Milei pide la renuncia a su ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, según la prensa argentina
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Acusa a Guillermo Ferraro de filtrar información sensible de las reuniones del gabinete
30 ene 2024 . Actualizado a las 21:53 h.Cuarenta y seis días después de su llegada a la presidencia argentina, Javier Milei vive su primera crisis de Gobierno al exigir la renuncia del ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, tras acusarlo de haber filtrado información reservada de una reunión del Gabinete que tuvo lugar el jueves por la mañana.
En esa reunión, en la que se analizaron estrategias a fin de garantizar los votos que se necesitan para aprobar la ley ómnibus en el Congreso, Milei cargó contra los gobernadores peronistas y les pidió a los presentes que insistan con que «si la ley no se aprueba, las más perjudicadas van a ser las provincias». La norma implica una reforma completa de las estructuras del Estado, y su tratamiento, por su envergadura, podría llevar más tiempo de lo que el gobierno pretende.
Ferraro fue uno de los primeros ministros en ser confirmados por Milei y se hizo cargo de uno de los dos superministerios al absorber Infraestructuras las áreas de Energía, Transporte, Obras Públicas y Vivienda, Telecomunicaciones y Minería, que eran carteras independientes en el Gobierno anterior. Ferraro además tuvo un papel clave en el triunfo del actual Gobierno, ya que fue el encargado de coordinar la financiación de la segunda vuelta.
Por lo demás, y según señalan desde su entorno, es uno de los ministros con más carrera política nombrados por Milei. Tiene más de 40 años de experiencia entre el sector público y el privado. Además de la filtración de la información sensible, la petición de renuncia también tendría su origen en el enfrentamiento entre Ferraro y Nicolas Posse, el jefe de Gabinete y uno de los hombres de más extrema confianza de Milei.
Una cartera menos
Aunque aún no está oficialmente confirmado, no se descarta la posibilidad de que la cartera de Infraestructura se rebaje a una secretaría y se incluya en el Ministerio de Economía, que lidera Luis Caputo, uno de los hombres más fuertes del gabinete.
«Los voy a dejar sin un peso, los voy a fundir a todos», fue la frase que desató la tormenta y que se le atribuye al ministro de Infraestructura. Pero la amenaza a los gobernadores, que vienen manifestando sus dudas respecto a la letra pequeña de la ley y sobre algunos puntos que consideran claves como las jubilaciones, el impuesto a las exportaciones y las privatizaciones, viene desde hace días y tiene entre sus principales espadas al portavoz presidencial, Manuel Adorni, y al ministro Caputo. Tanto uno como otro se han encargado de dejar claras las intenciones del presidente en el caso de que no voten a favor del articulado de la norma: «Si esta ley no llega a buen puerto se va a seguir ajustando el gasto público de todas las maneras alternativas que haya, incluyendo las partidas que se asignan a las provincias», advirtió Caputo.
La intención del Gobierno es compartir el coste del ajuste con los mandatarios provinciales en el caso de que la ley sea rechazada en el Congreso. Aunque Milei pretendía que el paquete de reformas fuese aprobado en enero, finalmente debió extender el período de sesiones extraordinarias hasta el 15 de febrero. No solo las negociaciones no llevan el ritmo que el Gobierno y sus funcionarios deseaban, sino que la falta de experiencia y de cintura política los pone en jaque con aquellos que, en un principio, se habían mostrado predispuestos a aceptar las medidas propuestas por el oficialismo.