Sira Martínez, hija de Luis Enrique: «Cuando estoy triste, me subo al caballo y me olvido de todo»

Sira Martínez Culell es, además de la hija del seleccionador español de fútbol, la nueva campeona de España de saltos en su categoría. Aficionada a la hípica, la joven de 20 años ha concedido una entrevista a Vanity Fair en la que habla de su afición, del dolor por el fallecimiento de su hermana Xana, víctima de un cáncer de huesos, o de la relación con su padre, del que recuerda la primera vez que la llevó a un campo de fútbol. En concreto, al Camp Nou: «Lo pasé fatal. ¡No paraba de llorar! El ruido era ensordecedor y había mucha gente. Cuando me quedaba en las gradas con mi madre, también lloraba. Así que decidió no llevarme hasta que fuese un poco más mayor. Ahora me encanta y voy siempre que puedo», recuerda en la entrevista.

Sira revela también la perspectiva que tiene de su padre. «Tiene carácter, pero es muy familiar. Le encanta reunirnos a todos delante de la chimenea y jugar a las cartas, por ejemplo. Y viajar. En Navidad siempre nos vamos fuera». La joven admite que no recuerda el momento en el que fue consciente de que su padre era famoso. «No fue un momento exacto. Desde pequeña lo he tenido presente. Iba andando por Barcelona con él y le pedían fotos todo el rato. Incluso estando de vacaciones en Maldivas». Sira Martínez reconoce que su padre nunca habla de fútbol en casa. 

La jinete recuerda también el duro trance que vivió con el fallecimiento de su hermana Xana, a los nueve años, y tras no superar un cáncer. «Lo que he vivido con mi hermana me ha hecho ver la vida de otra manera. Antes me agobiaba ante el mínimo problema. Ahora me paro a pensar que hay que vivir y disfrutar de cada momento. No se sabe cuándo va a ser nuestro final. Intento sobrellevarlo bien y sacarle el lado positivo a todo», relata.

Sira monta a caballo desde los ocho años en el Open Sports Club de Barcelona y el pasado domingo se proclamaba en Valencia campeona de España de jóvenes jinetes. «El caballo es mi refugio. Cuando estoy triste, me subo y me olvido de todo. Me concentro y es como si fuésemos uno. Lo bonito es entender a tu caballo porque suelen ser impredecibles».

La joven, que estudia actualmente Administración y Dirección de Empresas reconoce que le costó convencer a sus padres de su afición. «Al principio no les gustaba este universo, no lo entendían. Fue un proceso. Ahora disfrutan y me apoyan, pero si no apruebo me puedo despedir de todo», revela a Vanity Fair.

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