«Ha llegado el momento de que Cultura, Patrimonio y Turismo se den cuenta de que el Monsacro también existe y que merece la pena»

Carmen Liedo MORCÍN

CUENCAS

El alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao.El exalcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao
El exalcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao

El alcalde de Morcín pega un repaso a su concejo con una mirada optimista, en un territorio que mantiene población y busca nuevas alternativas para el empleo

04 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una moción de censura al alcalde popular Eduardo Murias en junio de 2004 puso a Jesús Álvarez Barbao (La Roza-Morcín, 1957) al frente del concejo de Morcín. Desde entonces, encabezando las candidaturas del PSOE ha logrado la reválida como alcalde legislatura tras legislatura, aunque nunca con mayoría absoluta. No obstante, asegura en esta entrevista que «tampoco es incómodo» y que «la fórmula para gobernar en minoría es ser transparente, tener la puerta del despacho abierta y la mano tendida para llegar a acuerdos». Dice que la política municipal es «una tarea constante» y que, por tanto, «nunca se terminan de hacer cosas por el concejo», aunque tiene claras cuáles son las asignaturas pendientes: el arreglo de las carreteras autonómicas MO-1 y MO-2, que más que una necesidad considera que son «una urgencia» por el mal estado en que se encuentran. Reconoce que en la gestión durante estos 12 años ha habido fallos y destaca el haber previsto un proyecto demasiado ambicioso para el Museo Etnográfico de la Lechería y los Quesos, que a día de hoy estima que tiene más futuro como edificio de usos múltiples. Por otro lado, trata de buscar un futuro para su municipio y ve una oportunidad en el turismo porque, aunque en el concejo morciniego «no hay tradición» en este sector, tiene recursos que pueden significar una salida laboral para los jóvenes y para dar impulso a ese sector cree que debe haber implicación del Principado. Lo que tiene claro es que «no se puede condenar a los habitantes de las cuencas al abandono porque la minería no exista».

-Ha gobernado Morcín con escenarios varios en lo que a representación de los diferentes partidos se refiere. ¿Cómo está siendo volver a gobernar en minoría en esta nueva legislatura?

-Algo habitual, porque desde soy alcalde nunca tuvimos mayoría absoluta. Desde el punto de vista de la lealtad que hay que tener a la institución y entre las personas: la mano tendida a hablar y a negociar todo tipo de acuerdos. Tenemos una costumbre, que creo que es buena, que es que esté todo el mundo informado y participe de las cuestiones del equipo de gobierno, y cuando se va a las comisiones informativas, se va con las cartas descubiertas y eso hace que los cinco grupos de la oposición participen. Somos gente de consenso y de escucharnos unos a otros, y la mayoría de las veces se recogen las sugerencias que hace la oposición y se llevan a cabo. Por lo tanto, la relación institucional es correcta, aunque hay momentos de debate más crispados, que, por otro lado es normal, porque si no estaríamos todos en un mismo partido. La fórmula para gobernar en minoría es ser transparente, tener la puerta del despacho abierta y la mano tendida para llegar a acuerdos. Y no sé si es bueno tener mayoría absoluta porque nunca la tuve, pero tampoco es incómodo no tenerla si hay predisposición al diálogo y a las sugerencias que puedan hacer los demás.

-Lleva más de una década como alcalde. ¿Qué le queda aún por hacer?

-Mucho. Lo bueno de la política municipal es que supone una tarea constante y nunca se terminan de hacer cosas por el concejo, aunque se hayan hecho cosas, la mayoría bien y seguro que con algún error. Pero queda muchísimo por hacer, es un municipio que necesita inversión y hemos mejorado muchos pueblos y muchas infraestructuras municipales, pero nos queda como asignatura pendiente el arreglo de las carreteras MO-1 MO-2. Eso es ya una urgencia más que una necesidad. Se nos fueron los fondos mineros en 2012 con el decreto de Mariano Rajoy y hace difícil que ahora el Gobierno autonómico sea capaz de sacarlas adelante por sí solo. Pero nosotros no vamos a dejar de insistir en la necesidad de arreglarlas porque están en unas condiciones fatales. Otro tema por el que vamos a apostar esta legislatura y la que viene es potenciar los recursos turísticos del municipio. Se ha hecho poco y ahí hay un campo de trabajo importantísimo. Es uno de los grandes recursos que tenemos, por paisaje, por cercanía a las grandes ciudades y por atractivos como el Monsacro, que son una parte de la historia de Asturias. Haremos la gestión desde la Alcaldía con otros organismos para que nos ayuden a potenciar el concejo en general.

 -El polígono de Argame ha sido uno de los grandes pilares económicos del concejo, sin embargo, ¿cumple las expectativas en cuanto a instalación de empresas y generación de empleo?

