La queja de un paciente que lleva 18 meses esperando por una ablación de venas pulmonares: «Me dicen que la lista de espera ha aumentado a tres años y medio»

Carmen Liedo OVIEDO

ASTURIAS

Pedro Pablo Llavona lleva 18 meses esperando por una ablación de venas pulmonares
Pedro Pablo Llavona lleva 18 meses esperando por una ablación de venas pulmonares

Pedro Pablo Llavona asegura que vive condicionado por la enfermedad, la medicación y la incertidumbre desde que en octubre de 2022 firmó el consentimiento para una operación para la que inicialmente le dieron una estimación de espera de entre 6 y 9 meses.

22 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El popular dicho «el que espera, desespera» lo tiene como bandera Pedro Pablo Llavona, un ovetense de casi 70 años aquejado de una fibrilación auricular que lleva 18 meses esperando a que se le cite para someterlo a una ablación de venas pulmonares, una sencilla operación que de salir según lo previsto no requeriría ni siquiera ingreso hospitalario. El caso es que según le informaban desde la secretaría del Área de Cardiología del HUCA hace unas semanas, la lista de espera ha aumentado hasta los tres años y medio, lo que hace que al verbo «desesperar» añada otros como «desanimar» o «enfadar». Y es que este paciente del Área del Corazón del HUCA asegura que vive condicionado por la enfermedad, la medicación y la incertidumbre desde que en octubre de 2022 firmó el consentimiento para una intervención para la que inicialmente le dieron una estimación de espera de entre 6 y 9 meses.

Pedro Pablo Llavona explica que fue en agosto de 2021 cuando le detectaron una fibrilación auricular, dolencia por la que fue sometido a dos cardioversiones eléctricas en septiembre y en diciembre de ese mismo año como método menos invasivo para su salud para tratar de revertir esa fibrilación. Al resultar fallidas ambas cardioversiones eléctricas, este paciente es remitido al Servicio de Arritmias del HUCA, donde lo citan para comienzos de octubre de 2022, fecha en la que los especialistas valoran su caso y «ven oportuno incluirme en la lista de espera para la ablación de venas pulmonares», comenta Pedro Pablo, que añade que ante tal recomendación de los médicos y dada su situación, ese mismo día acepta y firma someterse a la ablación de venas pulmonares, «dándoseme un tiempo de espera aproximado de 6 meses».

En vista de la demora que acumulaba su intervención, al cumplirse un año de acudir a la consulta del Servicio de Arritmias, Pedro Pablo Llavona optó por acudir a su médico de cabecera y ponerle en conocimiento de la situación porque «en todo este tiempo estoy teniendo que tomar medicación, en concreto, bloqueantes y anticoagulantes, y coges miedo a hacer determinadas actividades», manifiesta el mismo, que incluso presentó una queja por la tardanza. «El pasado 14 de marzo recibía respuesta a mi queja por la tardanza en la realización de una ablación de venas pulmonares, queja que había realizado el 15 de enero de este año. En la respuesta, la Gerente del Área Sanitaria IV me informaba que, según el Director de Gestión Clínica del Corazón, se intentará programar su realización en el tiempo más breve posible». 

Del desánimo al enfado

Sin embargo, «lo más grave» que ha hecho pasar del desanimo al enfado a Pedro Pablo Llavona es que «según la información recibida personalmente de la secretaría del Área de Cardiología del HUCA el pasado 6 de febrero, la lista de espera actualmente es de 3 años y medio, es decir, 1.280 días», apostilla el mismo, que indica que logró que le concretaran en que posición se encuentra en esa lista de espera actualmente. «Cómo puede observarse todo un servicio rápido al paciente», ironiza Pedro Pablo, que insiste en que «mientras tanto sigo medicándome a la vez que mi vida se ha visto afectada por esta dolencia».

Y es que este paciente del Área del Corazón del HUCA comenta que es aficionado al senderismo y al ciclismo, deportes que practicaba antes de diagnosticársele la fibrilación auricular con los grupos de montaña y de ciclismo de los que es miembro. «Pero ahora ya no salgo porque coges miedo a hacer un esfuerzo», lamenta Pedro Pablo Llavona, que reconoce que «la incertidumbre te enfada», un enfado que se hace latente también cuando en los medios de comunicación aparecen noticias sobre el buen hacer del servicio de cirugía cardiaca del HUCA. «Me encanta que haya buenas noticias y que haya cosas que se hacen bien, pero hay otras que no están bien», expone este paciente ovetense, que supone que si hay tanta lista «yo no soy el único caso» de unos plazos «que son eternos». «Pero irse a la sanidad privada no es la solución aunque tengas posibles», añade el mismo, que si bien admite que se tenga que priorizar a quienes tengan problemas de corazón más graves y requieran operaciones más urgentes, también debe haber una organización para que quienes tengan una enfermedad como la suya no tengan que esperar tanto tiempo por una intervención ambulatoria.