Teresa Sanjurjo: «Los premios de la pandemia me hicieron sentirme muy orgullosa de la Fundación»

G. G.

ASTURIAS

Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias
Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias TOMÁS MUGUETA

15 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Teresa Sanjurjo (Madrid, 1972), es directora de la Fundación Princesa de Asturias desde el año 2009. Licenciada en Derecho por la Universidad Pontificia Comillas, ha desarrollado toda su carrera en el campo de las entidades no lucrativas, particularmente las fundaciones. Hasta su incorporación a la Fundación Princesa de Asturias, y desde 2003, fue directora general de la Asociación Española de Fundaciones y previamente, desde 2001. 

—¿Qué novedades veremos en la edición de los premios de 2023?

—La principal novedad de los premios son, como cada año, nuestros galardonados, quienes a través de la riqueza de sus mensajes, trayectorias y valores nos iluminan y nos guían. Esta edición cuenta, además, con un acontecimiento de especial importancia para la Fundación ya que nuestra presidenta de honor, su alteza real la Princesa de Asturias, alcanzará en fechas próximas la mayoría de edad. Y es, también, la primera ceremonia de Ana I. Fernández como presidenta de la Fundación. Todo ello contribuirá sin duda a que sea un acto cargado de emoción.

—Los tiempos hacen cambiar los valores. Estamos viendo, en este sentido, el gran auge de conceptos como el feminismo o la conciencia climática. ¿Cree que la Fundación comprende, se adapta y transmite estos valores?

—Desde mi punto de vista, hay valores absolutos, como el respeto a los derechos humanos o la dignidad de las personas, y hay otras cuestiones que van surgiendo con el transcurrir del tiempo y conforme a la evolución de la sociedad. La forma más clara de contrastar cómo la Fundación capta el sentido de los tiempos y de la historia es analizar los hechos y nuestros hechos son los galardones que se conceden en cada edición. ¿Para qué trabajan nuestros premiados?, ¿a qué dedican su talento, sus vidas y sus obras? Es evidente que los premios siempre son la mejor brújula para navegar el momento de la historia que nos toca vivir.

—¿En concreto, al igual que ocurre en la sociedad, el feminismo ha estado muy presente y de manera creciente en algunos de los premios y premiados de los últimos años, no?

-Creo que esta es una pregunta que se responde a sí misma. Como mencionaba anteriormente, los premios reflejan las inquietudes y prioridades de la sociedad de cada momento. Afortunadamente, la igualdad de derechos ha ido adquiriendo un mayor protagonismo a lo largo de los años y esta tendencia ha sido transmitida a través, no solo de nuestros premiados, sino que también se refleja en las candidaturas que recibimos, la composición de los jurados y, en términos generales, en toda nuestra actividad.

—En cuanto al programa de actos, ¿volveremos este año a ver muchos actos culturales de la Fundación en la Fábrica de La Vega?

—Estamos trabajando en una extensa y diversa programación cultural en el marco de la «Semana de los Premios» y a través del programa para centros educativos «Toma la palabra», que procura cada año acercar la obra, los valores y la trayectoria de los galardonados a la sociedad para la que trabajamos. Para nosotros eso es lo importante. Sin duda, la fábrica de armas de La Vega ofrece un entorno excepcional. Sin embargo, nuestro enfoque se centra en los contenidos, que son los mensajes transmitidos por los galardonados. En esta edición, la Fundación ha habilitado el edificio de Tabacalera, en Gijón, abriéndolo al público para acoger por vez primera una programación cultural. Además, como muestra de nuestro compromiso con el mundo rural, hemos inaugurado la Semana de los Premios con un acto en Porrúa, en conmemoración de la próxima mayoría de edad de la Princesa de Asturias, nacida el año en el que esta localidad recibió el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.

—En este sentido, una vez que existe un plan para recuperar La Vega, ¿le gustaría que se conservara un espacio donde seguir celebrando eventos de la Fundación de forma menos provisional? ¿Qué otra alternativa habría?

—Como decía, lo que aporta la Fundación, el hecho diferencial, nuestro valor añadido, son nuestros premiados. Evidentemente, hay espacios que facilitan ese acercamiento a la sociedad, que generan más oportunidades, pero en todo caso la decisión sobre La fábrica de la Vega no compete a la Fundación. Nosotros seguiremos organizando nuestras actividades en ese u otro emplazamiento para cumplir nuestro fin fundacional.

—¿Se plantean la posibilidad de celebrar más actos fuera de Oviedo de los que actualmente se organizan?

—Realmente, la Fundación ha mantenido una estrategia orientada a la distribución de actividades, en la medida de lo posible, a lo largo del territorio asturiano. No obstante, existen limitaciones causadas tanto por el tiempo que los premiados nos pueden dedicar en Asturias, como por la disponibilidad de los recursos. En todo caso, considero que un buen ejemplo de la vocación de la Fundación por acercar su labor a todas las personas lo podemos encontrar en la programación de esta edición. Hemos inaugurado la “Semana de los Premios” en Porrúa y hemos dedicado una programación específica en Gijón, centrada fundamentalmente en el edificio de Tabacalera, a nuestro premiado de las Letras, con Murakami en la orilla.

