Esta convocatoria tiene lugar apenas tres días después de que Ali Abdalá Saleh firmase una iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para poner fin a la crisis que vive el país.
Los manifestantes gritaron consignas y levantaron pancartas en las que piden que Saleh sea juzgado por los delitos cometidos y se alzaron voces que exigían incluso su ejecución.
Según fuentes en el país, los secuestradores se comunicaron con mediadores tribales para presionar a las autoridades y exigirles la liberación de sus familiares detenidos por causas delictivas.
El hombre, un dominicano que aprendió a fabricar bombas en una revista de la banda en Internet, tenía en el punto de mira a empleados del Gobierno, militares retirados y políticos electos.