Jon Rahm celebra un Másters de Augusta extenuante

DEPORTES

Jon Rahm celebra el título en el Masters de Augusta
Jon Rahm celebra el título en el Masters de Augusta JOHN G MABANGLO | EFE

Logra a los 28 años su segundo «grand slam», tras cuatro días de brutal exigencia por los parones, la lluvia, el viento y el frío, al remontar ante Koepka, uno de los estandartes del circuito saudí

10 abr 2023 . Actualizado a las 17:34 h.

Jon Rahm logró este domingo una chaqueta verde, pero también ganó una batalla. Conseguir su primer Másters de Augusta le exigió juego, paciencia e inteligencia táctica: las armas imprescindibles para imponerse en un campeonato en el que la caída de tres árboles entre el público no desembocó el viernes en una tragedia de milagro, en el que las tormentas provocaron aplazamientos y demoras, y en el que los continuos cambios de tiempo alteraron las condiciones del campo. Pero también dobló un pulso simbólico al coronar una remontada sensacional frente a Brooks Koepka, fornido jugador de Florida, campeón de cuatro grand slams entre los años 2017 y 2019 y, sobre todo, ahora mismo, uno de los estandartes del LIV Golf, el circuito de capital saudí que sacudió los cimientos de la industria del golf con premios millonarios que propiciaron un cisma entre los jugadores de los distintos calendarios. El mano a mano lo inclinó el español con un juego redondo. El sábado se fue a dormir a cuatro golpes de distancia del líder; el domingo al mediodía, después de completar sus 12 calles pendientes por el aplazamiento de la víspera, ya estaba a solo dos golpes de distancia de Koepka; y, ya por la tarde, se merendó en un abrir y cerrar de ojos a su compañero en la partida estelar. En esa última vuelta firmó Rahm 69 golpes (-3), para totalizar -12, cuatro menos que Koepka y Phil Mickelson. A sus 28 años, añade al US Open del 2021 un segundo título del grand slam.

En la mayoría de las quinielas había tres favoritos al título: Scottie Scheffler como defensor del Másters, Rory McIlroy por su regularidad de los últimos meses y Rahm porque ahora mismo luce un porcentaje de victorias inalcanzable. El bando del LIV, nutrido de un buen número de veteranos fuera ya de punto, contaba con dos estandartes en Augusta, Koepka, que venía de ganar en Orlando, y Cameron Smith, el vigente campeón del Open Británico, el único de los jugadores rebeldes invitado a la sala de prensa en las vísperas del torneo. Porque el Másters brindó una acogida fría, aunque sin estridencias, al bando sublevado.

Pero por debajo del ruido, importaba el golf. En un deporte en el que lo normal es perder, Rahm acumula 20 títulos en 161 torneos, una fiabilidad del 12,4%, solo superada por los números del mejor Tiger (22%). Quizá por eso gestionó con paciencia los altibajos a los que le sometió una semana en la que un día se sudaba la gota gorda por el sol y al siguiente tocaba calarse la ropa de agua para resistir bajo la lluvia y el viento.

Rahm gestionó el vértigo de la última ronda del Másters con la entereza de los elegidos. Consciente de que en la primera parte del campo lo esencial es no equivocarse, y lo principal en la segunda, sacar todo su jugo a las banderas más asequibles. Por eso, consumidas ocho calles, y sumados los aciertos propios y los errores de Koepka, le había dado la vuelta al calcetín y mandaba con dos golpes de ventaja.

Así que llegó a esos últimos 9 del domingo, donde el mantra reza que empieza el torneo de verdad, con esos dos golpes de ventaja sobre Koepka, y la amenaza, a idéntica distancia, de Phil Mickelson, y a tres golpes de Jordan Spieth, que ya habían terminado sus partidos.

El Amen Corner, el rincón mágico pero endiablado del 11 al 13, lo pasó Rahm como quien camina por su jardín. Con el birdie del remodelado 13 —que jugó al ataque, por supuesto— amplió a tres golpes su renta sobre Mickelson y Koepka; con otro acierto en el 14, abrió hasta 4 la brecha, ya solo sobre el zurdo de San Diego. El torneo ya solo lo podía perder el cañonero más fiable de los últimos años. Pero no hizo más que acertar y contenerse. Cerró el puño con el putt de par del 17; sonrió por fin relajado con el approach del 18; y disfrutó de su obra con el putt definitivo y la ovación del público.

Entrevistas en pleno partido, la última innovación televisiva en los «majors»

El golf concebido como espectáculo televisivo mantiene un equilibrio entre las tradiciones que lo hacen singular y la necesaria adaptación a los hábitos de la audiencia. Frente a las rondas de casi seis horas de algunas primeras jornadas del Open Británico, con casi 150 jugadores sobre el campo, LIV Golf, el circuito de capital saudí que pretende disparar el interés por el juego de las nuevas audiencias, plantea un formato con pocos jugadores, tres jornadas en lugar de las cuatro tradicionales y cobertura televisiva de todos los golpes.

El PGA Tour empezó ofreciendo entrevistas con los protagonistas durante sus partidos de competición. Un jugador se brinda a atender las preguntas de los periodistas en medio de un hoyo, mientras camina desde el tee hacia su siguiente golpe. Lo hizo Max Homa en el Farmers Insurance Open, comentando abiertamente su estrategia, sus dudas y sus sensaciones en pleno partido; y terminó ganando el torneo. El jueves, después de un mal inicio en el Másters, Rory McIlroy también accedió a varias preguntas mientras caminaba por el hoyo 8. Más transparencia, más espectáculo, más atractivo.

Tiger Woods, machacado por el dolor, se retira después de intentar jugar hasta el final

El sábado, cuando arreciaba la lluvia sobre Augusta, Tiger Woods ofreció sus imágenes más dramáticas sobre un campo de golf. Le costaba siquiera andar. Su cuerpo, machacado por las lesiones y, sobre todo, maltrecho por culpa del accidente de coche que en febrero del 2021 le obligó a someterse a una operación de reconstrucción de su pierna derecha, apenas le permite competir. Pero las condiciones de este último Másters ya fueron demasiado, pese a su intento de jugar hasta el final, de aguantar con toda la dignidad y la grandeza de un campeón de 15 majors hasta el último hoyo, a sus 47 años. El domingo a primera hora anunció su retirada, mediada su tercera ronda de golf.