-Cumple el 50% de las expectativas. Es cierto que inicialmente, en plena urbanización y adjudicación de parcelas, las expectativas eran tener entre 600 y 700 empleos. Eso no se cumple en este momento, porque hay entre 300 y 320 empleos. Y no se cumplen porque el Parque Empresarial de Argame no es ajeno a la crisis generalizada. Cuando dábamos aquella cifra, y ahora se me critica por ello, era por los datos que recogíamos con los agentes de desarrollo local de la Montaña Central, porque la mayoría de los empresarios, un 98%, tenían ayudas como las Miner o las Leader, y los empleos que los empresarios detallaban en su proyecto de inversión sumaban esa cantidad. Y, de hecho, la mayoría han cumplido el primer apartado que era la construcción de su nave, pero no han cumplido todos en la generación de empleo y ha sido por la crisis. Alguno ha tenido que devolver parte de la subvención porque no han cumplido precisamente con eso.

 -En su día se habló de una posible ampliación. ¿Cómo lo ve ahora?

-Había una partida de 1,2 millones de fondos mineros para la compra de más terrenos en Argame y se ha ido en el mismo decreto del Gobierno Central, aunque tenía que ir complementado con una partida del Principado. No obstante, había que ver la viabilidad en función de la ocupación de Argame I. Yo estoy satisfecho de la ocupación de este polígono del que quedan seis parcelas por adjudicar, de las cuáles dos son del ayuntamiento. Argame II ahora no va a poder ser porque económicamente no se puede afrontar, pero los terrenos que estaban pensados para esa ampliación siguen calificados como industriales y, si esto mejorase tendríamos un paso dado, porque los terrenos habría que adquirirlos pero la calificación ya está.

 -Uno de los grandes proyectos de Morcín que no ha logrado salir adelante es el Museo de la Lechería en las antiguas tolvas de La Foz. ¿La reforma de las mismas ha sido para nada o aún tiene posibilidades?

-Quiero pensar que aún tiene posibilidades, aunque visto así en el tiempo parece desmoralizante. Lo dije más veces. Creo que todos nos equivocamos. Yo también y asumo el mayor porcentaje de culpa, pero creo que otros alcaldes que me precedieron apostaron por el Museo de la Lechería, incluso las corporaciones al cien por cien, y no nos detuvimos lo suficiente a pensar que un proyecto de esas características era inviable para Morcín, desde el punto de vista económico del mantenimiento, no de la construcción. Lo más duro que es el gasto corriente. No nos detuvimos a pensar en eso porque, posiblemente, en el escenario económico que había, éramos todo ricos y resultó que era mentira. Dicho esto, creo que tiene salida pero no desde la perspectiva inicial como Museo Etnográfico de la Lechería. Es un edificio bien reformado, con algún deterioro por el paso del tiempo que es subsanable y no supone mucho coste. Estamos viendo las posibilidades. Iba a ser un museo, para el que también perdimos 800.000 euros con el decreto de 2012 que había para el proyecto museístico y museográfico. Eso tiene que ser un espacio de usos múltiples, incluido el museo, porque el encargado del Museo de los Quesos que hay ahora, Pepe Sariego, estaría dispuesto a llevar la colección para allí y habría que hacer un convenio con la Asociación Amigos de los Quesos para que ellos lo gestionen y nosotros correr con los gastos de mantenimiento, pero algo que sea posible y sostenible en el apartado económico. En Morcín hay muchas asociaciones, así que podría ser un espacio de usos múltiples para todas ellas, de forma que se podría celebrar ahí el capítulo de los Amigos de los Nabos, el Certamen de Quesos,... En ese sentido, tiene posibilidades. Con el punto de vista inicial creo que no, sinceramente, porque era un proyecto demasiado ambicioso. Pero merece la pena la construcción que tiene. Es un edificio muy singular. Y todas las asociaciones que tenemos podrían tener cabida en él, por lo que lo tenemos que impulsar.

-El municipio tiene pendientes reformas de carreteras autonómicas ampliamente demandadas. ¿Hay compromiso del Principado para acometer esas actuaciones?

-Las carreteras MO-1 y MO-2 están en muy mal estado y hay conversaciones con la consejería, pero todos entenderemos que no se puede ir al proyecto inicial que suponía una inversión entre las dos de más de 14 millones de euros, de los cuáles 9,5 millones venían de fondos mineros. Si antes era difícil, ahora sin ellos, se antoja casi imposible. Esto no quiere decir que desistamos de la reparación, pero sí una actuación que dé la seguridad necesaria y la mejora que demandan los vecinos sin la amplitud prevista. Y en eso estamos. A la consejera y al director de Carreteras, les pido que en esta legislatura hay que hacer algo, y me trasladan que van a intentar hacer una intervención en estas carreteras y espero que así sea. Cada vez que le veo le pregunto, pero sabemos cómo está la economía y hay que tener en cuenta que este gobierno apostó por las políticas sociales y las infraestructuras quedaron con un déficit importante. No son sólo las carreteras de este municipio las que están en mal estado, pero cada uno tiene que defender su concejo. Lo que pido es que no se hagan más rebacheos como los que hicieron porque no es la solución. Necesitamos una capa de asfalto de arriba abajo en las dos y eliminar alguna curva que representan peligrosidad.

