Collboni estudia incorporar a Trias a la alcaldía de Barcelona mientras Junts salva los muebles al PSOE

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

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Alejandro García | EFE

El socialista fue investido gracias al apoyo del PP, que le dio sus votos para que no gobernasen los independentistas

15 ene 2024 . Actualizado a las 09:58 h.

Mientras Junts amagaba la semana pasada con hacer caer tres decisivos decretos ley del Gobierno en su votación en el Parlamento, los de Puigdemont negociaban su entrada en el Ejecutivo del Ayuntamiento de Barcelona con el socialista Jaume Collboni. El PSC, a su vez, era requerido para aprobar los presupuestos del equipo de Pere Aragonès en la Generalitat y estos, los de ERC, también son imprescindibles para sacar adelante los del Estado. Todo un rompecabezas de tiras y aflojas, de cálculos y réditos electorales.

La paradoja en la alcaldía de la Ciudad Condal lleva a rizar el rizo de lo que Óscar Puente antes de ser ministro relató en el debate de investidura fallida de Alberto Núñez Feijoo. Ambos ganaron las elecciones. El primero en las municipales de Valladolid. El segundo, las generales. Ninguno pudo gobernar. En Barcelona los rizos tienen más bucles. Venció Xavier Trias, el candidato de Junts, pero el aspirante del PSC fue investido alcalde con los votos de los comunes y del PP (4 ediles). Feijoo argumentó entonces que con esa opción se evitaba que el independentismo se hiciese con el ayuntamiento. El apoyo a los socialistas catalanes era un mal, sí, pero un mal menor.

La anomalía de ese apoyo del PP se convertiría en una contraprestación de lo más absurdo si finalmente Junts alcanza una coalición con el PSC y entra ahora en el gobierno municipal de coaligado, manteniendo el primero el bastón de mando. Además, Junts ni siquiera concurrió como tal a las elecciones. La candidatura escondió las siglas del partido del expresidente huido de la Justicia y se denominó TriasxBCN, apostando todo al exalcalde exconvergente.

Tripartito

Los socialistas tienen 10 concejales, y Junts, 11, con lo que, en caso de pacto, Collboni alcanzaría una mayoría cómoda para gobernar. Pero el alcalde no descarta tampoco intentar un tripartito con los comunes de Ada Colau (9 regidores) y ERC (cinco). Todo dependerá de las otras piezas del puzle. De momento, Collboni dio la pista de que en la primera mitad del 2024 sería el momento para aclarar el Ejecutivo definitivo para que antes de la primavera Barcelona cuente con presupuestos y Gobierno.

Los ases que salvan a Sánchez

El acuerdo con Junts no está hecho, pero no sería la primera vez que ambos gobernasen juntos. Lo hicieron en la Diputación de Barcelona mientras los posconvergentes gobernaban en la Generalitat con ERC. Trias, quien estuvo a punto de tirar la toalla y dejar el ayuntamiento tras su fracaso electoral, asegura que está dispuesto a cogobernar. E incluso manifestó que «no está sobre la mesa partirse la alcaldía», al mismo tiempo que tendió la mano al alcalde.

Collboni, a su vez, esclavo de las circunstancias autonómicas y estatales, intenta hacerse valer. De momento está claro que quiere apuntalar la «gobernabilidad» de la ciudad, pero no lo está tanto con quién. Un tripartito de izquierdas con ERC y comunes parecería de principio tener más sentido por la proximidad ideológica. Ahora bien, las cartas de Junts esconden los ases que necesita Pedro Sánchez para mantener su política legislativa ya que sin esos votos en el Parlamento no podrá poner en marcha sus proyectos. Y, por otra parte, la distancia entre los socialistas y los de Ada Colau se han ido acentuando. Los comunes acusaron a los de Collboni de no cuidar las relaciones internas, y estos pidieron más «humildad».

ERC (5), a su vez, estuvo meditando si acercarse a los socialistas y entrar en el Ejecutivo, pero en este momento el partido opta por una estrategia de oposición desde la que convertirse en alternativa a los comunes para las próximas elecciones. Por su parte, el presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, quien fue una pieza decisiva en el rompecabezas municipal, cuando apoyó la investidura de Collboni, ya ha dejado de serlo. Ahora presiona al socialista para que se abstenga de abrir la puerta del Gobierno local a los independentistas y le aconseja que resista en un Ejecutivo en minoría tanto tiempo como le sea posible. «Junts nunca será un socio confiable, lo vemos estos días en el Congreso», sostiene. En una entrevista reciente, Sirera aseguró que «Collboni se comprometió conmigo minutos antes del pleno a que no gobernará con los comunes». Sobre la derecha secesionista no consta promesa.