Prisión sin fianza para el hombre que arrojó el cadáver de su expareja a un pozo en Cieza, Murcia
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El cadáver de la mujer, de 34 años y de nacionalidad marroquí, apareció este sábado en un pozo de ocho metros de profundidad junto a la autovía, en Cieza, en una zona de difícil acceso. Sobre el cadáver, al parecer, se hallaron varias piedras arrojadas con la intención de ocultar el cuerpo
17 sep 2023 . Actualizado a las 17:46 h.La jueza del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cieza (Murcia) ordenó este domingo el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para la expareja de Hanane, la mujer cuyo cuerpo sin vida fue hallado el miércoles en un pozo de ocho metros de profundidad.
Según informaron fuentes del TSJ, se le investiga por un delito de homicidio y otro de quebrantamiento de medida cautelar. La víctima le denunció en el 2019 y el juzgado de Violencia de Género de Cieza estableció una orden de protección y le impuso la prohibición de acercamiento y comunicación.
En agosto del 2022, la mujer formuló una nueva denuncia por quebrantamiento de la medida cautelar, por lo que se le abrió un segundo procedimiento contra el detenido y, tras no comparecer en el juzgado, se ordenó su busca y captura. En mayo del 2023 un juzgado de lo Penal de Murcia lo condenó por malos tratos a una pena de 10 meses de prisión y la prohibición de aproximación.
Además, mantuvo la vigencia de la orden de protección. El presunto agresor había recriminado a la víctima que este verano hubiera viajado a Marruecos en compañía de su hija, al tiempo que le reprochó que le dejara «tirado y con el WhatsApp bloqueado».
Además, le insistió en que no le hiciera videollamadas para que no fueran utilizadas como prueba ante la Policía. «Cuando nos veamos te vas a enterar. Te lo voy a explicar [...] A ti te va a pasar algo», le advirtió. La víctima llevaba más de una década residiendo en Cieza y contaba con un gran arraigo en el municipio.
El cadáver de la mujer, de 34 años y de nacionalidad marroquí, apareció este sábado en un pozo de ocho metros de profundidad junto a la autovía, en Cieza, en una zona de difícil acceso. Sobre el cadáver, al parecer, se hallaron varias piedras arrojadas con la intención de ocultar el cuerpo.