Roberto Fernández Montes llevaba desaparecido varios días. La Policía ha detenido a dos personas, una de ellas su yerno, al que acusaba de haberle estafado
25 ene 2017 . Actualizado a las 21:26 h.El empresario Roberto Fernández Montes, cuyo cuerpo fue hallado calcinado a las afueras de Buenos Aires tras varios días desaparecido, era originario de Asturias, aunque residió la mayor parte de su vida en Argentina, según han confirmado fuentes diplomáticas. Fernández -propietario de la empresa Mini Vial, dedicada al movimiento de tierra y excavaciones en el sector de la construcción- tenía 67 años y era originario de la localidad asturiana de Lena, aunque llevaba registrado como residente en Argentina desde 1965. Por su muerte permanecen detenidas dos personas, una de ellas su yerno, después de que el martes apareciese un cuerpo calcinado que, a la espera de las pruebas médicas definitivas, coincidiría con la descripción del desaparecido. La desaparición de Fernández había sido denunciada por una de sus hijas el sábado pasado.
Los investigadores encontraron la grabación de unas cámaras de seguridad en la que se ve al yerno de la víctima y a un empleado sacando un bulto envuelto en una manta del domicilio del empresario, en el barrio porteño de Caballito. El yerno acabó entregándose y la policía arrestó también al supuesto cómplice. Los dos detenidos se han negado a declarar, informaron fuentes policiales a medios locales, y hoy los investigadores encontraron 20.000 dólares en el coche del yerno, que se cree que pertenecían al ahora fallecido.
El dinero se encontraba en el maletero del automóvil del yerno, arrestado por la muerte del empresario junto a un supuesto cómplice, y coincide con una cantidad desaparecida que tenía la víctima escondida en su casa, en el motor de su jacuzzi. Los dólares estaban en dos fajos dentro de una bolsa de plástico negra con cierre hermético que no permite que pase la humedad, según la agencia estatal de noticias Télam.
Allegados de la familia dijeron a la prensa local que el yerno, cuyo nombre no se ha difundido, le había estafado y dejado en la ruina. El supuesto fraude había sido detectado ocho meses atrás por Fernández y superaría el millón de pesos (casi 63.000 dólares) en créditos obtenidos con un poder a nombre del empresario, cheques cobrados en ventanilla e impagos en los camiones, excavadoras y otras maquinarias de la empresa, así como en los seguros de los empleados.
Ello desencadenó amenazas por parte del yerno, pero el constructor nunca llegó a denunciarlo por miedo a represalias contra su hija y sus nietos, conforme al relato de los familiares.