Gaspar Llamazares: «En cada barrio de Oviedo se debe poder tener servicios y hacer cualquier gestión»

ASTURIAS

Gaspar Llamazares
Gaspar Llamazares

El veterano político valora las propuestas como candidato a la alcaldía de la capital

13 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Gaspar Llamazares regresa a la política activa en un ámbito para él inexplorado, en la política municipal, optando a la alcaldía de Oviedo como candidato independiente de Izquierda Unida.

-¿Qué es lo que hace volver?

-Cuando uno pasa a un segundo plano, sobre todo a un plano más reflexivo, volver de nuevo al frente siempre plantea dudas. Dudas sobre tu aportación a esa candidatura y por otro lado porque para mí la política municipal es algo nuevo. Pero una vez disipadas esas dudas, mi planteamiento general fue que podía contribuir a recuperar la presencia de una izquierda seria en el Ayuntamiento de Oviedo y también que esa presencia podría contribuir al proyecto de Sumar, que comenté con Yolanda (Díaz), y al final me convencí de que podía aportar algo. También que no puedes evitar ver cómo evoluciona la política general y en Oviedo en particular y en la ciudad una de las cuestiones que más me llama la atención y creo que es algo en lo que se ha equivocado el actual gobierno local, es la actitud con el resto de grupos de la oposición. Han tenido una actitud de cierta displicencia, de menosprecio, a la vez que una confrontación con otras instituciones, en particular con la Universidad de Oviedo.

-Cuando dejó la Junta, todavía mucho tiempo IU de Asturias tuvo relaciones muy tensas con la dirección federal y luego, cuando cuaja el gobierno de coalición en la Moncloa decían que se sentían reivindicados en lo que aquí al norte siempre se había defendido. ¿Se siente también reivindicado en ese sentido?

-Creo que hay un balance con claros y oscuros. Desde el 15M y la presencia de lo que podemos llamar la izquierda populista, se les tiene que reconocer que suponen una renovación de la representación política; también es destacable que contribuyen a la primera experiencia de un gobierno de coalición en España con presencia de la izquierda. Y eso nadie se lo puede quitar. Pero por otro lado, en el momento en que entran en el gobierno, abandonan las tesis populistas y abrazan la estrategia tradicional de la izquierda. Lo hacen tanto con el diálogo con el PSOE, porque antes se pensaba sólo en el sorpasso, y también desde el propio gobierno porque lo que prima es la gestión, las reformas y no tanto el asalto a los cielos. Hay cosas que veo autocríticamente sobre mis posiciones en el pasado, yo no creo que haya acertado totalmente, pero hay otros aspectos que sí creo que reivindican la posición tradicional de IU de Asturias. Que siempre ha tratado de diferenciarse, mantener su identidad y de colaborar a la vez con la izquierda. Y Podemos en Asturias no siempre lo ha hecho. Creo que Podemos en Asturias ha desperdiciado todo un caudal de confianza y de votos que tenía para terminar en la situación actual, con una imagen de conflicto y división.

-La confluencia no parece fácil en Asturias, ¿es posible en Oviedo?

-Nuestro planteamiento es el de una candidatura abierta y dispuesta a dialogar y negociar, y en particular con la candidatura de Belén Suárez Prieto, y sobre todo colaborar con el conjunto de la izquierda para que sea posible un avance al cambio en Oviedo. Respecto a la otra candidatura, nosotros establecemos la nuestra porque ellos han cerrado la suya. Si hay un acuerdo tendrá que ser abierto y pluripartidista, no como pensaban un pacto a dos entre las cúpulas. Y es también lo que están haciendo a nivel estatal, retando a Sumar a cerrar cuanto antes un acuerdo sobre las bases de la subordinación. Yo soy el fuerte, tú eres el débil que está en construcción, así que te incorporo yo a mi proyecto. Eso es no admitir que el proyecto populista se ha agotado. Tenemos que ir a uno nuevo que trascienda a ese, que tampoco es el de IU, y que Yolanda Díaz ejemplifica muy bien porque como diría Errejón es un significante lleno de significados. Es verdad que no es un proyecto político todavía pero que busca conciliar la tradición y la renovación de la izquierda al mismo tiempo. Se equivoca el que no lo vea y mantenga estrategias del populismo como la polarización, la simplificación de los problemas complejos o la descalificación de la política en general.

