Lola Dueñas, «La Mesías» y «madre coraje» contra la trama criminal de bebés robados: «Hay padres y madres convertidos en detectives privados buscando a sus hijos»

CULTURA

La actriz Lola Dueñas acaba de estrenar en cines «Sobre todo de noche».
La actriz Lola Dueñas acaba de estrenar en cines «Sobre todo de noche». FERNANDO ALVARADO

La actriz, ganadora de dos Goyas, nos sobrecoge en «Sobre todo de noche», conmovedora crónica con la que borda el año de «La Mesías». Divino el momento que vive Lola,  que vuelve a España tras 14 años fuera: «Aquí tenemos algo que no hay por ahí. Ya lo decía mi padre: 'Lolita, como en España en ninguna parte'. Pues tenía razón»

16 dic 2023 . Actualizado a las 16:15 h.

Le llegaron casi tres páginas, «dos y media», y fueron suficientes para dejarla «alucinada con esa voz, con la voz de Vera». «Es raro que te llegue un texto así. Tenía una fuerza increíble», asegura Lola Dueñas (Madrid, 6 de octubre de 1971), que borda un año de cine con Vera, con Sobre todo de noche, el primer trabajo de ficción de Víctor Iriarte. Volvemos con él sobre el robo de niños en España desde los 40 hasta los 90, una trama criminal de décadas que aún no se ha quitado el plomo del tabú. Y por la que no hay aún nadie en la cárcel. La película amplía el éxito que está cosechando Lola como Montse en La Mesías, de Los Javis, primera producción española en ser seleccionada para el festival de Sundance.

La actriz ha vuelto a España tras 14 años entre Portugal y Francia. Y asegura que aquí tenemos «algo que no lo hay por ahí». «Como decía mi padre: ‘Lolita, como en España en ninguna parte. Pues tenía razón’».

—¿Qué te cautivó de «Sobre todo de noche», de esa madre que, tras haber dado a su hijo en adopción, descubre que su expediente desapareció?

—Al leer, pensé: «Es mi voz, soy yo». Al poco tiempo, Víctor [Iriarte] vino a verme, nos conocimos, y se volvió diciendo: «Quiero que sea Lola». Con la lectura completa del texto, me quedé absolutamente alucinada de la belleza. Yo vi que era él era alguien que tenía muy clara la película y eso es algo que siempre me interesa. Que alguien sepa lo que quiere hacer, cómo quiere rodar.

—La música, la voz en off, la importancia del detalle... Hace pensar en Almodóvar, pero sin humor.

—Bueno..., hay puntitos de humor, en los que te ríes y sonríes. También tiene momentos de road movie. Para mí, Sobre todo de noche es la peli de un artista. Fue lo primero que pensé cuando la vi.

—La trama criminal de los niños robados es una herida abierta.

—Y además es una herida de la que no se habla. Aún no hay nadie en la cárcel, no hay nadie juzgado... Es una cosa de la que no se habla y las cosas de las que no se habla quedan en la oscuridad. Por eso me pareció tan potente. Víctor no es político. Lo aborda desde su sensibilidad de cineasta.

—Se han dado cifras: 300.000 bebés robados, pero parece que no hay ni un caso confirmado, nadie pagando por ello.

—El texto de la peli lo dice todo. Me parece alucinante que hayan ocurrido esos robos durante tanto tiempo... Hay gente a la que le han destrozado la vida. Hay padres y madres convertidos en detectives privados sin ayuda, buscando, buscando... ¿Y los culpables? Sor María y el doctor Vela han muerto. No sabemos más. Es muy fuerte, es fuerte que no se haya juzgado a nadie y que no haya nadie en la cárcel por esto.

—«Sobre todo de noche» da visibilidad a esa trama y ofrece una revisión interesante de la maternidad. Hay dos madres que nos rompen los esquemas, a las que es sencillo acercarse y comprender. ¿Dos mujeres heridas unidas por el amor por un hijo?

—Dos madres unidas por el amor y por el dolor. Sí, son dos mujeres heridas. A una le dicen que la otra está muerta, igual que a su hijo, Egoz. Es verdad que se unen por ese amor al hijo, pero también por contarse su propia historia de dolor.

