02 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pasado el trago de la investidura de Rajoy ya va siendo hora que la Gestora del PSOE anuncie públicamente un calendario de Congresos. No es que sea lo que toca: es que la Gestora no existe como tal órgano y no tiene justificación según los Estatutos federales del PSOE. Así que siendo generosos podríamos otorgarle como única función en la actual situación fijar un calendario de primarias y congresos y pilotar el partido hasta que se lleven a cabo. En su lugar ha ido tomando decisiones de profundo calado político que exceden con mucho cualquier papel que se podría otorgar a un órgano de dirección provisional. Y de calendarios para elegir nueva dirección de momento nada de nada.

Se ve que no hay prisas y que las personas que actualmente rigen los destinos del PSOE se encuentran cómodas en una situación de interinidad y de falta de liderazgo y de dirección política que les permite responder únicamente ante el Comité federal, el mismo órgano que las designó. Claro que si hubiera un calendario fijado habría cosas que difícilmente se podrían llevar a cabo. Por lo visto estos días hay una lista de la compra que hay que cumplir antes de cualquier proceso congresual. Primero hay que sancionar a los diputados díscolos, erosionar a Pedro Sánchez como candidato a la secretaría general, manchar el nombre de otros potenciales candidatos como Borrell y Patxi López, ir dando bajas a los militantes más cabreados que la han pedido y esperar al cobro de la próxima cuota a ver quiénes la devuelven para quitarlos igualmente del censo. A partir de ahí unos meses de spa y masajes, que la militancia se relaje y/o se marche, un puñado de editoriales en los medios de comunicación afines, algún expediente si hace falta, látigo con las voces críticas con la Gestora, un par de caramelos de Rajoy para justificar la abstención y el proceso de cosido habrá terminado.

Decía Tácito que las legiones romanas creaban un desierto y lo llamaban paz. Pues eso: Pax romana.