El propietario del licor «Artículo 155» responde a las críticas: «Recibo mensajes amenazantes»

C.F.F. REDACCIÓN

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Rubén Lavandera, fundador de la empresa «Licores y Aguardientes Hijoputa»
Rubén Lavandera, fundador de la empresa «Licores y Aguardientes Hijoputa» Licores y Aguardientes Hijoputa

Rubén Lavandera explica que no es la primera vez que se enfrenta a los «haters» de Internet

07 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace unos días el Artículo 155 está en boga en Asturias, y no precisamente por el conflicto en Cataluña. Es el tema del momento desde que un polémico tweet hizo estallar la guerra en las redes sociales en el que una catalana se quejaba de un licor que llevaba dicho nombre y por el que afirmó que «los asturianos eran unos putos fachas». Tal brebaje fue encontrado por la turista en Xivares, una urbanización de Carreño donde precisamente lo comercializa el propietario de la marca, el gijonés Rubén Lavandera. No es la primera vez que el fundador de la empresa «Licores y Aguardientes Hijoputa» se ve envuelto en una disputa por los jocosos nombres de sus bebidas. Aún así, y a pesar de las amenazas, críticas en Twitter y otras batallas virtuales, el asturiano afirma tomárselo con sentido del humor: «Al final un 90% de la gente se lo toma a cachondeo, que es cómo se deberían de tomar las cosas. Solo a veces pasan estos percances, pero ya estoy acostumbrado».

Hace quince días, incluso antes de que la crema fuera (re)descubierta por la tweera, un correo hizo saltar las alarmas del empresario: «Me enviaron un mail diciendo que sabían dónde vivía y que iban a colgar mi dirección en internet para que fueran a por mí». Una situación que se repetía antes de haber creado el «Artículo 155» en 2017, un producto que en primera instancia pasó desapercibido. Otros nombres como «Don Pedo», «Dulces Orgías», «Chochinos», «Orgías del mar un orgasmo para el paladar» tampoco estuvieron exentos de polémica por lo que su Whatsapp y su correo electrónico suelen ser fuente de amenazas. «Al menos siempre son virtuales, nunca a la cara», explica. Buen ejemplo de ello es que recorre toda la península con su furgoneta rotulada con el nombre de la crema catalana y no ha tenido ningún problema, es más, «la gente quiere sacarse fotos conmigo», añade.

Sospecha que la turista ha podido ser parte de esas amenazas, ya que hace poco le llegó un mensaje con el mismo texto, «decía que Xivares es un pueblo de mierda, pero no sabe que son una gente excelente que siempre me ha apoyado», cuenta. No sacó la bebida con ánimo de ofender a nadie, sino para vender, por lo que no podía imaginar que llegaría a ser algo problemático: «Puedo entender que no le haga gracia, pero al final cuando generalizas y te metes con toda una comunidad pierdes la razón. Ella perdió las formas». Incluso llegó a meterse en su Twitter para dar una explicación, pero lo tenía bloqueado: «Había bloqueado a la mitad de la urbanización, a una peña de Xivares, a todo el mundo. Al final ella tiene 3000 seguidores y lo que quería era reconocimiento». 

Aún así admite que lo importante es que hablen, ya que la publicidad hace que las ventas sean siempre positivas, «con esta historia ya me han encargado 20 botellas del licor y todas van para Cataluña», cuenta y concluye sus explicaciones con una anécdota contada por un cliente suyo de Lastres: «siempre me pide de esas botellas, hay veces que la gente se queja, pero como en el menú de 15 euros entra el chupito gratis se tragan sus palabras».