-En Oviedo ha habido ocasiones en que la izquierda gana las generales pero no las municipales ¿qué problema cree que hay ahí?

-Sí, hay una especie de resignación del electorado de barrios populares y la izquierda local tiene que preguntarse por qué la política estatal moviliza más. Para hacerle una oferta atractiva tenemos que tener propuestas constructivas, de colaboración dentro de la izquierda y con todas las instituciones. Los problemas de Oviedo no se solucionan con una sola administración. Oviedo es la capital, no solamente de una comunidad, sino de un área metropolitana, de una región metropolitana. Eso nos obliga a una actitud de diálogo y a compartir más allá de la izquierda un proyecto de ciudad. Por sus dimensiones, su actividad económica y social Oviedo puede aspirar a un proyecto de ciudad que es abarcable, de ciudad amable. Hay que ofrecer algo atractivo a sus ciudadanos, a sus barrios, y que tenga que ver con recuperar la actividad, el comercio de cercanía y con una descentralización profunda de la administración local, para que en cada barrio no sólo se puedan obtener servicios sino que se pueda hacer cualquier gestión municipal. Y eso es lo que puede romper la monotonía y movilizar a los barrios. Más allá de que hay que abordar heridas históricas de Oviedo, con fracturas entre los barrios y el centro, para convertirla en una ciudad articulada. No podemos estar con de quién es la culpa del fiasco del Calatrava, por ejemplo, sino qué hacemos con esas instalaciones que existen, con propuestas que reactiven y que no nos queden como un agujero negro.

-Y tenemos muchos fiascos, el Calatrava, pero también el antiguo hospital, la plaza de toros, la misma fábrica de armas…

-Tenemos que tener en cuenta a la resistencia y la alternativa que ha planteado la ciudadanía para La Vega, para no basarse sólo en los acuerdos institucionales sino también en el movimiento ciudadano que ha impugnado parcialmente esos acuerdos para reformarlos, para modificarlos. No bloquearlos. De poco sirve la nostalgia de los pudo haber sido y no fue, lo que hay que hacer es operar sobre la realidad. Los acuerdos institucionales tampoco pueden ser propuestas cerradas tienen que tener en cuenta la opinión ciudadana. Pero no nos situemos en el todo o nada sino que podamos ponernos de acuerdo para hacer avanzar a Oviedo y su actividad. Dos costurones como los que existen en El Cristo y en La Vega no los tienen muchas ciudades de España. Un costurón es al mismo tiempo una oportunidad para reordenar la ciudad y hay que hacerlo sin prisa pero sin pausa y de forma acordada. Esto tiene que poder plasmarse, un modelo de ciudad más amable, en el PGOU y también debe tenerse en cuenta la calidad de vida de los ciudadanos y eso también son las escuelas infantiles o la atención primaria en salud.

-¿Choca ese modelo de ciudad amable con un proyecto como el de la Ronda Norte, pensada para los coches, con túneles en el Naranco?

-Cualquiera que conozca las posibilidades presupuestarias y los detalles de ese proyecto sabe que es inviable a medio y largo plazo. Si vamos a una ciudad de bajas emisiones, una ciudad que conserva sus valores patrimoniales y medioambientales, esa es una propuesta inviable. Que además de que se va pedir que hay menos tráfico tampoco es sólo una cuestión de mero tráfico, es del modelo de ciudad que queremos.

-Ha definido a Oviedo como capital del área metropolitana; sin embargo cuando el debate sobre el área ha estado sobre la mesa mucha gente lo entendió como un intento de restar capitalidad a Oviedo.