—Con el viaje a Portugal, llega la luz, la calidez... Y todo lo oscuro y lo gris empiezan al fin a quedar atrás.

—Sí. Y el rodaje fue en orden. Empecé yo sola en Madrid, que fue heavy rodar sola durante tantísimos días. Luego tocó Donosti y después nos fuimos para Oporto. Y fue fantástico.

—Te buscan los papeles de madre en este momento. Y se te dan...

—Sí, es que tengo edad, jajaja. Ya he sido hija, ahora me toca ser madre y espero después poder ser abuela. A las madres les pasan muchísimas cosas. Nunca me toca algo que sea solo ser la madre. Mira Montse, en La Mesías, o Viaje al cuarto de una madre. Son madres que van mucho más allá...

—¿Es Montse, la protagonista de la serie maestra de Los Javis, el monstruo que dicen?

—Sí, pero tiene muchísima gracia. Y eso lo digo yo, porque la defiendo, porque le tengo mucho cariño. La Mesías son como siete películas, maravillosas las siete. Yo estuve en Veneno con ellos, pero de Veneno a La Mesías hay un salto estratosférico. Me tiene también alucinada de ellos lo rápido que van. Los Javis son lo más. Son la horma de mi zapato. Trabajamos igual, somos igual de bestias. Les admiro y les quiero en la vida. Cómo lo dan todo trabajando, cómo dirigen actores, y niños... Y ese sentido de la justicia que tienen. A mí me han quitado el miedo, me han hecho crecer tanto, tanto, tanto... Y ahora, que me he vuelto a España, me doy cuenta de que han hecho que cambie la mirada de los demás hacia mí. Trabajar con los Javis es otra cosa, es algo completamente nuevo. Lo hacen todo bien.

—Montse es una madre desastre...

—Y es una víctima. En la parte que hace Ana Rujas eso se cuenta muy-muy bien. El verdadero lobo para mí es Albert Pla [Pep en La Mesías]. Montse es una mujer peligrosísima y es la mujer más divertida de hacer que me he cruzado.

—La transformación física que te exigió ese papel fue brutal: debiste ganar 16 kilos, ¿cómo lo conseguiste?

—Me cuesta engordar, porque soy supernerviosa y no paro. La manera de hacerlo fue quedarme sentada en un sofá un par de meses. Me costó, porque no me dejaban ni andar. Me compré unas acuarela y tenía mucho que estudiar porque Montse no para de hablar, y dije: «¡Pues nada, me quedo con esta mujer aquí encerrada!». Conseguí engordar los 16 kilos... y ellos cuando me vieron me abrazaron. «Lo has conseguido», dijeron. Luego cuando me puse a rodar empecé a adelgazar a toda velocidad. Pero Los Javis me decían: «Nada, nada, tú olvídate, ¡ya te han visto gorda! No te preocupes».

Lola Dueñas es Montse en «La Mesías».
Lola Dueñas es Montse en «La Mesías». Movistar+ | EFE

—¿Es cierto que te das un capricho por película?

—Sí. Cuando la termino, me compro algo que me gusta mucho. Esta vez compré unos cocoteros y luego vendí la casa; no te lo pierdas. Me he ido de Portugal y me he vuelto para España. Llevaba ya casi 14 años fuera... Y me he dado cuenta que lo mejor está aquí. Al final, he aprendido que lo importante es la gente, que lo demás da igual. Y en eso ganamos a todos los vecinos por goleada... Como decía mi padre: «Lolita, como en España en ninguna parte». Pues tenía razón. Tenemos algo que es solo nuestro y que no lo hay por ahí, eh...

—¿Y qué es?

—Hay quien dice que la alegría, y sí, va por ahí. Es una manera de estar, una manera de vivir que solo tenemos aquí. Y la gente... ¡Por favor! Ahora me pillas de regreso, enamorada de mi tierra. ¡No hay nada como irse, tú!

—¿Te sientes querida y reconocida por tus colegas?

—Nunca he tenido una respuesta a un trabajo tan bestia como la de La Mesías. Y he estado en peliculones: Volver, Mar adentro... Brutal. Me siento no solo reconocida; me siento mimada.

—¿Dónde tienes los Goyas?

—¿Ahora mismo? En una caja de mudanzas, viajando. En dos días, estaré abriendo cajas y aparecerán por ahí...