Las tres posibles opciones ante el bloqueo político

OPINIÓN

23 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ante el paso de los días y de que España siga con un presidente y un Gobierno en funciones, se presentan tres opciones por las que la situación política actual puede discurrir tras el intento fallido de Mariano Rajoy de ser reelegido presidente.

1-Pedro Sánchez logra ser investido presidente

La primera de las opciones pasaría por que Pedro Sánchez lograse ser investido presidente del Gobierno. Para ello necesitaría lograr el apoyo de 176 escaños y un sin fin de maniobras y negociaciones políticas de una audacia a la que ninguno de los políticos actuales de este país nos tienen acostumbrados. Descartada la opción de un pacto entre PSOE-Podemos-Ciudadanos por motivos más que evidentes de incompatibilidad entre los de Iglesias y Rivera, y porque Ciudadanos jamás aceptaría que Podemos tuviera relevancia política en un acuerdo de investidura/gobierno, sólo queda la opción de PSOE-Unidos Podemos-ERC-PDC-PNV. Parece inviable, pero no lo es. La maniobra pasaría por negociar el acuerdo con Podemos, Compromís y las mareas, y que a través de estas, los dos grupos catalanes se subiesen al carro. La pieza más incierta es sin duda la de ERC, quien en estos momentos no parece estar por la labor. Mientras que con el PNV se podría usar como moneda de cambio el apoyo a Urkullu como lehendakari. Lo dicho, parece imposible, pero es más fácil que lograr ser presidente hace unos meses.

De momento, Pedro Sánchez saca pecho del «no es no» a Rajoy, y reconvertido en el líder más izquierdista que ha tenido el PSOE para buena parte de sus bases, al más puro estilo General Della Rovere, se dispone a resistir cueste lo que cueste en su asiento de Ferraz, mientras construye un relato que parece buscar la investidura pero que puede servir para acabar culpando a Podemos y Ciudadanos de unas nuevas elecciones.

2-Pedro Sánchez deja de ser Secretario General y el PSOE se abstiene

La segunda opción pasaría porque hubiese movimientos internos dentro del Partido Socialista y este evitase las terceras elecciones. Con la vista puesta en las elecciones vascas y gallegas, de producirse el resultado que auguran las encuestas, provocará movimientos internos en el seno del PSOE difíciles de prever sus consecuencias. La hecatombe podría tener distintas formas, y todas ellas se han barajado y especulado ya. Desde la dimisión de más de la mitad de la ejecutiva del PSOE, lo que provocaría la constitución inminente de una gestora, que sería la encargada de negociar la abstención y evitar así las terceras elecciones, ya fuese a cambio de nada o incluso de pedir que Rajoy se aparte, hasta la celebración de un Comité Federal que ya ha sido convocado para el 1 de octubre, donde las distintas posiciones chocaran y la cual los críticos pueden forzar una votación en la que Pedro Sánchez salga derrotado. Todo ello, teniendo en cuenta, que el Secretario General siempre puede apelar a las bases y hacer una consulta que legitime su posición, al igual que ya se legitimó en su momento el pacto con Ciudadanos.

Por otra parte, no es que el PSOE esté más roto internamente que el resto. La batalla en el PP es soterrada, pero de grandes magnitudes, incluso la filtración del nombramiento de Soria el día de la investidura tuvo como víctima a un Luis de Guindos a manos del grupo de Soraya Saénz de Santamaría Aun así, la cabeza de Rajoy no corre peligro siempre y cuando siga siendo presidente, aunque sea en funciones. Mientras, en Podemos la disputa ahora mismo se centra en la plaza central de Madrid, donde los errejonistas, aliados con los ex de Izquierda Unida, se disponen a tomar el control, en una pugna donde los máximos dirigentes no ocultan que ya no hay lugar para la amistad en política, en algo así como la pérdida de la inocencia.

3-Terceras elecciones

La tercera y última opción, pasa porque el plazo para lograr la investidura de presidente del Gobierno se agote de nuevo y el 31 de octubre las Cortes se disuelvan y se convoquen las terceras elecciones consecutivas. En tal caso, y de no haberse producido cambios internos en el Partido Socialista y con Pedro Sánchez aun en el cargo, podría desencadenarse la batalla y tener lugar el Congreso aplazado antes de que comenzase la campaña electoral.

Este escenario puede ser para Pedro Sánchez más propicio de lo que pueda parecer en un primer momento. Pese a ello, quien vea desde el Partido Socialista una posible salida a la situación en unas terceras elecciones, estará pasando por alto algo fundamental, y es que en la sociedades occidentales actuales, las cuales además están caracterizadas por un envejecimiento sociodemográfico sin precedentes, ante una situación de incertidumbre y miedo, tendrá una reacción conservadora por parte de la misma, por ello, pensar que una nueva cita electoral (además del hastío de la sociedad ante la situación política que se está tornando en indiferencia) puede dar lugar a una especie de restauración del bipartidismo que permita a más de uno salvar su propia silla y ganarle la partida a Podemos, no deja de ser una visión errónea que sólo supone aplazar ciertas cuestiones que tarde o temprano deberán afrontar.