«El artista está asumiendo hoy el papel que antes tenían el intelectual o el político»

J. C. Gea OVIEDO

CULTURA

Elena Ochoa
Elena Ochoa

La fundadora de Ivorypress, comisaria, editora de arte y esposa del Premio Príncipe 2009 Norman Foster forma parte del jurado del galardón de las Artes

04 may 2017 . Actualizado a las 12:44 h.

Elena Ochoa forma parte del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes. La comisaria, editora y fundadora e impulsora de la actividad de Ivorypress vuelve como tal a la misma ciudad por la que paseó junto a su marido, Norman Foster, a la espera de la ceremonia en la que el arquitecto británico recogió, en 2009, el mismo galardón que se falla hoy en el hotel de la Reconquista. Con independencia de que reconozcan o no a sus favoritos -como el artista sudafricano William Kentridge-, Lady Foster encaraba el debate como una oportunidad para alimentar el motor que activa su vida personal y profesional: la curiosidad. 

-La curiosidad es la misma, pero lo que la motiva cambia. ¿Qué dispara ahora mismo su interés?

-La curiosidad es invencible. Pero también es imposible planear o programar el motivo por el cual hoy voy a desarrollar una curiosidad por un tema en concreto. Surge si vives y tienes tus ojos abiertos y mantienes esa actitud de alerta hacia lo que ocurre a tu alrededor. Por ejemplo, en el jurado quizá surjan comentarios sobre candidatos que conozco poco o superficialmente, y eso es algo que te inyecta la curiosidad, la necesidad de saber algo más. Es una actitud constante de alerta que alimenta el pump, la bomba de aire para seguir produciendo, seguir creando, seguir modificando la realidad para bien.

 -¿Es esa la función que debería cumplir precisamente el arte: sacudir, activar, modificar la realidad?

-Sí, debería ser la función del arte pero también de una ideología seria y coherente. No solamente necesitamos héroes que estén en el frente de batalla y que, desde su punto de mira, que puede ser artístico, que puede ser político o literario… Yo encuadro dentro del arte no solo a las artes plásticas. Hay formas de crear distintas: las artes tienen la responsabilidad y también la necesidad de esta constantemente cuestionándose qué es lo que pasa alrededor Hay personajes que son mucho más activos que el resto.

-¿Por ejemplo?

-Ai Weiwei, o William Kentridge, que nos cuenta lo que pasó en el apartheid, lo que pasó en Sudáfrica, como podemos comprender determinados abusos o determinadas culturas. El arte puede ser una puerta para un placer ético-estético donde no existen cánones de belleza ni de fealdad, pero a través de los siglos, el arte también ha servido para cuestionar constantemente la realidad y la verdad: si esa verdad lo es, o si es falsedad. Y abrir a su vez nuevas puertas hacia un mundo mejor... o peor. En los últimos años, quizá por la irrupción de los medios, de internet, el intelectual de antes ahora es el artista. Antes era Sartre, Simone de Beauvoir, Glucksmann, Foucault… ahora es Ai Weiwei, es Damien Hirst con su reconciliación y su rebeldía en esta exposición que abre en el Palazzo Grassi, es Kentridge, aunque sean completamente diferentes sus formas de denunciar o de mostrar una realidad política o cultural. El papel del intelectual o del político antes que del intelectual lo está asumiendo la figura del artista.

-Pero los artistas parecen necesitar canales de mediación suplementarios ante una sociedad que no siempre les presta atención...

-Cada uno tiene su responsabilidad, a ti en tu profesión o a mí en la mía las nuevas generaciones pueden vernos quizá como modelos. A las personas jóvenes, con las cuales trabajo, trato de transmitirles esa inquietud, esa necesidad de que el arte, la literatura, la música, todas aquellas formas que vayan más allá de la realidad prosaica y doméstica de cada día, ayuden a la mayor parte de los seres humanos, en particular a las nuevas generaciones y niños a que tengan un canal de salida. De todos modos, no estoy de acuerdo contigo.

 -¿En qué?

-Creo que hay mucha gente joven que tiene otra manera de acceder al arte. Antes íbamos al museo, nos daban clases de arte en el colegio o en el instituto; ahora, ellos tienen internet. Mis hijos y sus amigos se relacionan con los blogueros de Amsterdam o de cualquier ciudad china, y están al tanto de lo que está pasando ahora mismo en Hong-Kong o en Beijing, a través de Instagram o de nuevos apps a través de los cuales te mandan feeds. En el caso de mi hija y de mi hija, que están muy interesados en arte, en computadoras, en invenciones, es una constante ríada de información. Creo que es al contrario de lo que me dices, casi tienen una sobrealimentación. Lo importante, más que darles más, es enseñarles a seleccionar. La clave es más bien la selección.

-¿En qué trabaja actualmente? 

-Ahora mismo estoy preparando la exposición de Brian Eno, que está trabajando una serie de paneles de luz de un tamaño doméstico, con una composición musical única para cada uno de ellos, y abre este mes en Madrid en Ivory Press. Al mismo tiempo, abre en otro espacio Mariana Cook, que es la legendaria fotógrafa americana de retratos: Norman Mailer, Beckett, Michelle y Barack Obama en los años 80… Es la gran retratista de políticos, jueces, literatos. Styron, Faulkner… Todos los baluartes y héroes de la cultura americana, pero que en los últimos años ha derivado a una fotografía muy abstracta, en blanco y negro, de objetos generalmente sin sentido, que expone en imágenes muy pequeñas. Son fotografías muy sutiles y muy conceptuales. Más el libro de William Kentridge, que presentaremos en octubre.