-También había objeciones desde Gijón o desde las alas. Lo que cabe duda esa región metropolitana existe y organizarla nos permitiría ordenar lo que ya somos: una gran ciudad descentralizada, polinuclear. Hacerlo consciente y conciliar distintas sensibilidades es lo que tiene que hacer el liderazgo político; no abandonar a la primera de cambio. Es verdad que hay resistencias, lo que no comparto es esa posición que considera incompatible una cosa y la otra. Estamos retrasando lo inevitable. Ya somos un centro metropolitano y tenemos que ordenarlo y dar participación a los distintos intereses, y para eso está la política.

-Toda Asturias tiene un problema de envejecimiento pero también le toca ya a las ciudades. Oviedo pierde población mientras que Siero, en la frontera, crece.

-Esto tiene mucho que ver con cómo está evolucionando la economía y la vivienda en Oviedo. Somos herederos de un concepto de ciudad en la que el valor de lo inmobiliario antecede al valor de uso por parte de los ciudadanos, de los jóvenes, a las viviendas públicas y de alquiler. Y ese olvido está empujando a la gente. Es lo que llaman en París a los jóvenes de las circunvalaciones y las rondas, se hace aquí y los más jóvenes no se quedan en Oviedo cuando en la ciudad hay 15.000 viviendas vacías. Y cada uno de los problemas urbanísticos que tenemos se soluciona siempre con un proyecto de construcción de viviendas, es algo incomprensible. Tenemos viviendas se sobra y nuestros jóvenes se van al entorno de Oviedo porque no tienen la posibilidad de pagar lo que se pide en Oviedo. Lo que se pone en evidencia con esto es que hay un problema de política de vivienda. Ese problema no se soluciona sólo con las competencias de Oviedo, es un problema compartido que se resuelve en el marco de la ordenación del territorio. Respecto a la demografía es que nos estamos peleando contra una transición que es ineludible pero no ponemos medidas para que ese cambio más ordenado. No podemos cerrar los ojos a que el modelo de consumo, de comercio, de ciudad va a tener que adaptarse a un nuevo espectro demográfico. Pero es que es al que va toda Europa, de manera ineludible. Lo que hay que pensar es que las ciudades del norte, como Oviedo, tienen también la capacidad de atraer talento. El flujo de inmigrantes no es suficiente para compensar la diferencia entre natalidad y mortalidad pero sí puede servir para compensar la despoblación, ese será un reto importante en los próximos años.

-El último San Mateo fue noticia por sus calles vacías, mientras que en toda España, al levantarse las restricciones, todas las fiestas populares y patronales se contaron por llenazos. Hay gente que lo puede considerar superficial pero es sintomático.

-Cualquiera que viaje por el norte se da cuenta de que las fiestas son populares o no son. Y la mayor parte de las ciudades del norte hay una presencia del activismo social en sus fiestas. Intentar convertirlas súbitamente en un señuelo comercial creo que es un error. Hay que hacer compatible que las fiestas sean populares porque es que esa es la garantía de que salga beneficiado el ámbito comercial. Esa visión pacata, vetusta, de la fiesta es el resumen simbólico del gobierno municipal. Lejos de aprovechar todas las sinergias, lo que hace es amputar una parte del carácter popular de las fiestas en detrimento al final del carácter comercial. Si se compara con otras fiestas del norte, con fiestas previas al covid, en el balance uno se da cuenta de que es ruptura con la tradición, y qué paradoja que la derecha rompa con la tradición por puro sectarismo, y ha sido un error. Lo que han hecho es un ejemplo de populismo porque ante un situación compleja han dado un manotazo. Y no he visto ninguna autocrítica por parte del gobierno municipal, es esa actitud displicente, confundir la propaganda con la realidad, son los principales déficits del gobierno local.

-Muchos ovetenses miran estos días los planes para una ciudad deportiva del Real Oviedo, pero hay dudas.

-La ciudad deportiva del Real Oviedo es una buena noticia tanto para los oviedistas como en general para los ovetenses. Por eso no se deben crear falsas expectativas con unas fechas inviables de acuerdo con la normativa urbanística ni debe ser un mero señuelo electoral de partido. Es tan importante que requiere consenso político y seguridad jurídica.