«Hay mucha poesía sobre masturbación femenina, pero muy escondido, de lo que no se habla»

Noelia Roríguez

CULTURA

Luna Miguel, poeta.Luna Miguel, poeta
Luna Miguel, poeta

Luna Miguel presenta el viernes en el Centro Niemeyer un montaje trasmedia sobre la maternidad

21 feb 2017 . Actualizado a las 20:06 h.

Luna Miguel es una de las poetas más reconocidas del panorama español  y el próximo mes publica un libro sobre la maternidad. A modo de presentación este viernes acude al Centro Niemeyer para presentar un montaje transmedia que lleva por título «El arrecife de las sirenas. Poesía y maternidad -(¿Cómo convertir la leche y el llanto en palabra? Una lectura que desearía ser una nana)-, en que habla de la nueva persona que ha llegado a su vida, pero también de la muerte de su madre hace tres años. Miguel defiende la poesía, no en vano se introdujo en el género cuando tenía 13 años, y asegura que aún hay muchos temas que no se han abordado en ella.

-Con un título tan sugerente es obligado preguntarle: ¿cómo se convierte la leche y el llanto en palabra?

-Es difícil hacerlo, pero es algo en lo que llevo pensando desde que escribí Los estómagos, donde me empeñé en convertir mi vegetarianismo y el animalismo a la literatura. Con la circunstancia de que iba a ser madre me planteé que el siguiente reto era contar el viaje de la nada a la vida y es el motor que tiene «El arrecife de las sirenas» y la lectura son un poco esas obsesiones que aparecen en el libro. El llanto y la leche se convierten en palabra a través de la observación, el cariño y pasar 24 horas con ese ser nuevo que estaba dentro de ti.

-¿Dónde está ese arrecife de las sirenas?

-Físicamente está en el cabo de Gata, en Almería, que es donde más tiempo he vivido. Cuando mi madre murió fue allí donde llevamos sus cenizas, su lugar favorito, y es el sitio que para mi es donde ella está, ella es una sirena allí. Y el viaje a la vida que trato en el libro viene de esa despedida.

-En el Niemeyer no hará una presentación al uso de un poemario, sino que será un montaje con imágenes y música.

-Todavía estoy cerrando detalles porque es la primera lectura en público de estos textos y tengo muchas dudas. Mi idea era que ya que va a ser un formato de conversación me gustaba contar el proceso de creación del libro. Uno cuando crea tiene cosas que le influyen. A mi me influye la música que escucho, que luego puede determinar el ritmo del texto. Y también imágenes, con muchos puntos geográficos claros. Lo que quiero es contar cómo se ha hecho y lo audiovisual tiene más peso que el resultado final.

-¿La poesía ha perdido fuerza y necesita de otros recursos para potenciarla?

-No creo que necesite otros recursos, todo depende de cómo el poeta sea capaz de expresarse y comunicar. Se ha perdido parte de esa preocupación por lo oral, a algunos autores lo que les preocupa es escribir, no verbalizarlo. A mí siempre me ha preocupado intentar transmitir con mi voz lo que ese texto está diciendo. No sólo la palabra, también el tono, la modulación de la voz. Normalmente no uso proyecciones ni música. Me gusta hacerlo a pelo,pero esta lectura requería que fuera un paso más allá.

-La poesía ya de por sí es íntima, pero el hecho de que aluda a dos hechos tan personales como la muerte de una madre y el nacimiento de un hijo parece que convierte a la obra en más íntima y cueste desprenderse de ella.

-Es algo íntimo, pero en lo que todos nos reconocemos, aunque nazcan de una fusión íntima. Es ley de vida, todos los días nacemos y todos los días morimos.

-Empezó a escribir poesía siendo muy joven, pero da la sensación de que cada vez se lee menos este género.

-Yo soy periodista y trabajo en la sección literaria de un miedo y cada día trato de llevar la lectura a los millones de lectores de nuestra plataforma y es cierto que cuesta mucho, pero cada  vez existe mayor aceptación. Creo que porque durante mucho tiempo los editores y los periodistas hemos visto el género como esa cosa rara y no la hemos sabido explicar al gran público, pero hay cierta preocupación actual para explicarlo mejor, que aunque sean versos más difíciles de comprender en ocasiones hablan de cosas en que todos nos podemos reconocer. Y gracias al contacto de los escritores con sus lectores en redes sociales, la poesía está dejando de ser una cosa de unos pocos.

-De hecho tiene un poemario titulado «La poesía no está muerta».

-Ese texto nació cuando tenía 18 o 19 años y era un grito de guerra porque se nos decía a los jóvenes que no era un género para nosotros. Intenté romper ese tabú.

-Y escribe de temas que no se incluirían en el género clásico de la poesía, como la menstruación o la masturbación femenina.

-Hice una antología sobre la menstruación, Sangrantes, y vi que era un tema tabú pero había muchísimas mujeres que sin hablar explícitamente de ello lo habían hecho, como Chantal Maillard, Cristina Pérez Rossi o la asturiana Sara Torres. Con el ensayo de la masturbación me ocurrió lo mismo: hay mucho, pero muy escondido y de lo que apenas se hablaba, como una especie de grito secreto.

-¿Aún quedan tabúes en el mundo de la literatura?

-Algunos sí. Ahora estoy escribiendo sobre una autora afroamericana de Estados Unidos que tiene un libro llamado Hay cosas más bonitas que Beyoncé y es una reivindicación de las mujeres negras a través de la poesía, hay más mujeres haciendo cosas. En Estados Unidos hay un tema candente y es increíble ver cómo un poemario como el suyo ha causado tanta controversia. No existían poemarios dedicados exclusivamente a este tema. Y con la maternidad existe algo parecido, conozco muy pocos libros dedicados sólo a eso. Igual es porque se piensa que un lector hombre no está interesado en la poesía por ser maternidad.

-¿A día de hoy se diferencia tanto entre lector masculino y femenino?

-Hay muchos lectores hombres que cuando encuentran en la portada el nombre de una mujer lo ven con cierto rechazo y dudan. Y cuando alguien te dice recomiéndame tres libros que te gusten  siempre dices autores hombres. A mi me ha pasado, cuando yo leo a más mujeres. Tenemos ese poso machista que nos lleva a no darnos cuenta que censuramos la parte femenina de nuestra sociedad.

-Y a la hora de escribir, ¿escribe diferente si es para un lector hombre o mujer?

-Es algo que nunca me ha preocupado, pero mi próximo proyecto poético es que quería probar a ver si escribiendo como un hombre llegaría a más lectores hombres o me cambiaría a mi, así que en «Poesía masculina» tomaré a mi pareja e intentar escribir como si fuera él. Quizás en unos años pueda responderte, cuando haga este experimento literario.

-Dio a conocer su obra a través de blogs y redes sociales y trabaja con editoriales, ¿ve diferencia entre una y otra escritura?

-Son a veces lenguajes diferentes. Publico muchos poemas o fragmentos de un diario en mi blog y trabajo en una revista puramente digital. El cambio, la rapidez con que escribes en internet es distinta al trabajo, el poso que requiere trabajar para un libro cerrado, ya no digo en papel. En internet puedes cambiarlo, editarlo, borrarlo, pero cuando escribes para ebook o papel está cerrado, vas con otra mentalidad, masticas más el texto y esa es la gran diferencia.