«Tengo 81 años, llevo más de 30 fumando marihuana. Si fuera malo, tendría que estar muerto»

Elena G. Bandera
E. G. Bandera GIJÓN

ASTURIAS

Ángel Meana, en Santiago..Ángel Meana, en Santiago.
Ángel Meana, en Santiago.

Ángel Meana preside la asociación Llerbastur, en la que al menos el 20% de los socios son terapéuticos. En su caso, sin embargo, lleva años sin pisar una consulta médica. «No coarta para nada mis condiciones físicas ni psicológicas», asegura

12 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ángel Meana se jubiló el 31 de diciembre de 2000 a los 65 años. Recuerda la fecha exacta en la que había empezado a trabajar: el 1 de enero de 1950. «Estuve 51 años trabajando», asegura, «tengo 81 años, llevo más de 30 fumando marihuana y, si fuera malo, ya tendría que estar muerto». Meana preside la asociación Llerbastur, que se creaba en 2010 y comenzó a funcionar en 2012 en Avilés, «básicamente pata tener un lugar en el que poder consumir este producto tranquilamente y sin sobresaltos. Llevamos ya cuatro años sin ningún problema, absolutamente dentro de lo legal». Para ser socio, hay que ser mayor de edad y certificar que se es consumidor habitual. «El proceso de la marihuana en la sociedad es imparable. Desde hace una temporada nos empieza a llegar mucha gente a la asociación con documentación médica, que están recibiendo quimioterapia o que están en silla de ruedas…»

Al menos un 20% de los socios de Llerbastur son terapéuticos. «La sociedad lo demanda y no solo a un nivel lúdico», indica Meana, «no es que cure nada, pero palia los efectos. Te dicen que duermen mejor, que comen un poco más y que están más tranquilos. Algunos te dicen que están tomando diez pastillas al día que lo único que les hace es fastidiarles el estómago y, si me fumo un porro, de repente estoy cuatro o cinco horas perfectamente, el estómago es funciona bien y se sienten bien». También se utilizan vaporizadores y se emplea en la alimentación. «La cocina cannábica es bastante interesante. Hay aceites, infusiones, repostería… La gente busca solución a sus dolencias». 

Los efectos de la marihuana en una persona dependen de varios factores como la edad, la cantidad de cannabinoides psicoactivos en lo que se consume o la predisposición biológica del consumidor, entre otros. Ángel Meana dice que a él le sienta bien. «Tengo 81 años y fumo marihuana a diario. Voy al gimnasio, a nadar, y he fumado, a esquiar, a andar en bici, a hacer el camino de Santiago, a hacer yoga, y no coarta para nada mis condiciones físicas y psicológicas. No solo no me perjudica sino que me hace muy bien». Ni siquiera sabe quién es su médico de cabecera. «Algunas veces me preguntan mis hijos que cuánto hace que no me hago una analítica. Como 25 o 30 años. No piso la consulta médica para nada. Cuando alguien echa pestes sobre la marihuana no estoy de acuerdo. Llevo años consumiéndola y hago pruebas para ver si puedo estar un mes sin ella, y no pasa nada, es mucho más agobiante la falta de tabaco o de café», asegura.

«Hice el camino de Santiago en bicicleta y no mermó en nada mis facultades»

En una de esas pruebas, en 1999, se puso a hacer el camino de Santiago solo y en bicicleta desde Roncesvalles: «Quería ver el efecto que podía ejercer sobre mi. Solo, en bici, por el monte, en los reflejos y el sentido del equilibrio. Fueron 20 días de bicicleta hasta Santiago y no mermó en nada mis facultades». También ha hecho la prueba de estar un tiempo sin fumar y «no genera adicción. Me pueden entonces preguntar que por qué la consumo. Pues como el café o el cigarrillo de después de comer. No es tan negativo como algunos piensan».

Como prueba de su buena forma física, dice que también en septiembre de este año volvió a hacer el camino de Santiago, esta vez a pie y desde Burgos. «La gente se sorprendía cuando les decía mi edad». De sus años de trabajador en la rula de Avilés, recuerda que antaño las redes eran de cáñamo que venían de Alicante. El cáñamo industrial, que a simple vista es imposible de diferenciar de una planta de marihuana si no se realiza un análisis de sus componentes, fue prohibido con la penalización del cannabis a principios del siglo pasado. «Estaba legalizado entonces pero los americanos llegaron con el Plan Marshall y una de las condiciones que pusieron era que había que legalizar el consumo de marihuana». 

Con el «berenjenal» político que vive España en la actualidad, Meana ve improbable que el debate de la legalización de la marihuana se vaya a plantear a corto plazo, aunque insiste en que la demanda existe y va a más. «Y no ya para pasarlo bien, sino para no tener dolores y ahí estamos hablando de palabras mayores», indica.