La Universidad de Oviedo lidera un estudio pionero en Chernóbil: detectan bacterias adaptadas a la radiación

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Investigadores, recogiendo muestras en la zona de exlusión de Chernóbil
Investigadores, recogiendo muestras en la zona de exlusión de Chernóbil Universidad de Oviedo

Se trata de la investigación más exhaustiva realizada hasta la fecha sobre las comunidades microbianas de la zona de exclusión

01 jun 2023 . Actualizado a las 13:03 h.

El estudio más exhaustivo realizado hasta la fecha de las comunidades microbianas de la zona de exclusión de Chernóbil ha revelado una gran diversidad de bacterias y algunos signos de su adaptación a la radiación liberada tras el accidente nuclear registrado el 26 de abril de 1986 en esta central ucraniana. Así lo indica una investigación que acaba de ser publicada en «Environmental Pollution», en la que se han encontrado los mismos valores de diversidad y riqueza de microorganismos en los humedales muestreados dentro y fuera de la zona de exclusión.

Tras 37 años del accidente en el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil (Ucrania), que causó la mayor liberación de sustancias radiactivas al medio ambiente de la historia, este trabajo ha detectado también varias bacterias que presentan una mayor abundancia en áreas con altos niveles de radiación, lo que indica su alta capacidad de adaptación.

El investigador del Departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, Germán Orizaola, ha explicado que el trabajo de campo de este estudio se desarrolló en la primavera de 2019 en diferentes zonas del norte de Ucrania, tanto dentro como fuera de la zona de exclusión de Chernóbil. Durante el estudio, que fue realizado en colaboración con investigadores de la Universidad de Brown (Estados Unidos) y la Estación Biológica de Doñana-CSIC, se visitaron un total de 21 humedales en los que se tomaron muestras tanto de agua, como del sedimento de las charcas y del suelo de los alrededores para analizar la composición de las comunidades de microbios de los tres ambientes.

Estas localidades se distribuyen a lo largo de un gradiente de radiación de más de tres órdenes de magnitud, desde áreas con niveles basales de radiación (no contaminadas), como zonas que experimentaron las mayores dosis de radiación en el momento del accidente. El estudio encontró más de 20.000 taxones diferentes de microorganismos en las localidades examinadas y los análisis mostraron que los humedales de Chernóbil mantienen comunidades microbianas ricas y diversas tres décadas después del accidente.

Estos resultados concuerdan con estudios previos que revelan que la zona de exclusión de Chernóbil mantiene en la actualidad ecosistemas plenamente funcionales y que dan refugio a una gran diversidad de organismos, desde la gran fauna amenazada -osos, linces y lobos- hasta ricas comunidades de bacterias, presentando en algunos casos señales que sugieren adaptación a ambientes radiactivos, informa Efe.