Las siete claves para entender la nube tóxica y sus consecuencias

Noelia Rodríguez AVILÉS

AVILÉS

Manifestación en Avilés contra el escape de gas de Arcelor
Manifestación en Avilés contra el escape de gas de Arcelor

Analizamos qué provocó el escape de trióxido que generó alarma en Avilés y cuáles pueden ser sus efectos

26 abr 2017 . Actualizado a las 13:15 h.

La nube tóxica que a última hora de la tarde del lunes se pudo ver y provocó irritaciones a los que se encontraban en el entorno de la ría y del centro de Avilés se debió a un escape de trióxido de azufre, el cual ArcelorMittal achaca a un fallo de un sensor de las baterías de coque. En la ciudad hace años que no se recuerda un episodio como éste y hay quién se remonta a décadas atrás, cuando no existían controles medioambientales y los malos olores procedentes de la fábrica eran de lo más habitual para los vecinos. Precisamente por ser poco habitual generó alarma y nerviosismo, especialmente entre quienes la vivieron de cerca. La Consejería de Medio Ambiente investiga lo sucedido y ha pedido que la planta donde se produjo el escape permanezca cerrada hasta que se confirme si realmente fue un fallo esporádico o muestra un error estructural. Hay siete elementos claves para entender un escape que duró 15 minutos y qué consecuencias puede tener la nube tóxica.

¿Por qué se produjo el escape?

El escape de trióxido de azufre se produjo en una de las fases de lavado del gas de coque se produce en las baterías de Avilés. En el proceso de destilación del carbón se genera gas de coque que se depura en varias fases. Una de ellas es en la planta de ácido, donde se obtiene como subproducto el ácido sulfúrico que se reutiliza internamente. Durante el tratamiento final de lavado del gas se registró una avería en la sonda de nivel que mide el agente de lavado, de forma que se produjeron emisiones de SO3 (trióxido de azufre) a la atmósfera durante unos 15 minutos. Eso creó una nube tóxica claramente visible que el aire llevó hacia el entorno de la ría, la plaza de España y las calles cercanas. Como medida de actuación inmediata ArcelorMittal paró la planta de ácido.

Consecuencias para la salud de los vecinos

Los escapes de trióxido de azufre son molestos, pero no especialmente nocivos para la salud cuando la exposición es por un tiempo corto, como ocurrió en Avilés. Las consecuencias más habituales son problemas para respirar y picores en ojos y piel. Eso es lo que denunciaron haber notado muchos vecinos que se encontraban en la calle en el momento del escape. Una exposición más prolongada en el tiempo puede llegar a provocar impotencia.

Tras el escape los centros sanitarios no registraron más actividad de la habitual. El propio lunes se contabilizaron cinco visitas, dos al Hospital San Agustín y las otras a los ambulatorios de Llano Ponte y El Quirinal. Todos ellos son personas con problemas respiratorios previos, como asma, que se agudizaron al contacto con el trióxido de azufre. De hecho el martes alguno acudió a su centro de salud para poner oxígeno, pero no se registró ningún ingreso hospitalario vinculado al escape.

Qué medidas se tomarán en la empresa

ArcelorMittal se declaró responsable del escape poco después de que se hubiera producido y ha colaborado con Medio Ambiente para esclarecer las causas. En un informe inicial -tiene 10 días para presentar otro más completo- explica que se registró una fallo en el sensor de una sonda que mide el ácido sulfúrico que se añade al proceso de lavado. El Principado decretó que ese proceso esté parado, aunque la sonda ya está arreglada, hasta que se esclarezca lo sucedido, pero esto no tiene repercusión sobre la producción, que se mantiene. El proceso les permite crear ellos mismos una sustancia, que ahora tienen que comprar fuera para poder seguir trabajando. Ha anunciado que se implementarán las medidas necesarias para evitar lo ocurrido.

La Fiscalía ha abierto diligencias para comprobar si el escape puede constituir un delito y Medio Ambiente lo investiga, por lo que la empresa podría hacer frente a una sanción. Se da la circunstancia de que el escape se produjo en las baterías de coque, unas instalaciones que cerrarán en 2019 y hay quien teme, como IU, que la siderúrgica haya abandonado sus labores de mantenimiento ante el escaso futuro que tienen. La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, ha advertido que «vigilarán» para que un incidente similar no se vuelva a producir.

La reacción ante emergencias

La nube tóxica generó gran alarma social en gran parte porque los ciudadanos no sabían qué tenían que hacer, si era recomendable guarecerse en casa o no había problema con salir a la calle. Las mayores críticas de las últimas horas fueron precisamente para la respuesta que tuvieron los equipos de emergencias. Existe un protocolo de actuación ante casos tóxicos pero el servicio del 112 decidió que no se daban los parámetros para ponerlo en marcha, por lo que no lo hizo. No obstante Policía Local, Bomberos y técnicos de la Consejería de Medio Ambiente se pusieron a trabajar en cuanto tuvieron conocimiento de lo que había sucedido.

El Ayuntamiento de Avilés sacó a licitación el año pasado la redacción de un plan de emergencias ante situaciones inesperadas que puedan ocurrir en la ciudad y requiere la implicación de los servicios habituales, pero también de grandes empresas y ciudadanía. En dicho plan se debería informar a la población de qué hacer ante un escape como el del lunes.

¿Funcionan los medidores en estos casos?

Avilés, como otras muchas localidades de Asturias, cuenta con varias estaciones que miden los niveles de contaminación. Pero se da la circunstancia de que no miden el trióxido de azufre, por lo que no podrían detectarse. De hecho, el lunes a las ocho de la tarde la estación de Llano Ponte, la más próxima a las baterías, detectó un incremento de partículas en suspensión, pero ninguna variación en la emisión de dióxido de azufre -las dos sustancias que miden. Se trata de un gas en una fase anterior al trióxido, por lo que desde el Colectivo Ecologista creen que debería haberse visto algún cambio.

Posibilidad de más nubes tóxicas

Desde ArcelorMittal aseguran que un escape de trióxido como el del pasado lunes es muy poco habitual, que se trata de un caso aislado. Desde la administración apuestan por conocer toda la información posible y poner medios al alcance para que no vuelva a repetirse. Desde el Colectivo Ecologista de Avilés tienen una visión diferente. Fructuoso Pontigo asegura que este tipo de escapes «son frecuentes», pero no se dan en el centro de Avilés. Se dirigen a San Juan de Nieva o El Espartal, y afectan a menos gente. «El lunes sopló el nordeste, que es poco habitual y lo dirigió hacia el centro», apunta.

La conciencia vecinal

La contaminación en Avilés es un tema recurrente en los últimos meses, especialmente desde que se pueden consultar a diario los niveles de contaminación que recogen las estaciones. Pero hasta ayer no existía una conciencia vecinal preocupada por la contaminación. Un grupo de vecinos convocó a la ciudadanía a través de las redes sociales a una manifestación en que participaron unas 200 personas bajo la lluvia. Lourdes González, una de las participantes, mostraba su indignación por lo sucedido y aseguraba que tras haber entrado en contacto con la nube «estuve hasta las tantas echando de lo que me picaba». Asegura «tener miedo a que la próxima sea más gorda». En términos similares hablaba María Cruz Carlón, que recriminaba a sus conciudadanos una mayor conciencia medioambiental.