-El embalse de los Alfilorios es un recurso de Morcín del que apenas puede disfrutar porque es el grifo del que se abastece la capital asturiana. Ahora que su gobierno coincide en color con el de Oviedo, ¿han mantenido encuentros o reuniones para darle otro aprovechamiento a la presa?

-Hemos tenido alguna conversación y predisposición se encuentra, otra cosa es que el embalse sea competencia de los ayuntamientos. Hace poco, un partido llevó una interpelación a la Junta y fue votado por todos los grupos políticos a favor, menos por el PSOE, el uso lúdico del embalse. Nosotros lo que pedimos es que se acondicione el entorno para el paseo y que se autorice la pesca con un coto, con lo que todo el mundo que pudiera entrar a pescar estaría controlado. Si no se puede pescar con plomos porque contamina, pues hay otros métodos. No estoy planteando el baño porque, además, el agua está congelada. Pero el piragüismo, por ejemplo, no creo que revistiera problemas y sería un gran atractivo para la zona alta del concejo. Pero se pasan la patata de un organismo a otro, que si la consejería que si la Confederación, y los ayuntamientos estamos en el medio sin que se camine en ese sentido. Seguimos insistiendo porque es un recurso del concejo importante para revitalizar la parte alta desde el punto de vista turístico o aprovechamiento de las ayudas Leader.

 -Morcín, como casi todos los concejos de las cuencas, ha perdido población, aunque el descenso no ha sido tan acusado como en otros territorios. Dada su ubicación estratégica en el centro de la región, ¿tienen previsión de que se pueda cambiar esa tendencia?

-Esperamos que sea así. Aunque es cierto que tenemos una población muy envejecida, también tenemos una escuela de 0-3 años sin plazas porque se concentra todo en Santa Eulalia y tenemos 82 niños en esa franja de edad. Así que nos mantenemos en el nivel poblacional, aunque haya descendido un poco, gracias a la urbanización que se ha gestionado en la capital del concejo. Posibilidades de crecimiento tenemos porque hay terreno para desarrollo urbanístico. Aunque no sea el mejor momento están ahí para cuando se necesiten. Tenemos buenas comunicaciones para asentar población. De hecho, hay algún estudio demográfico con perspectivas al 2025 y el único municipio de la Montaña Central que crece dándole hasta 4.100 habitantes es Morcín.

 -El recorte en las hectáreas de pastos y en algunos otros servicios del Principado han generado malestar en el concejo. ¿Se ha extrapolado ese malestar a la relación entre la administración local y la regional?

-El problema de pastos es por la medición que se hace ahora, diferente a la que se hacía antes. Se mide por láser y se descuenta terreno, por ejemplo, el que está quemado. Eso hace un daño tremendo a los ganaderos desde el puntos de vista de las ayudas y del destrozo de terreno. No obstante, pese a esa disminución, nosotros tenemos cabida para todas las cabezas de ganado del concejo, si bien es verdad que ha disminuido la carga ganadera bastante. Cuando llegué al ayuntamiento como concejal de Medio Rural había 2.300 cabezas de ganado vacuno y ahora estamos ente 850 y 900. Esa reducción de pastos lo que conlleva es un debate crispado, pero a mí lo que me toca es defender los intereses de los vecinos del concejo siempre que sean lícitos y viables. Yo paso por la urna en Morcín y la lealtad a los vecinos del concejo, tanto a los que me apoyaron como a los que no, debe ser al cien por cien.

 -Recientemente se impulsaba en el concejo el colectivo Amigos del Monsacro, del que es impulsor ¿cuáles son sus objetivos?

