Una anomalía energética compromete el primer aterrizaje privado en la Luna

Raúl Romar García
R. Romar LA VOZ

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El despegue había sido un éxito
El despegue había sido un éxito NASA | EUROPAPRESS

El cohete había despegado con éxito, pero un fallo en la orientación de los paneles solares podría hacer inviable que el módulo lunar aterrice en la superficie del satélite

09 ene 2024 . Actualizado a las 08:18 h.

El despegue del cohete Vulcan Centaure desde Cabo Cañaveral en la mañana de este lunes había sido un éxito. Todo funcionaba a la perfección, pero en apenas unas horas la situación ha cambiado de forma radical. Un fallo en la orientación de los paneles solares está comprometiendo la viabilidad de la primera misión privada de la historia a la superficie de la Luna, que suponía también el regreso de Estados Unidos al satélite después de más de 50 años. 

Astrobotic Technology, la empresa comercial que desarrolló el módulo de aterrizaje lunar Peregrine, dio a conocer en sus redes sociales un problema para el que,de momento, no han encontrado una solución. «Desafortunadamente, se produjo una anomalía que impidió a Astrobotic lograr una orientación estable hacia el Sol», publicó la compañía en X.

En una segunda actualización de la situación, la compañía ya aportó algún detalle más: «El equipo -dijo- cree que la causa probable de la orientación inestable del Sol es una anomalía de propulsión que, si se demuestra que es cierta, amenaza la capacidad de la nave espacial para aterrizar suavemente en la Luna».

Si los paneles solares no se pueden orientar hacia el Sol no se podrán cargar las baterías del módulo, por lo que no se podrá mantener un suministro de energía y la misión no podrá continuar. Astrobotic dijo que los ingenieros estaban trabajando en el problema y proporcionarán actualizaciones cuando tenga más información. Aún no está claro qué es lo que salió mal.

El módulo de aterrizaje Peregrine, de 1,2 toneladas, fue lanzado en la mañana del lunes desde Cabo Cañaveral, Florida, en un cohete Vulcan. Su objetivo es convertirse en la primera misión estadounidense en medio siglo en realizar un aterrizaje suave en la Luna y supondría también la primera vez que una empresa privada llevaría a cabo esta hazaña.

La empresa Astrobotic Technology, con sede en Pittsburgh, desarrolló Peregrine en virtud de un contrato de 108 millones de dólares con la NASA. El vehículo fue diseñado desde el principio para ser relativamente barato, con el objetivo de cumplir la visión de la NASA de reducir el costo de poner un módulo de aterrizaje robótico en la luna pidiendo al sector privado que compita por dichos contratos.

La agencia espacial estadounidense contrató a Astrobotic para realizar cinco experimentos científicos diseñados y supervisados por la institución. Algunos estudiarán la superficie de la luna, la atmósfera y el entorno de radiación, mientras que el experimento Laser Retroreflector Array (LRA) instalará un sistema de espejos y láseres en la superficie lunar y medirá distancias muy precisas, y funcionará como marcador de ubicación permanente de Peregrine. en la Luna.

No es inusual que las naves espaciales experimenten problemas técnicos, por lo que los ingenieros de Astrobotic habían ensayado muchas veces cómo responder a una variedad de escenarios inesperados. La propia nave espacial también habrá sido programada para protegerse durante tales eventos, priorizando las comunicaciones con la Tierra.