¿Qué le pasa a Google Maps? ¿Por qué no aparecen resultados en el buscador?

César Rodríguez Pérez
C. Rodríguez REDACCIÓN

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DADO RUVIC | REUTERS

El servicio no está roto, pero la aplicación de la directiva europea de servicios digitales ha provocado restricciones. ¿El motivo? Favorecer la competencia

14 mar 2024 . Actualizado a las 13:41 h.

No se suele valorar positivamente lo que funciona bien. Hasta que deja de hacerlo. Google Maps es una referencia planetaria. Un servicio casi universal con el que es muy difícil competir. En su día la orgullosa Apple se metió en una carrera por desbancarlo con una criatura de su propia creación, Mapas. Y acabó teniendo que renegar de ella hace ocho años, con una carta abierta del mismísimo Tim Cook en la que invitaba a los usuarios a probar alternativas como la de Google.

Ha pasado mucho tiempo desde aquel pulso. El mundo tecnológico ha cambiado. Google Maps también. Ha experimentado muchas mejoras y actualizaciones. E incluso en el aspecto gráfico ha llegado a parecerse a su rival de Apple (los de Cupertino no tiraron la toalla definitivamente). Aunque sigue siendo el rey de la navegación, ya no es el que era. El popular servicio de navegación del gigante de Mountain View no funciona como de costumbre desde hace unos días.

El 6 de marzo entró en vigor parte de la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea. Aprobada a finales del 2022, tiene por objeto garantizar que las grandes plataformas de internet, los «guardianes», se comporten «de manera equitativa». El legislador quiere que los gigantes de la Red -Alphabet (Google), Amazon, Apple, ByteDance (TikTok), Meta (Facebook, Instagram y WhatsApp) y Microsoft-, no compitan con «ventajas indebidas» frente a las empresas emergentes o sus actuales rivales. Y fija una serie de obligaciones para ellas, bajo la amenaza de multas milmillonarias. 

Una de las más llamativas supone impedir que gigantes como Google «clasifiquen más favorablemente sus propios servicios y productos que productos o servicios similares ofrecidos por terceros a través de la plataforma del guardián de acceso». La nueva norma permite poder elegir entre diferentes motores de búsqueda o prestadores de servicio. Y supone la práctica desaparición del widget de Google Flights de los resultados de búsqueda. También afecta al venerable y muy necesario Google Maps.

GOOGLE PLAY | EUROPAPRESS

Hay usuarios que han alertado en Twitter de supuestos problemas a la hora de ejecutar una de las secuencias clásicas de la historia de internet:

  1. Buscar una dirección, una empresa o un campo de fútbol en Google. 
  2. Encontrar un resultado o una ficha de Google Maps en primer plano.
  3. Pinchar en el mapa para ver las indicaciones. 

No era un fallo. No se trataba de un bug. Google ya no ofrece automáticamente esos resultados en todas las búsquedas. Ni en la versión para móvil. Ni en el escritorio. Y en muchos casos no permite ya pinchar en el mapa que dibuja. Ahora hay que pinchar en el botón de direcciones. O abrir Google Maps directamente.

¿Empeora la experiencia de usuario? Google dice que sí. Sostiene en su blog corporativo que los cambios que han implementado «tras meses de intenso trabajo de ingenieros, desarrolladores y diseñadores» van a suponer un «impacto en la gente y las empresas que usan nuestros productos». Ponen como ejemplo los cambios en el servicio de búsqueda. Dicen que conllevan el envío de «más tráfico a intermediarios y agregadores» y menos «a proveedores finales como hoteles, aerolíneas, tiendas y restaurantes», que trabajaban con Google.

Esas conexiones directas permitían desarrollar una experiencia de usuario ágil y rápida, con un estándar de seguridad bastante elevado, pero a costa de reducir al mínimo las oportunidades de competencia que quiere proteger la Unión a toda costa. Google ha cooperado con ella, pero  ha expresado «su preocupación» porque algunas normas provoquen el efecto contrario, que reduzcan «las posibilidades de elección de los ciudadanos y las empresas europeas». La Comisión Europea tiene otro punto de vista. Afirma que la nueva legislación permitirá disfrutar de «servicios de mejor calidad y precios más bajos para los consumidores».