Los hogares ahorrarán dos tercios de su factura energética para el 2035

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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PEPA LOSADA

La UE moviliza la mitad del dinero que necesita para su reindustrialización

14 abr 2024 . Actualizado a las 15:12 h.

Nunca antes el precio de la luz había anotado valores negativos como los registrados en España en las últimas semanas. Aún con los impuestos en subida, el recibo medio del mes de marzo ha vuelto a rozar mínimos en tiempos modernos y lo ha hecho gracias al gran excedente de energía renovable que han producido las plantas hidráulicas y los parques eólicos, señal de que estas tecnologías no solo pueden ayudar a descarbonizar la industria, también contribuyen a aliviar la factura energética de los hogares.

Para ellos, el recibo podría llegar a abaratarse en dos tercios para el 2035 si se cumple a rajatabla la hoja de ruta del Acuerdo Verde europeo (Green Deal), como estiman los expertos del instituto de análisis Strategic Perspectives.

Solo con la descarbonización del sector energético, «los precios de la electricidad se pueden reducir un 12 % —7 % en el 2030—», indican en un informe presentado esta semana. El ahorro potencial global en la UE alcanzaría los 449.000 millones de euros para 2040, a los que habría que sumar otros 856.000 millones en importaciones de gas, petróleo y carbón que ya no serían necesarias.

Brecha de competitividad

El punto de partida no es bueno. Existe lo que los analistas denominan una «brecha de competitividad» respecto a Estados Unidos o China. «El sector industrial europeo está en una encrucijada. O su competitividad recibe un impulso a través de una nueva estrategia industrial europea o los temores en torno a una desindustrialización podrían hacerse realidad», alertan. Se necesitaría otro plan de recuperación para conseguirlo.

El primer objetivo es abaratar el precio de la energía, que en la UE sigue siendo el doble de cara que en el país asiático y americano. El segundo reto es integrar las cadenas de valor para producir a escala y abaratar costes. También está pendiente la simplificación normativa y burocrática, para que las empresas sean más ágiles a la hora de producir y de adaptarse a los cambios.

Una de las críticas que se vierten en el estudio tiene que ver con la subida de los tipos de interés que acometió el Banco Central Europeo (BCE) en el último año y medio para controlar la inflación. «Ha dificultado a los promotores y los proveedores garantizar la financiación y unos márgenes de rentabilidad, derivando en negocios más débiles».

Necesidades de inversión

El despliegue del Green Deal —y la reindustrialización de la UEexigiría una inversión de 668.000 millones de euros en los próximos 15 años, según los cálculos de los analistas. De hacerlo, se podrían crear 2,1 millones de empleos nuevos ligados a las industrias cero emisiones. «Esto sería especialmente beneficioso para las regiones que afrontan diversas transiciones, para dar seguridad al empleo», apuntan. Galicia es un ejemplo de ellas.

Pero la UE está movilizando la mitad del dinero necesario. Aunque algunas tecnologías, como el almacenamiento en baterías o los electrolizadores atraen fondos suficientes para su desarrollo, otras como la eólica sufren un déficit anual de 74.000 millones de euros, señalan. Y preocupa además que, a partir del 2026 —expira el programa de ayudas Next Generation EU— habrá un recorte anual de las inversiones de 35.000 millones. «Un nuevo fondo podría cubrir esa brecha», sugieren.

Transición no tan justa

A pesar de todo, los expertos creen que si no se frena el ritmo de despliegue de renovables, bombas de calor y coches eléctricosel 86% del parque estará electrificado en el 2040, según Strategic Perspectives, ya que prevén que desde el 2026 su precio se equiparará al de combustión—, los ciudadanos podrán ahorrar casi el 67% en su factura energética al finalizar la década. No obstante, recomiendan adoptar nuevas medidas como fijar un porcentaje obligatorio de flota de coches comerciales eléctricos en las empresas o facilitar la financiación de coches más pequeños, de alquiler o de segunda mano a las rentas más bajas y clases medias, para quienes los costes de esta transición «siguen siendo demasiado altos», denuncian. Y es que el precio de los eléctricos aumentó de media en 10.000 euros entre el 2020 y el 2023 a causa del interés de los fabricantes por vender los todocamino (SUV), en lugar de modelos más pequeños.

En sus conclusiones también sugieren reducir los impuestos en la factura de la luz.

El renacer de fabricantes europeos como Vestas y Nordex

Vincent West | REUTERS

Esta misma semana, la Comisión Europea abrió una investigación a fabricantes chinos de turbinas eólicas por supuesta competencia desleal —venden los componentes a mitad de precio aprovechando subvenciones estatales— y podría aplicar sanciones con carácter retroactivo si se confirman las sospechas. Es el segundo expediente que abre en el mes contra empresas chinas — LONGi y Shanghai Electric también están siendo investigadas en el mercado de los paneles solares—. De la mano de una política de competencia más estricta, Bruselas trata de abrir camino a las grandes compañías europeas, como Vestas o Nordex, regando de financiación el mercado. La danesa facturó el año pasado 15.400 millones de euros y volvió a beneficios (77 millones frente a las pérdidas de 1.572 millones del año 2022), batiendo además su récord de pedidos (18,4 gigavatios), gracias al gran despliegue de la eólica terrestre en Estados Unidos. La misma línea sigue el fabricante alemán de aerogeneradores Nordex. Según los resultados preliminares, publicados en febrero, cerró el 2023 con una facturación récord (6.500 millones de euros) no prevista y con unos pedidos nuevos de récord: 7,4 gigavatios (GW).

La también alemana Siemens Energy sigue teniendo problemas con su unidad eólica (Gamesa). A pesar de los problemas de calidad de sus aerogeneradores, ha conseguido anotar beneficios de 208 millones en el primer trimestre del año, frente a las pérdidas de 282 del año anterior, a causa de Gamesa.