El lado oscuro de Matthew Perry: acusan al actor de agredir físicamente a varias mujeres

LA VOZ REDACCIÓN

CULTURA

Matthew Perry, en una fotografía de archivo
Matthew Perry, en una fotografía de archivo Carlo Allegri | REUTERS

Varios medios sensacionalistas recogen varios casos de violencia física por parte del actor a mujeres cercanas, entre ellas su expareja Molly Hurwitz y la que fue su mejor amiga durante años, Morgan Moses

12 ene 2024 . Actualizado a las 08:52 h.

La muerte del popular actor de Friends Matthew Perry causó una ola de consternación a nivel mundial. Sin embargo, las escandalosas informaciones sobre los últimos años de su vida están manchando cada vez más el legado de quien interpretara a Chandler Bing. A la causa de la muerte, que finalmente se demostró que sí estaba relacionada con las drogas —con los «efectos agudos de la ketamina», concretamente—, se unen ahora nuevas informaciones por parte de medios sensacionalistas como el británico Daily Mail o el estadounidense US Weekly acusan al actor fallecido de haber agredido físicamente a varias mujeres en los años inmediatamente anteriores a su muerte.

Entre las víctimas, su expareja Molly Hurwitz, a la que habría agredido lanzándole una mesa de centro; la que fue su mejor amiga durante años, Morgan Moses o hasta a una enfermera, que acabó dejando la profesión tras los comportamientos agresivos de Perry.

Varias fuentes afirman que, en marzo del 2022, el abuso en el consumo de drogas por parte de Matthew Perry también escaló en una agresión física hacia la que había sido su mejor amiga durante años y quien posiblemente más lo ayudó en los peores momentos, Morgan Moses, después de que esta se encarara contra él tras detectar que estaba colocado. «Lanzó a Moses contra la pared, le lanzó algo y la empujó hacia la cama», dice una de las fuentes contactadas por el medio estadounidense, que afirma que era habitual ver a Perry golpeando paredes, poniendo mesas del revés o arrojando objetos durante sus ataques de ira. Pero esta vez, fue más allá. Las amenazas y los amagos de violencia habían pasado al siguiente nivel, el de un verdadero ataque físico. Él se justificó después, pero no de la mejor forma. «Si te hubiera querido hacer daño, lo habría hecho», le dijo a Moses. Al parecer, intentaron seguir manteniendo una relación de amistad a pesar de ese episodio. O, al menos, fue él quien lo intentó. Llamó a sus amigos en común para calmar las aguas, ya que temía perder a la persona que había estado siempre a su lado. Pero no fue posible reconducir la situación. «Morgan era su mejor amiga, pero él quemó todos los puentes; la llevó a un punto de no retorno», explica una de las personas que vivió junto a ellos ese incidente, «todos queríamos que estuviera bien, pero él era desagradable; se cabreaba por pequeñas cosas y luego le daba la vuelta a lo que había pasado para quedar él como la víctima».

No fue la única víctima de las agresiones de Perry. También su expareja Molly Hurwitz que en ese momento tenía aún veintipocos años y a la que habría golpeado lanzándole una mesa después de que ella lo pillase engañándola con otras mujeres en una app de citas. La joven llegó a amenazar con denunciarlo por abuso emocional y psicológico e incluso le habló de acudir a un bufete legal de alto nivel, ya que, según las fuentes consultadas, tenía pruebas para apoyar sus acusaciones, aunque finalmente llegaron a un acuerdo. «Fue una relación intermitente durante unos cuantos años y acabaron en el 2020», cuando él tenía 51 años. Sin embargo, según sus propias memorias, Perry le había pedido matrimonio en noviembre del 2020 mientras estaba sedado en un hospital. Fuentes cercanas a su expareja niegan rotundamente, afirmando que la relación acabó a principios de ese mismo año, tras el mencionado episodio violento.

Según las mismas fuentes, tales comportamientos no eran para nada extraños en Perry. «Era agresivo verbal, emocional y físicamente, absolutamente cruel y manipulador», revelan muchos de sus allegados. Entre las supuestas víctimas de sus malos tratos estuvo también una de sus enfermeras, que acabó dejando la profesión, traumatizada por su experiencia con él. «Era cruel, y tenía que pagarles la terapia a un montón de mujeres; dejó mucha destrucción a su paso», afirman.