Así se sube «corriendo» al techo del mundo

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto REDACCIÓN / LA VOZ

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El alpinista de velocidad español acalla la controversia sobre su gesta con un vídeo que muestra su paso por el Campo Base Avanzado a 6.400 metros

23 may 2017 . Actualizado a las 20:54 h.

Kilian Jornet ha colgado en su página de Facebook un pequeño corte de vídeo con las primeras imágenes de su ascensión al Everest, en solitario, sin oxígeno, ni cuerdas fijas, que culminó en la medianoche del domingo al lunes pasado. «Son las dos de la mañana y voy a descansar dos horas aquí en el ABC y después seguiré hacia la cima», explica el alpinista español dentro de la tienda poco después de llegar al Advanced Base Camp (campo base avanzado, a 6.400 metros).

Las imágenes, tomadas por el cámara Sébastien Montaz y que formarán parte de una película sobre la gesta, al igual que ha hecho con otros retos de su proyecto Summits of My Life, muestran a Jornet llegando a la explanada donde las expediciones plantan sus tiendas a la espera del ataque definitivo al techo del mundo. Posteriormente se le puede ver iniciar la subida camino del Campo 1 (7.000 metros) y avanzar con energía por una pendiente con la única ayuda de sus crampones y dos bastones.

De esta forma, Jornet acalla en parte la controversia sobre si realmente hizo cumbre en el Everest, habida cuenta de que todavía no hay pruebas gráficas o de GPS de su hazaña. Aunque el speed climber español renunció a cargar con un dispositivo de geoposicionamiento global dedicado, dentro de una «manera de entender la montaña purista y minimalista», el reloj Suunto (uno de los esponsores que lo patrocinan) que suele llevar en la muñeca sí incluiría dicha función y debería haber registrado su breve estancia a 8.848 metros.

Jornet se había marcado como reto subir al Everest desde el último punto habitado, el monasterio de Rongbuk, situado a 15 kilómetros del campo base, y volver al templo budista en el menor tiempo posible. Desde el campo base tuvo que recorrer otros 14 kilómetros a través del glaciar hasta llegar al ABC, donde las imágenes muestran algo más de una treintena de tiendas de campaña. Tras llegar a la cima en 26 horas y regresar al campo base avanzado, decidió poner fin a su aventura al no encontrarse en condiciones de seguir bajando hasta el lugar de partida.

El no haber conseguido el objetivo inicial (que incluía también utilizar dos vías más difíciles que la tradicional, los corredores Norton o Hornbein), así como el haber hecho uso de una tienda para reponerse en el ABC, son dos de las críticas que hacen sus detractores. El estilo alpino de caracteriza por ascensiones rápidas, en una sola tirada y de forma autosuficiente. El montañero transporta todo lo necesario él mismo (comida, refugio, equipamiento...) y en teoría no debería tener una tienda montada en caso de dificultades.

Este tipo de ascensiones, en las que Jornet es un especialista, aunque hasta la pasada temporada nunca se había enfrentado a un ochomil, tienen sus ventajas e inconvenientes. Entre las primeras, que al pasar menos tiempo en altura se minimiza el riesgo de sufrir un edema pulmonar, además de estar menos expuesto a los cambios meteorológicos y la aparición repentina de tormentas. Como contrapartida, subir corriendo y sin ayuda de sherpas implica un desgaste mayor y tener que prescindir de seguros como las cuerdas fijas y realizando tramos de escalada 'a pelo'. La probabilidad de sufrir un accidente fatal se incremente exponencialmente, como le ocurrió al suizo Ueli Steck a finales de abril en el Nuptse, cuando aclimataba para preparar la travesía Everest-Lhotse.

A pesar de lo publicado en algunos medios, Kilian Jornet no ha batido con esta ascensión ningún récord, entre otras cosas porque no hay registros precedentes de una ascensión desde el monasterio de Rongbuk. Las expediciones toman como punto de partida cualquiera de los campos base (norte o sur) del Everest, y las ascensiones más rápidas están medidas desde allí: el italiano Hans Kammerlander en 16 horas y 45 minutos desde el campo norte, aunque descendiendo en esquís (para un total de 23 horas y media), en 1996; y el nepalí Kazi Sherpa desde el sur en 20 horas y 24 minutos, en 1998, aunque al parecer habría usado algo de oxígeno en la bajada, lo que invalidaría su marca y la dejaría en manos del francés Marc Batard (22 horas y 29 minutos en 1989).

En el blog Summits of My Life se dice que Jornet ha establecido «un nuevo “Fastest Known Time” (FKT) o lo que es lo mismo, una nueva marca de velocidad». En cualquier caso, como advirtió la leyenda del himalayismo Reinhold Messner en una entrevista concedida a La Voz, «el montañismo no lo puedes plantear como si fuera una competición, porque las condiciones son diferentes cada día». Messner fue el primer hombre en hacer cumbre en el Everest en solitario, sin oxígeno y abriendo parcialmente una nueva vía en 1980, hace casi cuatro décadas y siete años antes de que naciera Kilian Jornet.