Los animales han sido colocados en señales de tráfico junto a mensajes con protestas de los ganaderos
06 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El ejemplo de la decapitación y ensañamiento con los lobos en Asturias parece que se extiende a otros países. Según publica la revista Jara y Sedal, han sido hallados en Italia varios cadáveres de lobos enganchados a señales de tráfico, tal y como está sucediendo en Asturias en los últimos meses. Los motivos de los ensañamientos tienen su origen en los ganaderos de la zona, que se quejan de una falta de indemnizaciones por parte de las instituciones públicas tras los ataques que reciben sus animales por parte de los lobos.
Tal y como recoge Il Messaggero, el último cuerpo encontrado, en este caso, tal y como ha sucedido en el Principado, suspendido en una señal de tráfico, estaba acompañado de un mensaje que rezaba: «Se comieron ovejas y terneros y no tuvimos ningún reembolso». El cadáver fue avistado en Pendenza di Cittaducale (provincia de Rieti), en una zona montañosa del Lacio.
De este modo, parece que se ha exportado a Italia la costumbre que se ha desarrollado en los últimos meses en Asturias de matar a este tipo de cánidos para proteger los negocios ganaderos. El modus operandi utilizado por los italianos, colgando los animales muertos en lugares públicos para que sean visibles ante la sociedad, es muy similar a alguno de los empleados en la región para quejarse por la gestión del Principado ante el problema que persiste por la numerosa población de lobos. No obstante, cabe destacar que los casos localizados en la región asturiana no fueron acompañados de una declaración de intenciones por escrito.
En Asturias, tras las decapitaciones, ensañamientos y exposiciones públicas de numerosos ejemplares de esta especie, las organizaciones ecologistas han dado la voz de alarma para solventar cuanto antes esta situación. Los cánidos muertos en Asturias no solo fueron colgados de señales como en el caso de Rieti, idéntico al que tuvo lugar en Teverga, por ejemplo, sino que también han sido mostrados en aparcamientos, puentes y otras zonas cercanas a la actividad humana. Sin embargo, tras hallazgos como los vividos en Italia, parece que el problema ya ha cruzado las fronteras no solo de la región, sino del país.