Serán tus grandes aliados en la cocina estos meses. Su sabor es mejor, son más sostenibles y su precio es más barato si los consumes en esta época del año

Si estas semanas das una vuelta por los pasillos de tu supermercado habitual, te darás cuenta de que febrero es un mes cargado de verduras de temporada. No, jamás nos cansaremos de decir las numerosas ventajas que representa incluir estos productos en nuestra lista de la compra: son buenos para la salud, para el bolsillo y también para el medio ambiente. Y es que si algo tienen los alimentos de temporada es que su valor nutricional suele ser mucho mayor y su precio, más bajo. Pero la cosa no se queda ahí, ya que el bajo requerimiento de transporte y almacenaje ayuda también a reducir las emisiones de CO2 y, por tanto, el impacto ambiental. 

Hoy vamos a poner el foco en la coliflor y el puerro, dos verduras muy versátiles que -aunque podemos encontrar en el mercado durante todo el año- están especialmente ricas en época de frío. Sabemos que la primera cuenta con grandes detractores, pues muchos la rechazan por culpa del desagradable olor que se produce durante su cocción (un pequeño truco: prueba a echar un chorrito de vinagre en la olla). No obstante, el interés de los consumidores por esta verdura ha crecido en los últimos años, y se ha convertido en un alimento imprescindible en dietas de adelgazamiento, en menús veganos o, simplemente, para hacer versiones más saludables de recetas clásicas (seguro que ya has oído hablar del famoso colirroz). La coliflor es un auténtico tesoro que aporta pocas calorías y muchos beneficios a nuestro organismo. Su aporte de vitamina C es muy importante y es igualmente rica en fibra y antioxidantes, por lo que cree que puede ayudar a prevenir enfermedades como el cáncer.

El puerro es otro producto que no debe faltar en nuestra despensa esta temporada. Al igual que la coliflor, su componente mayoritario es el agua y su porcentaje en fibra es elevado, lo que le confiere un gran efecto saciante y, además, favorece la digestión. Muchos no lo saben, pero este vegetal pertenece a la misma familia que el ajo y la cebolla, aunque su sabor es más suave y delicado. Se utiliza comúnmente para aliñar múltiples platos, aunque también puede convertirse en el centro de algunas de nuestras propuestas culinarias.

Recetas para un bocado de invierno fetén

Estos productos de temporada se pueden utilizar en múltiples elaboraciones y, ahora que tenemos que pasar mucho tiempo en casa, puede ser buen momento para ampliar nuestro recetario. La típica coliflor hervida, así sin más, puede resultar muy aburrida y es la razón principal por la que se ha convertido en una de las verduras que más traumas infantiles han provocado (junto a las espinacas, claro). Pero, ¿quién puede resistirse a un delicioso plato de macarrones cubiertos de una irresistible y cremosa salsa? Esta receta de pasta con atún y salsa de coliflor no lleva nada de nata o queso para darle textura, sino que es la propia verdura la que le aporta toda su cremosidad de la forma más saludable. Y para esos días en los que el frío aprieta, nada mejor que un buen plato de cuchara. Este curry de pollo, boniato, brócoli y coliflor está lleno de sabor y conserva un ligero toque picante que te hará entrar en calor.

También puedes aprovechar estas semanas para reivindicar un mayor protagonismo del puerro en la cocina. Es, sin duda, una de las verduras más minusvaloradas y muchos piensan que solo sirve para preparar caldos o sofritos. Lo mismo ocurre con otro clásico de la cocina en invierno: las cremas, donde el puerro puede igualmente ocupar un lugar más destacado.