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20 abr 2018 . Actualizado a las 11:36 h.

El Área Metropolitana de Asturias, AMA, es una realidad económica, social y cultural. En los últimos meses hemos asistido al impulso político para la puesta en valor de su potencial hasta llegar al «Proyecto Asturias»: construir el centro de la región como una metrópoli funcional mediante proyectos deslizantes, que arrastran unos a otros es entender que actuar en el centro irradia sobre las alas: la ciudad-región.

A continuación expondré una serie de reflexiones provenientes del Grupo de Trabajo del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, COAA, al que represento y que fue creado al albur de la revisión de las Directrices Regionales de Ordenación del Territorio, DROT, de 1991.

En primer lugar, mencionar las economías de escala y aglomeración. Sí, somos una metrópoli, es cierto que no muy grande, 850.000 habitantes en el área central y cerca de un millón en la ciudad-región, pero lo suficiente como para captar las innovaciones económicas, sociales y culturales que se generen en los espacios más dinámicos de la Unión Europea, en el marco de los 18 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS,  y repartirlas de forma equilibrada al conjunto de Asturias.

La segunda reflexión es una afirmación: Ya no hay cabida a la discusión de su utilidad. Estos últimos meses han servido para, por fin, darnos cuenta de que debemos sacarle el máximo partido a nuestra singularidad por el bien de nuestra economía regional (aumento del PIB), y por tanto de nuestro bienestar, así como resolver los conflictos existentes (centros comerciales, viviendas unifamiliares, equipamientos con baja utilidad y rentabilidad...)

En tercer lugar, una red de redes, como caso singular. Formamos un sistema de asentamientos urbanos, cada uno con su singularidad, a poca distancia entre sí, dando forma al  sistema polinuclear asturiano. Para poner de relieve su importancia, debemos ser capaces de liderar de forma equilibrada, el conjunto de la metrópoli y, por ende la ciudad-región.

En definitiva, es importante enfocarnos hacia la búsqueda de complementariedades estratégicas entre los municipios, con el objetivo de lograr un auténtico nodo de centralidad de rango notorio en el contexto europeo.

La cuestión es cómo: ¿Cuáles son los escenarios para su constitución? y ¿qué proyectos son necesarios para conseguir los tres grandes objetivos fundamentales: regeneración ambiental, cohesión social y equilibrio territorial para Asturias?

Vayamos con los escenarios.

El primero y fundamental: el político, que ya está en marcha. Aunar voluntades de todos los agentes implicados para que la realidad fáctica se convierta en una realidad jurídica es el paso previo y fundamental que esta región está dando; convertir el Área Central en una metrópoli que se inserte en la ciudad-región que los asturianos necesitamos.

El segundo; el jurídico, que deberá establecer los objetivos, las estrategias a consensuar y el marco de relaciones de gobernanza entre las diferentes administraciones, en el marco de las Revisión de las DROT

Y en tercer lugar, el escenario técnico. Para conseguir una mayor coherencia en el modelo territorial se precisa la puesta en marcha de una estrategia de la que creemos haber dado la clave: el Plan de Proyectos Metropolitanos, deslizantes y con fuerte carga regional que permita una mayor integración de Asturias tanto con el sistema urbano europeo como con el resto de núcleos asturianos.

Y desde el COAA hemos aportado, ya desde finales del año 2016 en las jornadas celebradas conjuntamente con el RIDEA,  el listado de los proyectos necesarios propios de nuestra disciplina: la arquitectura y el urbanismo, como los instrumentos necesarios para pasar de los deseos a los hechos.

Proyectos concretos, transversales, que desarrollen estos objetivos, encadenando unos con otros para que produzcan un efecto dominó que beneficie a toda la metrópoli y, por ende,  a la ciudad-región, rompiendo la dialéctica, con sus límites, de medio urbano/medio rural. A continuación se señalan algunos ejemplos, de posibles proyectos, que se derivarían de las siguientes cuestiones:

  1. El gran parque metropolitano. Los espacios libres y ambientales: ecosistemas, patrimonio natural, cultural… que vertebren el AMA y, por deslizamiento,  la ciudad-región.
  2. La red urbana. El sistema de núcleos, asentamientos y aglomeraciones urbanas. Los ámbitos residenciales, las áreas de oportunidad que los grandes asentamientos  han ido generando con el tiempo.
  3. El territorio como soporte de actividades: sector agroalimentario, industria,  servicios y tecnología, que la sociedad del futuro demanda.
  4. Las dotaciones urbanísticas. Los grandes equipamientos e infraestructuras  supramunicipales, que permitan evitar las duplicidades y ser usados con el fin sacarles su máximo aprovechamiento.
  5. Plan de movilidad, que conjugue accesibilidad y transporte y que cohesione todo el conjunto territorial bajo el principio de la concertación municipal.

Este es el paso que ahora debemos dar. Y para avanzar en ello, desde el COAA seguiremos con la programación de ciclos de jornadas que nos permita una puesta en común con la sociedad en su conjunto y ampliar la mirada sobre diferentes modelos de áreas metropolitanas y ciudades región, a nivel mundial, valorando objetivos,  modelos de gobernanza, logros…etc. A la vez que nos permita recoger ese conocimiento para aplicarlo a nuestra casuística local y generar nuestras señas de identidad en el siglo XXI: una comunidad autónoma conformada como una gran ciudad.

Y por ello, las decisiones sobre el medio ambiente, el urbanismo y la arquitectura, no son solo el fruto de una metodología de trabajo, propia de la disciplina de los arquitectos, que cuando se obvia, puede producir efectos indeseados. Sino que es necesario hilvanar los tres escenarios, político, jurídico y técnico que nos permita construir el verdadero proyecto de Asturias al que los arquitectos debemos servir como técnicos que la sociedad forma para esta función: planificar, proyectar y construir la ciudad.