«¿Por qué no puedo ver a mis hijos y el novio de mi exmujer sí?»

Pilar Campo REDACCIÓN

ASTURIAS

CESAR QUIAN

Un padre en proceso de divorcio relata los obstáculos que debe superar para visitar a sus dos hijos menores de edad desde que su mujer se separó de él

20 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

D.V. tiene dos hijos de 8 y 15 años y desde hace cinco años ya no convive a diario con ellos. Asegura que su mujer, de la que está en trámites de divorcio, le pone todos los impedimentos del mundo para mantener una buena relación. Está convencido de que su exesposa está amparada por los tribunales de justicia sólo por el hecho de ser mujer y no entiende por qué razón un hombre, sólo por su sexo, debe demostrar que es buen padre a los ojos de un juez que será el que determinará el futuro de su relación paterno-filial.

No quiere facilitar demasiados datos de su filiación, ni su situación actual porque teme que le pueda perjudicar. «Los jueces son muy rencorosos», ilustra. Pero quiere dar a conocer públicamente su caso, porque sostiene que en él se verán reflejados muchos padres que se ven privados de sus hijos a raíz de su separación o divorcio.

«Ella no se merecía quedarse con los niños»

D.V. califica la relación que mantenía con sus hijos antes de la separación como «buena», pero sostiene que empezó a torcerse cuando el matrimonio se rompió. El punto de inflexión se produjo coincidiendo con la nueva relación sentimental que inició su exmujer. «Ella hizo creer que yo no me ocupaba de los críos y al final consiguió echarme de mi casa», relata con un deje de amargura en su voz.

Con la separación, los niños se quedaron a vivir con la madre en el domicilio familiar. «Ellos al principio estaban una semana con cada uno y hacíamos los cambios los viernes. El juez dio la custodia a la persona que menos lo merecía», afirma este padre asturiano.

Además de someterse al examen de los peritos para que realizaran un informe psicosocial de su situación personal, D.V. comenta que sufrió un fuerte shock emocional al tener que visitar a sus hijos en un punto de encuentro, ante el enconamiento de la relación con su exmujer. «Me acusó de ser mal padre, cuando yo les llevaba a los médicos, estaba con ellos….pidió hasta prisión para mí y una orden de alejamiento. De todo. Ella tiene un nuevo novio y él puede ver a mis hijos y yo no. ¿Por qué?», señala indignado.

 «¿Por ser hombre tengo que ser un mal padre?»

D.V. tampoco entiende por qué si un primer informe pericial acredita que él estaba capacitado para ejercer como padre responsable, ahora tiene que volver a someterse a un nuevo procedimiento y demostrar que es capaz de atender a sus dos hijos. «El caso penal se cerró porque no había ninguna prueba contra mí. Ella no podía demostrar que yo era un mal padre, porque no era verdad. A las mujeres siempre se les da por supuesto que son buenas madres. ¿Por qué tenemos que ser nosotros malos padres, si también les llevamos al médico, les damos de comer y les atendemos igual que las madres. Por qué tienen ellas más derechos que nosotros?», inquiere D.V.

Este padre asegura que en su afán por demostrar que su exmujer no estaba más capacitada para ejercer la custodia en exclusiva que él contrató los servicios de un detective, pero cree que los jueces siguen concediendo más derechos a las madres. Su batalla actual está encaminada a lograr la custodia compartida. Actualmente mantiene una relación mejor con su hija pequeña. «Mi exmujer, estoy seguro, les ha hablado mal de mí a mis hijos. Y por eso mi hijo mayor es más reacio a mantener esa relación. Y encima yo tengo que demostrar que soy buen padre. Es mi exmujer la que no está capacitada para tenerlos sólo ella, pero a saber qué van a hacer los jueces ahora», se queja, mientras incide en que no se le identifique para que los jueces no tomen represalias contra él por denunciar su caso. «Es que con los jueces nunca se sabe», reitera.