De Palencia a Vegadeo para remar: siete horas de viaje casi todas las semanas con la esperanza de clasificarse para los Juegos Paralímpicos

Manuel Noval Moro
Manuel Noval Moro REDACCION

ASTURIAS

Paco San Martín, con una compañera
Paco San Martín, con una compañera Juan Pablo Barcia

Paco San Martín viaja desde Guardo hasta la orilla del Eo para entrenar con «Pioto», que fue dos veces competidor paralímpico

29 ene 2024 . Actualizado a las 11:11 h.

Paco San Martín recorre casi todos los fines de semana los 300 kilómetros que separan su pueblo, Guarda, en la provincia de Palencia, de Vegadeo, en Asturias, para remar en el río Eo con la esperanza de convertirse en competidor paralímpico de remo. Su historia está desde siempre asociada al deporte, y el remo —y con él el esfuerzo de viajar casi siete horas cada fin de semana entre ida y vuelta— es el último episodio hasta ahora de una dilatada trayectoria. Pero, ¿cómo ha llegado hasta aquí?

San Martín tenía tan solo un mes y medio cuando un error médico le causó una lesión que lo marcaría de por vida. Una inyección le dañó el nervio ciático de la pierna derecha, que no creció adecuadamente ni en longitud ni en grosor, y le dejó el llamado pie equino, que hace que casi no tenga juego de tobillo. Pero esta discapacidad no ha frenado un amor por el deporte que nació cuando tenía unos once años y que conserva intacto en la actualidad, cumplidos ya los cincuenta.

En su localidad natal jugó al baloncesto convencional, usando calzado ortopédico, durante su adolescencia, y más tarde se pasó al baloncesto con silla de ruedas. Este deporte sería el que estrechó un vínculo con Asturias que —como queda demostrado con sus idas y venidas— conserva todavía. Comenzó a jugar en el equipo de Palencia capital, en la liga nacional. Se enfrentaron a equipos asturianos unos cuantos años. Entonces, a principos de la década de los 2000, el equipo palentino fue sancionado con dos años sin jugar. «En ese momento, el equipo de Asturias me gustaba, hubo una conexión y empecé a jugar con Asturias, y desde el minuto uno me trataron superbién». El caso es que, una vez terminada la sanción, volvió a jugar con su primer equipo, pero aquello solo duró una temporada. A la siguiente, decidió volver a Asturias, y llegó a jugar veinte años con el equipo Cosa Nuesa, de Avilés. Entonces ya recorría un buen puñado de kilómetros cada fin de semana. «Los viernes entrenaba, dormía en Asturias, el sábado me desplazaba con el equipo o jugaba los partidos de casa y al terminar volvía para casa».

Su dedicación al remo comenzó en la pandemia. Era compañero de equipo del dos veces competidor paralímpico Juan Pablo Barcia, «Pioto», oriundo de Vegadeo. Al detenerse todas las competiciones, Pioto le sugirió que comenzase a practicar remo en interior, y posteriormente empezó a desplazarse a Vegadeo, a salir al agua y a participar en algunos campeonatos. «Empecé por mantenerme en forma y conocer otra cosa, para poder seguir entrenando», explica.

El remo es una disciplina que requiere mucho esfuerzo físico y también mucha técnica, y a pesar de que Paco San Martín se ha incorporado tarde, no le ha ido nada mal. El año pasado participó en el campeonato de España de remoergómetro (máquina de remo de gimnasio) celebrado en Orio y consiguió un meritorio segundo puesto. Y, ya en el agua, disputó la Copa primavera celebrada en Castrelo do Miño en doble mixto con Cova Echevarría y consiguieron la medalla de bronce. El próximo fin de semana competirá en esta misma localidad y con la misma compañera en el campeonato de España de larga distancia 5,5 kilómetros de recorrido.

Pero el gran reto le espera en mayo de este año. Ha sido convocado con la selección española de remo adaptado para tratar de conseguir una plaza en los juegos paralímpicos de París. Ese mes España se juega la participación en una embarcación de remo de cuatro con timonel mixto. Estos meses participa en las concentraciones de la selección para, en primer lugar, hacerse con un puesto en la embarcación entre varios aspirantes. Ahora, lo importante es que la embarcación consiga la plaza. Posteriormente, se trataría de mantener el puesto en el bote (solo hay dos plazas masculinas) para poder participar.

Antes del remo, Paco San Martín tuvo tiempo de afrontar otros muchos retos deportivos. Desde 2010 participó en numerosas competiciones en Asturias. Corrió muchas carreras de duatlón y triatlón. Y tampoco le fue nada mal. En 2021, precisamente en Avilés, se proclamó campeón del mundo de duatlón en su categoría. «Ahora sigo corriendo pero estoy más centrado en el remo», asegura.

El atracón de coche y de entrenamientos que se da cada fin de semana solo es una pequeña parte de su rutina de entrenamientos. Después de estar durante muchos años en una agencia de viajes, ahora trabaja de cartero, y el tiempo que le deja su trabajo lo dedica en buena parte a entrenar. «De siete días, seis estoy entrenando», afirma. Varios de ellos, en dos sesiones. Cuando no está con el ergómetro o levantando pesas, corre o anda en bicicleta. En total, sale a unas nueve o diez sesiones a la semana.

Y después están los viajes en coche. «Me dicen que estoy mal de la cabeza; igual cuando lo piense friamente algún día piense que estaba mejor en casa, pero tampoco me cuesta conducir», dice. Suele venir a Asturias los viernes por el puerto de San Isidro, para evitar aglomeraciones de tráfico, y volver a Palencia los sábados por el Pajares, cuando hay muchos menos vehículos.

Paco San Martín se encuentra «físicamente bien», y trabaja con empeño la parte técnica del remo, que en ese aspecto es un deporte muy exigente. Por el momento, los viajes de ida y vuelta merecen la pena, a juzgar por la ilusión con la que afronta los retos que tiene por delante. Le queda mucho por andar y todo indica que tiene cuerda para rato.