Los casinos sociales no se ponen techo en España

La Voz REDACCIÓN

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01 jul 2020 . Actualizado a las 11:16 h.

El paso del coronavirus y del confinamiento por todo el territorio español ha provocado que nuevas formas de entretenimiento hayan ganado peso durante estos meses. Meses en los que la población española ha tenido que buscar maneras de ocupar su tiempo, ante la imposibilidad de hacer vida social fuera del domicilio. Internet ha sido la respuesta, incrementando su uso en torno a un 7%, según un informe de la compañía Nielsen Global Media. Esta factoría dedicada al índice de datos asegura que un 47% del tiempo lo hemos pasado confinados en las redes, lo que serían unas 79 horas semanales de media.

Gran parte de ese tiempo se ha ocupado en hacer compras en los sectores de alimentación, belleza o moda, y en redes sociales como Facebook, Whatsapp o Youtube, que han encontrado un auténtico filón en estos casi tres meses para aumentar su popularidad y el número de usuarios. Un 300% ha crecido el uso del servicio de mensajería instantánea en esta etapa. También el juego online ha tenido un breve crecimiento, a pesar de los límites que le pusieron a los operadores por parte del Gobierno. Probablemente uno de los frenazos más fuertes que se le ha dado a este segmento de mercado desde los años 70.

Durante la época franquista, el juego estaba completamente prohibido en España, por lo que no fue hasta la implantación de la democracia cuando el juego llega para quedarse. Hasta 2011 no llegaría la necesidad de adaptar la legislación al juego online que venía pisando fuerte y ha sido en estos últimos años cuando han llegado las mejores cifras. Según la Dirección General de Ordenación de Juego, en 2018 había casi un millón y medio de jugadores que apostaban al menos una vez al mes. Y en 2019 los beneficios llegaron a ser de 2.500 millones para este mundillo.

Aun así, sigue siendo precisa una nueva regulación en algunos puntos de la geografía española. Y no solo para el juego online, sino para el sector en general. Poco a poco aparecen nuevos actores que revolucionan el desarrollo de estas actividades y la normativa queda anticuada. En un mercado que se actualiza completamente, las reglas deben hacerlo al mismo ritmo.

Y es que hay datos cuanto menos llamativos en este sector del juego online. Lo que todos entendemos por jugar en un casino online implica emplear tu propio dinero para apostar. A estos es a los que se les dio carpetazo por parte de la administración central en el confinamiento, por temor a que su popularidad se extendiera en exceso. Pero son los casinos en los que no es necesario gastar tu propio dinero en los que muchos usuarios se han apoyado para continuar con su plan de entretenimiento habitual. Hablamos de los casinos sociales. Una rama de juego en línea que viene con fuerza.

La fortaleza de este modelo

El mejor ejemplo que podemos tomar para analizar los casinos sociales es el de Facebook. Según los datos lanzados por la propia empresa, el 53% de sus usuarios forman parte del juego social, incluyendo entre los mejores juegos de la plataforma juegos de cartas y aplicaciones como Pokerist. Texas Holdem o Bingo Blitz son algunos de los más populares también y según el sitio The Next Web, esta clase de juegos atraen a 11 millones de usuarios al día. Cada mes son 290 millones de jugadores los que acuden a la sección de juegos sociales. Clientela pueden encontrar de sobra.

Es en este punto en el que nacen los casinos sociales en España. Una especie de plataformas en línea que son una combinación de los casinos online y juegos como los que hemos mencionado de redes sociales como Facebook. Estos espacios te permiten interactuar con tus amigos y con más personas alrededor del mundo mientras juegas a juegos tradicionales de casino. La calidad no es la misma, pero es bastante similar y cada vez mejora más. Y lo mejor es que los usuarios solo necesitan registrarse, no se requiere dinero real para jugar. Quizá esto último es uno de sus aspectos clave.

Incluso para quedar con unos amigos y jugar a un juego tradicional de cartas, se precisa a veces de hacer algún tipo de apuesta para hacerlo más interesante. Además, es necesario realizar una quedada y coincidir todos. Lo bueno de los casinos sociales es que te permiten jugar en cualquier momento y en cualquier lugar, incluyendo tu teléfono móvil, y con personas que pueden estar en otro lugar del mundo o del país. A través de tus redes sociales podrás saber quienes juegan a lo mismo que tú y podrás invitarles o desafiarles en una partida.

En realidad puedes comunicarte con ellos a través del chat de juego, por lo que podría llegar a considerarse en el futuro como una nueva red social, en la que crear canales de comunicación entre usuarios. En principio no es lo que buscan estos casinos, no es su intención competir con otras redes sino dar una alternativa a jugadores de casinos online. Christoph Jenke, director general de una empresa dedicada a juegos sociales como Crowdpark, lo define así: “El juego de casino social es muy diferente a las apuestas con dinero real, ya que los jugadores lo ven como juegos casuales”. El hecho de no jugar con dinero es lo que ve como algo ventajoso.

Lo que hacen los casinos sociales para poder sacar un mayor beneficio es crear monedas ficticias con las que acceder a contenidos exclusivos de un determinado juego u obtener ventajas en el mismo. Esas monedas sí que se pueden adquirir mediante micropagos y ahí es donde reside la verdadera ganancia de estos operadores. Facebook lo ha establecido así en su sección de juegos de casino sociales y hay plataformas más especializadas que están cogiendo ese mismo modelo para su desarrollo. Las previsiones para el futuro son esperanzadoras, pero incalculables e inexactas. Lo que está claro es que con el auge de la red, el negocio apunta al positivismo.