Convertir a los médicos en autoridad no reduce las agresiones

S.D.M. OVIEDO

ASTURIAS

El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Asturias, Alejandro Braña.
El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Asturias, Alejandro Braña.

El número de denuncias anuales en el Principado oscila entre 12 y 13. El Colegio Oficial, que promueve una tolerancia cero, reconoce que hay muchos casos que no llegan a los tribunales

16 mar 2017 . Actualizado a las 20:26 h.

Convertir al personal sanitario en autoridad pública, con la misma consideración que un policía o un agente de la Guardia Civil, no ha servido para frenar las agresiones a los médicos. Al menos, hasta ahora. El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Asturias, Alejandro Braña, reconoce que en 2016 se registraron el mismo número de denuncias que en ejercicios anteriores, una cifra que fluctúa entre 12 y 13. Sin embargo, Braña no considera que la medida haya fracasado. Piensa, más bien, que el cambio legal -que convierte en delito cualquier ataque verbal o físico a un profesional que trabaje en el campo sanitario- debe ir acompañado por una labor de concienciación, que también se está realizando. Ambas estrategias fructificarán a medio plazo.

Alejandro Braña comparte esta visión optimista en el Día Nacional contra las Agresiones al personal sanitario, una jornada que precisamente persigue incrementar la concienciación social y luchar contra esa lacra violenta. «Tenemos que hacer ver a la sociedad que es un problema de todos. Un médico o cualquier otro profesional no puede tolerar actitudes incívicas y violentas. No puede actuar sujeto a coacciones», explica. El presidente del colegio aboga por una política de tolerancia cero, tal y como reza el eslogan elegido este año: «Contra las agresiones, tolerancia cero».

El Colegio Oficial de Médicos registra desde hace años entre 12 y 13 denuncias al año, incluidas agresiones verbales y físicas, con leves fluctuaciones que no se produjeron en 2016. Los dos servicios más afectados son las consultas de Atención Primaria y las Urgencias. Las víctimas son más mujeres que hombres, un 60% frente a un 40%, mientras que los agresores son mayoritariamente varones. La proporción de casos en función de la población es muy similar al resto de regiones españolas. Braña matiza que solo en algunas provincias andaluzas y del Levante los indicadores son más alarmantes. El resto sigue una tónica muy similar. De hecho, se producen unas 500 en toda España.

El problema es que esa cifra recoge las denuncias no el número de casos. El presidente del colectivo en el Principado reconoce que hay muchas agresiones que no se denuncian, más insultos y vejaciones que ataques físicos. Cree que algunos profesionales restan importancia a estas actitudes de los pacientes o prefieren callar por miedo o porque consideran que entorpecen la relación con los enfermos. Braña no está de acuerdo con estas decisiones. Defiende que se denuncie todo porque es la única manera de cortar de raíz.  El Colegio de Médicos, de hecho, actúa de oficio cada vez que tiene conocimiento de una agresión denunciada. Ofrece también asesoría jurídica a aquellos profesionales que lo solicitan o que reclaman que se les represente. 

La Organización Médica Colegial, que aglutina a todos los órganos territoriales, ha lanzado también un manifiesto con una postura inequívoca. Reclama que se refuercen las medidas preventivas y de protección a los profesionales, incrementar las medidas de seguridad en los centros, tanto públicos como privados; y que la consideración como autoridad de los profesionales se extienda al sector privado. Pretende que la intimidación, la amenaza, la coerción y la agresión psíquica también sea considerada también como delito, que se unifique la tipificación judicial para que las agresiones sean penadas con los mismos criterios en todas las comunidades y que las Administraciones sanitarias establezcan programas de formación para afrontar situaciones difíciles. Necesita de más medios para que el registro nacional de agresiones a sanitarios cuente con adecuados sistemas de registro y mapa de riesgos para conocer con rigor el alcance del problema, que se establezcan protocolos de actuación y que haya más coordinación con las fiscalías y con los cuerpos de seguridad del Estado.

«Detrás de esta violencia se encuentra un entramado causal de gran complejidad que favorece las situaciones de conflicto, en medio del dolor y el sufrimiento de los pacientes», señala la organización médica.