Jorge Jimeno: de la ingeniería al escenario pasando por las ONG

Juan Carlos Gea REDACCIÓN

CULTURA

Jorge Jimeno y Ana de la Hoz
Jorge Jimeno y Ana de la Hoz

El actor, dramaturgo, ingeniero y cooperante gijonés representará en noviembre en La Felguera «La despedida», pieza de Montajes en el Abismo, la compañía que integra junto a Ana de la Hoz

09 sep 2016 . Actualizado a las 09:58 h.

El camino que, en solo unos años, se recorre como ingeniero, cooperante, monologuista, autor dramático, actor y productor escénico; el que va del empleado en una empresa de telecomunicaciones en Madrid a un destino humanitario en África, un local de stand-up comedy en Toronto o un pequeño teatro del off-Madrid. Ese es el que ha transitado en lo que va de milenio el gijonés Jorge Jimeno (1974). «Es una ruta un poco rarilla», admite quien en cierto momento de su vida se dio cuenta de que, por debajo de todos esos avatares, había un común denominador. El teatro. La dedicación que ahora ocupa todo su tiempo y que, en un par de meses, le traerá de vuelta a su Asturias natal con La despedida, la producción más veterana de su pequeña compañía, Montajes en el Abismo. La pieza ha sido programada en el Nuevo Teatro de La Felguera para una función única, el sábado 26 de noviembre, a las 20,15.

A pesar de que incluso el nombre de la compañía que fundó hace seis años junto a su pareja, la también actriz Ana de la Hoz, asume los riesgos de quien cotiza bajo el epígrafe del teatrero, Jimeno habla contento desde Madrid, donde la otra obra de su repertorio -Manual de la perfecta viajera- conseguía este fin de semana su primer lleno a pesar de que es inicio de temporada en la sala Plot Point. «Es una sala pequeña, de unas sesenta butacas, pero no te creas: tiene su mérito llenarla así, sin haber hecho todavía promoción ni nada», comenta el dramaturgo y actor gijonés que decidió convertir un día lo que describe como «su refugio» en un oficio a tiempo completo y una forma de vida.

«Es curioso porque antes de llegar a Madrid a mí el teatro no me apasionaba. Debía de elegir muy mal las obras, porque cuando descubrí que existía un teatro para ver más de cerca, un teatro distinto, me cautivó», recuerda Jorge Jimeno. El ingeniero trabajó en una empresa de telecomunicaciones hasta 2004, buscando ya huecos para recibir algún curso de interpretación. El teatro se volvió «un hobby». Y el hobby, algo más a medida que la vida del ingeniero se convertía en la de un cooperante internacional que además actuaba, escribía e interpretaba sus propios monólogos y encontraba «un refugio» en las tablas: «Al final me di cuenta de que, en realidad, el teatro era yo mismo, mi forma de expresarme».

Junto con Ana de la Hoz consiguió dar cuerpo a «una compañía chiquita» que describe como «el prototipo de compañía de pareja». En ella, junto a un equipo de colaboradores más o menos fijos, ha puesto en escena varias de las obras que ha escrito. Entre ellas, La despedida, una comedia dramática sobre «lo que sucede cuando intentamos repetir cosas que no deberían repetirse». La pieza ha viajado por salas españolas e iberoamericanas y también se ha representado en formato de teatro en casa, en domicilios particulares. La que ahora representan en Petit Point es Manual de la perfecta viajera, esta una «comedia-comedia» que enfrenta a una presunta anti-turista a la moda con un viajero mucho más convencional.

En ese personaje, Jorge Jimeno ha volcado todo su ser asturiano. «Es el tipico paisano que dice en un momento de la obra que él viaja por su mujer, porque por él, quedábase en Asturies, que es donde se esta mejor: un tipo muy reconocible que al público le cae muy bien», cuenta el dramaturgo y actor, que ha puesto en ese arquetipo otra de sus pasiones: El Guaje. «Es que soy forofo de David Villa. Y del Sporting. Al máximo», confiesa Jimeno, al que le ilusiona especialmente volver a su tierra con uno de sus montajes.

Queda todavía una peculiaridad en la trayectoria teatral de Jorge Jimeno y Ana de la Hoz. No podía ser de otro modo, en personalidades con tantos planos y tantos planes. Una parte de su trabajo teatral ha conectado ya con el de las preocupaciones sociales y políticas que animaban al cooperante internacional y a su pareja, trabajadora social durante años. Juntos o en compañía de otros han profundizado en el llamado «Teatro del Oprimido», escrito -caso de Jimeno- un manual para cooperantes (Mamá, quiero ser cooperante) e intervenido en acciones dramáticas de la compañía De Qué Color Sos, vinculada a la ONG SOS Racismo. Ahora Jimeno está «especialmente ilusionado» en «sacar adelante un proyecto nuestro al que le tenemos muchas ganas, que aúna teatro y cooperación; una comedia ácida y absurda, porque para hablar de estos asuntos tiene que ser así: desde el absurdo».