Contra el asesinato legal

eduardo galán blanco

CULTURA

«Guardián y verdugo» cruza elementos de tres frecuentados subgéneros: la película judicial, la cinta que denuncia la pena de muerte y el filme contra el racismo

14 may 2017 . Actualizado a las 09:45 h.

Guardián y verdugo cruza elementos de tres frecuentados subgéneros: la película judicial, la cinta que denuncia la pena de muerte y el filme contra el racismo. La acción se sitúa en la Sudáfrica de los últimos años ochenta, inmediatamente anterior al presidente Mandela. Y comienza una noche de lluvia y perros, en la que un joven blanco descarga trece disparos sobre siete hombres negros. Tras ese prólogo, basado en un caso real, los siguientes planos ya nos muestran el trabajo del convincente leguleyo Steve Coogan, que repite su papel de abogado de Philomena. Coogan es aquí un defensor que en principio parece más interesado en utilizar el caso, para escenificar en los medios su larga lucha contra la pena de muerte, que en salvar de la horca al chaval, interpretado por el excelente novato Garion Dowds.

El título original del filme hace referencia a una contundente frase, algo bíblica, que el abogado pronuncia en la sala del juicio: «No puedes ser pastor y carnicero al mismo tiempo». En ella se alude la agresión traumática sufrida por el joven juzgado, que, con solo 17 años, empezó a trabajar como guardián y verdugo en una brutal y hacinada cárcel de Pretoria. Dicha profesión le garantizaba evadir el reclutamiento para la sangrienta guerra en Angola. Huyó de un infierno, para meterse en otro quizá peor.

En los flashbacks que se suceden a lo largo del proceso, hay explícitas y sórdidas secuencias, mostrando con detalle las consecuencias de las ejecuciones en la horca. Y uno no puede dejar de pensar en muchas películas que han marcado la lucha contra la pena capital en el cine: Matar a un ruiseñor, ¡Quiero vivir!, El verdugo, A sangre fría, La milla verde o Pena de muerte. Claro está que Guardián y verdugo no tiene la categoría de los filmes mencionados. Pero comprendemos que estamos ante una película honrada que, sobre todo, busca insistir en el valor de la vida humana, incluso frente a cualquier hecho brutal que en ningún caso justifica la ley del Talión. «Detesto los asesinatos de cualquier tipo, sean legales o ilegales», se presenta el abogado.

«The Hangman: Sheperds and Butchers»

EE.UU.- Alemania- Sudáfrica, 2016.

Director: Oliver Schmitz.

Intérpretes: Steve Coogan, Andrea Riseborough, Garion Dowds, Eduan Van Jaarsveldt, Marcel Van Heerden.

Drama. 106 minutos.