Sexo, porno o redes sociales, problemas de la generación Z en la serie «Red flags»

Silvia García Herráez MADRID / EFE

CULTURA

Los protagonistas de la serie
Los protagonistas de la serie Ibis Styles MOULINS

La ficción de Nando López es un drama de ocho capítulos de una media hora de duración que se estrena en Atresplayer Premium

07 abr 2024 . Actualizado a las 10:12 h.

Sexo, pornografía, redes sociales, o trastornos de la conducta alimentaria son problemas de la generación Z que centran la conversación entre Érika, Toni, Luna y Walter, cuatro chavales que comparten sus miedos y decepciones en Red flags, la nueva serie de Atresplayer Premium que se estrena este domingo.

«Somos cuatro chicos que a raíz de la creación de un grupo denominado Red flags a través de una red social encontramos apoyo los unos en los otros. Compartimos nuestros miedos, nuestros problemas, nuestras experiencias sexuales. Es nuestro propio refugio”, cuentan dos de sus protagonistas, Diego Rey y Mar Isern.

La serie de Nando López es un drama de ocho capítulos de una media hora de duración, en los que Toni (Rey), Érika (Isern), Luna (Iría del Valle) y Walter (Ibrahima Kone), que no se conocen en persona, son amigos íntimos que comparten todos esos problemas reales, esos obstáculos, dudas y contrariedades a los que se enfrenta la denominada generación Z (los nacidos entre 1995 y el 2010).

Toni, obsesionado con su cuerpo, no falta ni un día al gimnasio. No vive en el armario, pero tampoco expresa abiertamente su homosexualidad: es plumófobo, un prejuicio que le lleva a tener muchas inseguridades. Érika, por su parte, es una activista feminista y del mundo LGTBIQ+, pero su físico no normativo y su experiencia con el acoso le lleva a desarrollar un trastorno de alimentación.

En cambio, Luna tiene una relación tóxica no solo con su pareja, sino también con su mejor amiga, vive de las apariencias y de lo que expresa en las redes sociales. Mientras, Walter, un chico racializado de clase media alta, se refugia en la literatura para huir de sus amigos, que son una mala influencia.

«Los jóvenes le damos hoy en día mucha importancia tanto al sexo como a las redes sociales. Tomamos ambas cosas como modelos de referencia, es decir, en el sexo nos fijamos en la pornografía y eso ni es educativo ni es real; al igual que las redes sociales. Ambas cosas pueden ser muy peligrosas y pueden conllevar problemas para la salud mental», incide Isern.

Por su parte, Del Valle destaca que en la sociedad actual «hay mucho tabú» a la hora de hablar de sexo, y opina que «debería haber una educación sexual a todos los niveles» que evitara derivar en otros problemas de más gravedad en la edad adulta.

«Es muy importante crear un espacio de seguridad y no ejercer presión sobre las personas. Por eso creo que esta serie va a ayudar a muchas personas a entender los problemas por los que pasamos los jóvenes y se van a sentir reflejados. A mí me hubiera encantado tener una serie como esta cuando era pequeña», confiesa la actriz.

Nando López, que no es ajeno a los dramas adolescentes —también creó la serie La edad de la ira (2022) para Atresplayer Premium— trabajó con Estel Díaz en el guion para perfilar el desarrollo de los personajes a lo largo de la temporada. Sin embargo, los jóvenes cuentan que para que la trama tuviera «más realismo», a ellos se les permitió improvisar e incorporar cosas de su propio lenguaje.

«Nos dijeron que podíamos y debíamos aportar cosas que son propias de nuestra generación o que nosotros hacemos/decimos, no solo para que el guion se sostuviera mejor, sino para que nosotros también estuviéramos más cómodos. Y de hecho, las escenas de improvisación son en las que mejor nos lo pasamos y las que mejor han quedado», apunta Rey.

Ahora que la serie llega a la plataforma, los cuatro intérpretes esperan servir de «ejemplo y ayuda» para todos aquellos jóvenes que estén pasando por problemas similares «o simplemente abrirles los ojo». «Nos encantaría ser su ejemplo», aclaran.