-Todos los morciniegos tienen pasión por esa montaña sean creyentes o no creyentes, porque sienten el Monsacro como algo propio y hay unos sentimientos muy arraigados. Ahí siempre se hicieron dos fiestas, la de Santiago el 25 de julio y otra el 15 de agosto, con más afluencia la primera. Desde hace unos años, la Asociación de Mujeres la reactivado y el ayuntamiento colabora y surge entre gente del concejo y gente que viene de fuera hacer una plataforma de Amigos del Monsacro. Nos vamos a reunir el 23 de septiembre en el centro social de Castandiello y el objetivo es impulsar una mejora de los accesos desde el punto de vista peatonal que dé seguridad. No hablo de abrir pistas ni irrumpir en el medioambiente sino de mejorar los accesos que hay y en algunas zonas poner una barandilla de madera o unas protecciones y, sobre todo, una señalización desde las diferentes localidades que nos vamos a encontrar de camino al Monsacro, las distancias y los desniveles para facilitar que el monte pueda ser visitable. Incluso se puede acondicionar alguno de los accesos para que pueda ir gente mayor o minusválidos, que no parezca que sólo puede ir el atleta. Luego, lo pretendemos es una senda que dé conexión con la Cámara Santa, porque esa conexión ya está hecha por la historia de hace muchos años. Esa plataforma nos puede ayudar a impulsar esos proyectos. Tampoco pretendemos que se haga todo este año, cuando en la historia del Monsacro nunca se hizo nada, más allá de la reparación de los tejados a costa del ayuntamiento y de los vecinos que quisieron aportar algo de dinero. Pero ha llegado el momento de que desde la autonomía se tenga en cuenta, desde Cultura, desde Patrimonio, desde Turismo, que el Monsacro también existe y que merece la pena apostar porque es un recurso turístico para el municipio y para Asturias también.

 -Con la reconversión de las comarcas mineras todos los municipios apuestan por el turismo. ¿Cuál es la situación de este sector en el concejo?

-Ahora mismo no hay tradición en el concejo porque venimos de la industria y de la minería, y es difícil cambiar el chip. Pero si ponemos en valor los recursos, y no hablo de inversiones multimillonarias, podemos abrirnos un sitio en el sector turístico. El municipio ofrece paisaje, paisanaje y gastronomía, entre otras cosas, que necesita una apuesta de la corporación y un apoyo del Gobierno autonómico en ese sentido. Hay que tener en cuenta que en las cuencas, si no tenemos industria, el mercado de trabajo para los chavales jóvenes está difícil. Así que habrá que generar un tejido que nos dé una solución, quizá no a todos, pero, por qué no va a vivir gente del turismo si lo hacen en otros sitios. La obligación de la corporación y del Gobierno autonómico es hacer piña e ir invirtiendo poco a poco algo en ese monte, por ejemplo, porque creo que merece la pena por su historia y facilitaría un recurso para los ciudadanos de las cuencas, a los que no se puede condenar al abandono porque la minería no exista. Tenemos que salir de algún modo, y algo nos lo aporta nuestro paisaje y nuestra historia.

 -Como presidente de la Asociación para el Desarrollo Rural de la Montaña Central, ¿en qué momento se encuentra el nuevo plan Leader?

-En un momento preocupante, porque llevamos muchos meses diciendo que estamos a punto de abrir ventanilla y no la hemos abierto todavía. En la última reunión, estimamos que quizá se pueda abrir en septiembre. Estamos preocupados porque a estas alturas del año ya hemos renunciado a parte de la anualidad y de los más de 700.000 euros que había nos hemos quedado con 274.000. Sabemos que todo esto tiene que estar certificando a 15 de noviembre y es imposible porque hay que reunirse y los proyectos hay que ejecutarlos. A estas alturas, si no abrimos a 1 de septiembre, volveremos a tomar otra resolución desde el grupo y plantearé renunciar a la anualidad, porque no hay tiempo material para ejecutar nada y no nos podemos permitir el lujo de antes de arrancar el programa perder dinero. Si se compromete esa cantidad y no se certifica, se pierden; mientras que, si no los comprometo, se suma a la anualidad siguiente. La gente necesita impulsar su proyecto y esto es eterno. Llevamos desde septiembre de 2013 con la ventanilla cerrada y no se puede tener tanto paréntesis, viendo cómo está la economía. Se entiende que son ayudas fáciles de gestionar y que tienen que calar en la población de la zona rural. Lo que es seguro es que estamos en la recta final.

 -Hubo un momento en que el Consorcio de la Montaña Central estuvo a punto de desaparecer. ¿Hacia dónde cree que debe caminar el ente supramunicipal para que realmente los ayuntamientos tengan la sensación de sacar provecho a la partida que le destinan?

-La otra legislatura fue tan mala en todos los sentidos que estábamos asfixiados económicamente y se redujo la cuota y daba para poco más que para mantener el personal. Pero hemos decidido volver a la cuota inicial con el objetivo de tener más recaudación, darle impulso al Consorcio y no quedarse en lo estricto de mantener el personal y lanzar cuatro trípticos puntuales. Está consensuado por unanimidad potenciar actividades muy importantes para el territorio y que afectan a todos. Lo que se debería haber hecho ya es haber convocado al Consejo de Administración, para llevar a cabo esas cosas en las que estamos de acuerdo. Me da rabia que, por ejemplo, no se haya llevado a cabo este año la I Cicloclurista de la Montaña Central que abarcaba a todos los municipios y que tenía la meta en Mieres, porque el cicloturismo es otro recurso importante que no se esta aprovechando los suficiente.