—Este año no hay ni un solo premiado español -además del Pueblo Ejemplar- Los premios tienen vocación internacional, pero nacieron en España. Hay quien dice que falta mucho talento por reconocer más cerca, dentro de nuestras fronteras. ¿No cree que tienen cierta razón?

-Por supuesto que hay muchísimo talento y valores en España, aunque no debemos olvidar que los premios tienen carácter internacional. Ha habido años, como la pasada edición, con tres premiados españoles. Esto depende de muchas variables, es un proceso complejo y largo desde que se abre la convocatoria a finales del mes de octubre, que incluye el número de candidaturas de ciudadanos españoles que se reciben. Indudablemente, la Fundación ha reconocido a muchos españoles y no dudo de que en el futuro habrá más premiados de nuestro país. 

Teresa Sanjurjo, presidenta de la Fundación Princesa de Asturias
Teresa Sanjurjo, presidenta de la Fundación Princesa de Asturias

—¿Qué edición de las que ha vivido, desde dentro o fuera de la Fundación, recuerda con especial emoción? 

—Antes de trabajar en la Fundación, y de eso hace ya más de catorce años, solía ver la retransmisión de la entrega de los Premios. Lógicamente, ahora mi perspectiva ha cambiado y cada año, como se suele decir, tiene su afán. Pero si tengo que escoger una edición en concreto, elijo la de la pandemia. No tanto por la emoción de los Premios en sí, como por lo diferente que resultó con respecto a otros. El esfuerzo que hizo toda la organización por procurar que esa luz, que el mensaje de los premiados continuara guiándonos y motivándonos fue enorme y supuso una gran satisfacción ver como fuimos capaces de llevarlo a cabo, a pesar de las circunstancias. Me hizo sentirme entonces, y ahora, muy orgullosa de la Fundación, de todo el equipo, de mis compañeros de trabajo, de nuestro Patronato y, por supuesto, de sus majestades los Reyes. 

—El inesperado fallecimiento de Nuccio Ordine supuso, sin duda, una conmoción para el mundo académico. ¿Cómo afronta la Fundación un hecho luctuoso de este tipo -no es la primera vez que ocurre- en el que el premiado estará ausente? 

—En la Fundación hemos sentido y lamentado profundamente la pérdida de Nuccio Ordine y también la de Hélène Carrère d’Encausse. Sin embargo, nos queda el consuelo de haberlos premiado y reconocido en vida, de poder dar testimonio del inmenso legado de su obra, humana e intelectual, y de trasmitirlo. Les vamos a echar de menos. 

—¿Cree que el dibujante Francisco Ibáñez, también fallecido recientemente, habría sido merecedor de uno de los premios? 

—Entre mis funciones como directora de la Fundación, afortunadamente, no se encuentra la obligación de decidir sobre esta cuestión. Para ese cometido están nuestros jurados que son independientes y que evalúan con rigor las candidaturas que recibimos con un objetivo muy reconocer a las personas e instituciones ejemplares como lo mejor de la humanidad. No obstante, considero que Francisco Ibáñez fue un gran dibujante que nos ha entusiasmado a muchas generaciones de españoles durante mucho tiempo. 

—La Fundación presentó unas cuentas saneadas, pese al contexto de crisis del año pasado. ¿Seguirá creciendo, por tanto, su presupuesto para los próximos años? 

—La Fundación cuenta, desde hace muchos años, con patronos y protectores que la apoyan, a pesar de las épocas más o menos complicadas que la sociedad española ha ido atravesando. Por nuestra parte, hacemos también, año tras año, un gran esfuerzo por administrar con rigor, y conforme a criterios de eficiencia y de austeridad, todos los recursos que nos permiten trabajar para cumplir nuestros fines fundacionales. Esperamos que ese apoyo se mantenga en el futuro porque nos esforzamos mucho para ser merecedores de la confianza que nuestros patronos depositan en nosotros. 

—¿Cómo va el proyecto de un Museo de los Premios? 

—Desde hace ya semanas, y fundamentalmente a lo largo de este mes de octubre, el equipo de la Fundación, comenzando por nuestra presidenta, el Patronato y todos nosotros, está absolutamente centrado y trabajando para que los Premios Princesa de Asturias de este año sean un éxito. Lo demás llegará a su tiempo. 

—¿Qué se queda en el tintero? ¿Qué les gustaría poder organizar en el futuro? 

—Creo que lo que se queda en el tintero debe estar en el tintero hasta que se presente la ocasión de escribir una nueva historia con proyección de futuro y que esté siempre alineada con los fines de la Fundación. Todo tiene su momento.