El Gobierno suprimirá los visados de oro a extranjeros que compren viviendas de más de 500.000 euros

G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

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Sumar pide ir más allá y prohibir que se adquieran inmuebles en los que no se vaya a residir, como hacen Canadá o los Países Bajos

08 abr 2024 . Actualizado a las 19:03 h.

El Gobierno eliminará la posibilidad de que los extranjeros puedan conseguir un permiso de residencia en España por la compra de una vivienda con un precio superior a los 500.000 euros, una de las modalidades de los visados dorados (golden visa) que el Ejecutivo de Mariano Rajoy implantó en el 2013 para incentivar la inversión extranjera en el país.

El presidente Pedro Sánchez anunció ayer en Sevilla que el Consejo de Ministros estudiará, en su reunión de hoy, un informe elevado por la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, para modificar la ley aprobada hace once años y así intentar «garantizar que la vivienda sea un derecho y no un mero negocio especulativo».

El jefe del Gobierno expuso que alrededor del 94 % de los visados concedidos a inversores extranjeros (cerca de 10.000 autorizaciones) están vinculados a la compra de inmuebles, y que la demanda de estos grandes patrimonios foráneos se concentra en ciudades como Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante, Palma de Mallorca y Valencia. Urbes que, recordó, son también las zonas «más tensionadas» para el alquiler o la compraventa de viviendas.

Sánchez incidió en que su Administración no quiere para España el modelo de «la inversión especulativa en vivienda, porque es un modelo que conduce al desastre» y, sobre todo, a una desigualdad «lacerante», como muestran las cada vez mayores barreras de acceso que tienen los jóvenes y trabajadores de ingresos más modestos para poder acceder a una vivienda.

Frente a la especulación con el ladrillo, expuso que España debe explorar un modelo de progreso real y sostenible, «ser un país para la inversión productiva, la que genera innovación y empleo de calidad». «Lo que queremos es poner alfombra roja para quien venga a España a crear empleo, a invertir en innovación o a dinamizar nuestro tejido productivo y no para quienes simplemente buscan especular con un bien como es la vivienda», sentenció.

Varías vías de acceso

Y es que la compra de inmuebles no es la única vía que tienen los extranjeros para acceder a los visados dorados, ya que estos también se conceden a quienes adquieren deuda pública española (con al menos dos millones de euros en letras o bonos del Tesoro) y a quienes adquieren acciones o participaciones sociales de empresas españolas por valor de más de un millón de euros o invierten esa misma cantidad en activos financieros (depósitos o fondos).

Los inversores extranjeros que cumplan alguno de los requisitos anteriores tienen derecho a obtener una autorización de residencia, con una duración inicial de tres años (seis meses en el caso de la firma de un contrato de arras para la compra de vivienda, hasta que se formaliza la operación). Una vez vencido dicho plazo, el permiso podrá renovarse por sucesivos períodos de cinco años, siempre y cuando se mantengan las condiciones que generaron el derecho a obtener el visado.

Tras los pasos de Portugal

La decisión de Sánchez se produce más de un año después de que Portugal anunciase también el fin de las golden visa por compra de vivienda (dentro de un paquete más amplio en el que el Ejecutivo de António Costa prohibió también la apertura de nuevos pisos turísticos, salvo en zonas rurales). También las autoridades europeas, desde la Comisión al Parlamento Europeo, presionan desde hace años para que los países miembros eliminen estos programas de acceso privilegiado a los derechos de residencia, alegando que suponen un compromiso para la seguridad de los Veintisiete, ya que durante años permitieron comprar la libre circulación por el espacio Schengen a nacionales de países como Rusia, China o Irán.

Unos argumentos que fueron recogidos en la pasada legislatura por los grupos de la oposición. Así, Ciudadanos registró una proposición no de ley exigiendo restringir el régimen de concesión de estos visados, algo a lo que abrió la puerta antes de las elecciones el entonces ministro de Migraciones, José Luis Escrivá.

El anuncio realizado ayer por Sánchez fue apoyado por sus socios de Gobierno de Sumar, que incluso pidieron ir más allá y prohibir la compra de viviendas si no se va a residir en ellas, como ya ocurre en países como Canadá o en ciudades como Ámsterdam. Frente a esta postura, el PP, por boca del consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, mostró su oposición a la restricción de los visados dorados: «Lanza un mensaje muy negativo a los inversores que quieran venir a España».

Y es que Madrid es una de las comunidades preferidas por los extranjeros que hacen inversiones inmobiliarias para acceder a permisos de residencia, lo que le ha hecho ganarse el apodo de la Miami europea. Un buen ejemplo de ello es el del barrio de Salamanca, en pleno centro de la capital, que se donde en los últimos años pusieron el foco grandes fortunas latinoamericanas, con una nutrida presencia de venezolanos, mexicanos y, en los últimos tiempos, también argentinos o colombianos. Un interés que ha provocado que los precios se disparen.

Pese a ello, los portavoces de los grandes portales inmobiliarios, como Idealista o Fotocasa, creen que el impacto de la restricción de los visados en el mercado de la vivienda será limitado.