El HUCA se prepara para usar el robot Da Vinci en más cirugías oncológicas de ginecología

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

La doble consola del robot quirúrgico del HUCA
La doble consola del robot quirúrgico del HUCA

«La percepción que tenemos los cirujanos es que es una técnica muy segura y que va a aportar ventajas especialmente en el cáncer de endometrio, las miomectomías y, en general, en la cirugía ginecológica», asegura el ginecólogo José Manuel Adánez

04 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las cuatro intervenciones quirúrgicas que ya se han llevado a cabo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con el robot Da Vinci en ginecología han dejado muy buenas expectativas. «Ahora era el momento de incorporarse a la cirugía robótica, que ya lleva 20 años años y va por la sexta generación, pero en ese sentido nos hemos incorporado en un momento bueno porque las evidencias hasta ahora no eran muy potentes en beneficios», considera el ginecólogo José Manuel Adánez, que recuerda que las especialidades que más se benefician de esta técnica son urología, cirugía general y ginecología, la última en incorporarla de momento tanto en el HUCA como en el Hospital de Cabueñes, en Gijón, en los que ya se han superado el centenar de intervenciones en las tres áreas.

Adánez, que confía en que hasta finales de año se puedan llevar a cabo al menos 18 sesiones mediante la cirugía robótica en ginecología, explica que en esta especialidad en el HUCA ya se han acreditado dos cirujanos, en breve lo estarán otros dos y también se va a tratar de ofrecer a los residentes la posibilidad de hacer una formación online en la que, indica, es una ventaja que el robot tenga doble consola. «Los cirujanos, para acreditarse, tienen que tener habilidades en cirugía laparoscópica», señala, recordando que en ginecología son tres las maneras en las se realiza una cirugía: abierta, vaginal y laparoscópica.

A ellas se suma ahora en la sanidad pública asturiana la robótica, que aporta sobre todo seguridad. «Hemos empezado en patología benigna y las ventajas son que la visión en 3D permite que la perfección del cirujano sea mágica. Te sientes más seguro, la posición es más ergonómica y por lo tanto más cómoda y, aunque las operaciones duran un poco más y son más caras, la seguridad que te da el robot es intensa». Otra de las ventajas que ya han podido comprobar en ginecología es que disminuyen las ocasiones en las que hay que convertir la intervención en una laparotomía, que es la exploración quirúrgica del abdomen, respecto a la laparoscopia.

Las pacientes operadas con esta técnica además recibieron el alta médica al día siguiente de la intervención. La horquilla de las estancias con cirugías estándar laparoscópicas y abiertas pueden oscilar entre los dos y los ocho días. «Va a haber menos estancia hospitalaria, se van a marchar enseguida, y eso es bueno para la mujer y además supone un ahorro», valora también Adánez.

Las primeras intervenciones han sido histerectomías en las que no existe una gran diferencia con la cirugía laparoscópica. En este sentido, Adánez recuerda que en el HUCA ya se emplea la técnica para la búsqueda selectiva del ganglio centinela en los casos de cáncer de cuello de útero y de endometrio, que ya es de por sí menos invasiva, pero con la ayuda del robot Da Vinci las expectativas para estas cirugías oncológicas son aún mejores y con el mismo beneficio para la paciente de curación y longevidad. «En cáncer de endometrio, al igual que en la mama, cada vez se tiende más a hacer una cirugía menos invasiva, que genere el menor número de complicaciones posible y, como ya estamos utilizando el ganglio centinela en el servicio, pensamos que cuando apliquemos la robótica las complicaciones para la mujer van a ser aun menores».

A las ventajas ya mencionadas, Adánez suma también la posibilidad de que otro cirujano colabore en la intervención en remoto. «La percepción que tenemos los cirujanos es que es una técnica muy segura y que va a aportar ventajas especialmente en el cáncer de endometrio, las miomectomías y la cirugía ginecológica en general. La percepción de seguridad -insiste-, de que estamos actuando sobre el órgano en el que realmente queremos actuar, que se ve tan claro y tan seguro estimula la confianza. Tanto la formación como la propia cirugía nos da una tranquilidad en el tiempo y en la seguridad que estamos muy satisfechos, por encima de las expectativas que teníamos».

A partir de ahora la previsión es que casi todos los viernes, siempre que coincidan los equipos, se realicen cirugías ginecológicas con el robot Da Vinci. Y empezar cuanto antes con las oncológicas. «Se está optimizando todo lo que se puede y, como toda la cirugía, siempre vamos a mayores en eficiencia y en eficacia», señala Adánez, que se muestra convencido de que a medio plazo, poniendo todas las ventajas de la cirugía robótica sobre la mesa, será todavía más rentable.