Despega con éxito Odiseo, la nave con la que EE.UU. quiere volver a la Luna medio siglo después

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Su objetivo principal es explorar el polo sur del satélite terrestre, una región desconocida. Lo siguiente será que cuatro astronautas se acerquen al lugar para poner a prueba los sistemas de soporte vital de la nave Orion

15 feb 2024 . Actualizado a las 15:42 h.

El módulo Odiseo de la empresa privada Intuitive Machines despegó este jueves desde Florida con destino a la Luna. Si todo sale bien, será el primer alunizaje estadounidense en más de 50 años desde el Apolo 17.

La misión IM-1 fue lanzada a la hora prevista, a la 1:05 de la madrugada (6:05 GMT), tras haber sido aplazada debido a anomalías durante el proceso de carga de metano, y se prevé que aterrice en la superficie lunar el próximo jueves 22 de febrero. Su objetivo principal es explorar el polo sur de la Luna, una región desconocida.

Odiseo viaja a bordo de un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX. Una vez en órbita, el módulo de aterrizaje, de la serie Nova-C —equipado con un sistema de propulsión impulsado por una mezcla respetuosa con el medio ambiente de oxígeno y metano, ambos líquidos—, se separó del cohete para dirigirse hacia la Luna. Después del alunizaje, la idea es que las operaciones allí se extiendan durante unos siete días antes de que llegue la noche lunar en el polo sur, dejando a Odiseo inoperable.

Concretamente, la nave tocará la superficie lunar en las inmediaciones del macizo de Malapert, a unos 300 kilómetros del polo sur de la Luna, un área llena de «incertidumbre», según los expertos de la NASA. Los investigadores creen que está compuesta de material de las tierras altas lunares, similar al del suelo donde aterrizó en su día el Apolo 16.

Se trata de la segunda misión de la iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CLPS) de la NASA, después del Peregrine, y forma parte también del programa Artemis de regreso a la Luna. El mes pasado, el módulo Peregrine, de la empresa Astrobotic Technology, falló en su intento de alunizar con cargamento de la NASA y otras compañías por problemas de abastecimiento de combustible. La nave se desintegró contra la atmósfera tras fracasar en su viaje. El objetivo de Artemis es establecer la presencia humana en la Luna y ser el trampolín de los viajes espaciales a Marte. El próximo paso —Artemis II— será enviar a cuatro astronauras, que durante diez días pondrán a prueba los sistemas de soporte vital de la nave Orion.

El sitio del alunizaje de Odiseo es una de las 13 regiones que la NASA está considerando para la misión Artemis III, que  será la primera misión tripulada de alunizaje de ese programa y el primer vuelo tripulado del módulo de aterrizaje Starship HLS, de SpaceX. Aplazada hasta el 2026, contempla que al menos dos de los astronautas desciendan a la Luna para llevar a cabo varias caminatas, explorando la superficie del satétile. 

La investigación

Entre los instrumentos de la NASA que transporta Odiseo está el RFMG, que provee una medición precisa del nivel de llenado de un tanque de combustible, un tema crucial en futuras misiones de larga duración. También posee un instrumento con cuatro cámaras para capturar sonido e imágenes fijas de la columna de polvo creada por el motor del módulo de aterrizaje cuando comienza su descenso a la superficie lunar hasta que se apaga. La NASA envía también cuatro antenas y un sistema receptor de radio de baja frecuencia diseñados para estudiar el entorno dinámico de energía cerca de la superficie lunar y determinar cómo la actividad natural y generada por el hombre cerca de la superficie interactúa con las investigaciones científicas. Este instrumento, conocido como ROLSES, también detectará emisiones radiales del Sol, Júpiter y la Tierra, así como polvo que impacte en la superficie de la Luna.

Al equipo se suma el NDL, un sensor de descenso y aterrizaje basado en la detección y alcance de luz. Este instrumento funciona con los mismos principios del radar, pero utiliza pulsos de un láser emitido a través de tres telescopios ópticos. El instrumento medirá la velocidad y dirección del vehículo y la distancia a la superficie con alta precisión durante el descenso hasta el aterrizaje.

Igualmente, posee una colección de ocho retrorreflectores (LRA) que permiten un alcance láser de precisión, que es una medida de la distancia entre una nave espacial en órbita o aterrizaje y el reflector del módulo de aterrizaje. Es un instrumento óptico pasivo y funcionará como marcador de ubicación permanente en la Luna durante las próximas décadas.

Por último, el LN-1 es un pequeño experimento de hardware de vuelo del tamaño de un CubeSat que integra funciones de navegación y comunicación para que la navegación autónoma respalde futuras operaciones orbitales y de superficie.

El éxito de la misión IM-1 «sentará las bases para una economía lunar próspera, abriendo nuevas posibilidades de investigación, comercio y exploración, y acercando el sueño de la humanidad de convertirse en una especie multiplanetaria», señala la compañía Intuitive Machines.